domingo, 4 de julio de 2010

Fortalecerse


Gripe es la palabra de moda en estas épocas de temperaturas tan bajas. Pero el resfriado y la gripe -ambos, infecciones virales- no siempre son causados por el frío. La gripe es consecuencia de cualquiera de los virus de la influenza A, B y C; el resfriado, en cambio, puede ser causado por unos doscientos virus diferentes, pero siempre sus síntomas son más leves. Si bien el frío afecta el sistema inmunológico y las defensas, es importante tener en cuenta que otro de los factores que también perjudican a nuestro organismo son los cambios bruscos de temperatura, que se sufren en ambientes calefaccionados, con poca ventilación, donde se puede estar en contacto con gente enferma.

Estudios científicos han dado cuenta de la importancia de la vitamina C y el zinc en el fortalecimiento del sistema inmunológico; la primera, porque actúa sobre la barrera externa, pues favorece la producción de colágeno, componente esencial de la piel y los huesos; el segundo, porque su carencia puede provocar daños en los mediadores de la inmunidad.

La doctora Claudia Maroncelli, especialista en medicina interna, señala: "Es necesario tener una actitud positiva, aportar los nutrientes esenciales vinculados con el sistema defensivo, realizar ejercicio físico regular y tener un sueño reparador".

Pero ¿dónde se encuentran aquellos dos elementos esenciales? La vitamina C se halla principalmente en las frutas cítricas (limón, naranja, pomelo), en el tomate y en otros vegetales, como arvejas, espinacas, papa (siempre que no se sometan a cocción).

El zinc puede encontrarse en carnes, hígado, huevos, pescados, mariscos y leche.

3 efectos que aumentan el riesgo

1. El «efecto de hacinamiento» hace que más gente esté más tiempo junta en espacios cerrados. Por lo tanto, habrá más contacto físico y más riesgo de que los virus pasen de persona a persona.

2. El frío hace que nuestro organismo retire sangre de zonas menos importantes, como la nariz y las manos (se enfrían enseguida), lo que hace que haya menos defensas contra posibles virus en esas zonas.

3. A bajas temperaturas, los lípidos de la membrana del virus forman una especie de gel que lo protege, aumentando su tiempo de supervivencia fuera de un cuerpo y, con ello, la probabilidad de contagio.

9 acciones para prevenir el contagio

1. Evite el contacto cercano con los enfermos actuales.

2. Lávese constante y regularmente las manos.

3. Airee y mantenga un cierto grado de humedad en las habitaciones donde vive y trabaja.

4. Duerma lo suficiente.

5. Reduzca el estrés.

6. Asegúrese de llevar una alimentación adecuada.

7. Evite el consumo en exceso de alcohol.

8. Evite el contacto con los objetos que están alrededor o al servicio del enfermo actual, ya que éstos son vehículos transmisores del virus.

9. Quien padece la infección debe procurar colocarse un pañuelo en la boca al estornudar o toser a fin de evitar que el virus se esparza por el aire.

Fuente: lanacion.com

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