viernes, 29 de noviembre de 2013

Comer carne “jugosa” puede ser riesgoso

La carne es un ingrediente importante en nuestra dieta. Aporta hierro, proteínas de alto valor biológico, vitaminas D, B1, B2, ácido fólico y B12, todos nutrientes esenciales para lograr el correcto crecimiento físico e intelectual. Además, necesitamos su aporte para mantener las defensas altas y una formación óptima de las células sanguíneas. Sin embargo, su ingesta puede llegar a ser perjudicial si la consumimos cruda, ya sea total o parcialmente.

Cuando la carne se come con sangre, o bien de color rosado, se estará corriendo el riesgo de ingerir microorganismos vivos. En Argentina, las enfermedades más comunes trasmitidas por alimentos son debido a bacterias, como salmonella, escherichia coli, clostridium botulinum, etc. Todas ellas son sensibles al calor y mueren con la correcta cocción de los alimentos.

Cocinar a conciencia

La única manera de asegurarse la inocuidad es la correcta cocción: a 80°C en el centro, mínimo durante 10 minutos. En casa, como se dificulta andar midiendo temperaturas con termómetros especiales, la manera más efectiva de corroborarlo es la visual.

¿Qué tenemos que mirar? A los 80ºC el pigmento de la carne (hemoglobina, que es la sangre del animal) se desnaturaliza y pasa a convertirse en un color grisáceo. El jugo queda formando parte de la carne y no hay presencia de sangre en el plato.

Si la cocción es realizada con “calor seco”, como los casos del horno, la parrilla o la fritura, se superarán los 100ºC, por lo que se deshidrata el exterior de la pieza y se forma una costra de color marrón, con un gusto sabroso y característico. En cambio, si se cocina en ebullición o al microondas, la superficie no podrá deshidratarse y se obtendrá un color parejo en toda la pieza.

Cualquiera sea el método de cocción, la “técnica visual” es la misma: observar que el centro de la carne quede grisáceo.

Por la licenciada Valeria Cerquetti, nutricionista y autora de www.adelgazarsepuede.jimdo.com.

Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.com

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