Perviven todavía tradiciones celtas, heredadas de los britanos que se establecieron allí en el siglo VI, y la mayor parte de sus atractivos pertenecen a la época medieval y, sobre todo, a una generosa naturaleza, que da a la Bretaña preciosas costas, playas y acantilados.
El plato por excelencia de la Bretaña son las crêpes y las galettes; en todas partes hay creperías donde es posible comerlos. Se acompañan de sidra y de una sopa a base de papas, tomate, cebollas y curri.
En el norte abundan los restaurantes que sirven marisco sobre todo ostras, pues Cancale es uno de los puertos más importantes de Francia, pero también mejillones y pescado.
El postre típico se llama kouing amann, y se elabora a base de manteca y azúcar caramelizado. Por supuesto, no hay que olvidarse de las galletas de manteca (palets bretonnes).
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