Si bien se trata de un componente esencial que constituye parte de la
membrana celular de muchos tejidos, hormonas y sales biliares, que sus
valores se disparen por encima de lo aconsejable es perjudicial para la
salud. Cómo mantenerlo en los niveles saludables
El colesterol es un esterol (lípido) que se encuentra en los tejidos
corporales y en el plasma sanguíneo. Se presenta en altas
concentraciones en el hígado, médula espinal, páncreas y cerebro. Pese a
tener consecuencias perjudiciales en altas concentraciones, es esencial
para crear la membrana plasmática que regula la entrada y salida de sustancias que atraviesan la célula.
La principal fuente de colesterol es la endógena, nuestro propio organismo a través del hígado fundamentalmente lo fabrica. La alimentación es responsable del 30% de los niveles de colesterol.
Para el doctor Milton Dan, (MN 119.041) médico especialista en divulgación científica, el primer paso para controlar el colesterol es conocerlo, y para ello es necesario realizar un análisis de sangre con un perfil del colesterol completo.
Hay cuatro valores importantes que debemos conocer al hablar de colesterol:
*El colesterol total, que debe ser inferior a 200 mg/dl
*El colesterol LDL, o colesterol malo, que va hacia las arterias -donde puede depositarse-. Su valor debe ser inferior a 130 mg/dl y si es inferior a 100, mejor.
El
exceso de colesterol malo se deposita en las paredes de las arterias
asociado a una reacción inflamatoria (ateroesclerosis) y provoca una
disminución en su diámetro hasta el punto de obstruirse. Es así que se
genera, según el lugar afectado, un infarto de miocardio, un accidente
cerebrovascular, u otras manifestaciones de isquemia arterial.
*El colesterol bueno (HDL),
que actúa por distintas vías para evitar la formación del ateroma,
removiendo el colesterol desde los tejidos hacia el hígado para su
eliminación. Sus valores deben ser superiores a 45 mg/dl, cuanto más alto, mejor.
*Triglicéridos: grasa no derivada de colesterol, trasladado por las VLDL (no aparecen directamente en el análisis), su valor óptimo es menor de 150mg/dl.
Dan
aclaró que "cuando los valores de colesterol se encuentran elevados,
existen medicamentos efectivos y seguros para bajarlo, pero la base del
tratamiento debe ser un estilo de vida saludable, que incluya una dieta
baja en grasas saturadas y colesterol, nutrientes esenciales, ejercicio
aeróbico frecuente y mantener el peso ideal".
A continuación, los principales consejos para mantener controlado el colesterol
1. Reducir las grasas saturadas y eliminar el consumo de grasas trans:
las grasas saturadas son duras o sólidas a temperatura ambiente, por lo
general, provienen de fuentes animales, como los lácteos enteros, las
carnes grasosas y derivados (salchichas y embutidos). Es aconsejable
elegir productos descremados, quitar la grasa de los cortes cárnicos y
sustituir la manteca por aceite vegetal (ideal aceite de oliva
extravirgen u Omega 3 y 9 Nutridable spray). Las grasas trans son las
peores y se forman cuando a los aceites vegetales se les somete al
proceso de hidrogenación, para convertirlas en grasas vegetales duras
como la margarina (manteca vegetal). Están presentes en galletas,
postres y las papas de paquete, entre otros productos.
2. Fitoesteroles, aliados contra el colesterol: los fitoesteroles son nutrientes vegetales que actúan evitando que el organismo humano absorba el colesterol y logran
reducciones en el colesterol total y en el LDL (colesterol malo). En el
mercado existen dos formas de presentarlo. En lácteos, se encuentran
los esteres de fitoesterol y el fitoesterol libre, que tiene una acción más rápida y reducciones de colesterol más importantes.
3. No a la vida sedentaria:
la actividad física aeróbica es, junto al aporte de Omega 3, la única
herramienta actual para aumentar los niveles de colesterol bueno HDL.
Los especialistas sugieren realizar por lo menos caminatas diarias de 30
minutos.
4. La importancia del Omega 3: dentro de la dieta el aporte de grasas saludables como el Omega 3, tiene un papel principal. El Omega 3 es una grasa que protege al corazón. En
la dieta moderna el consumo de grasas Omega 3 es muy bajo, siendo
indispensable aumentar su consumo porque es un nutriente que ayuda a
reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejora los niveles
de colesterol, disminuye la inflamación, mejora la actividad neuronal y
el estado de salud en general.
Son dos las fuentes recomendadas de Omega 3
· La primera de ellas es el pescado fresco
con el cual se obtienen concentraciones suficientes de ácidos
poliinsaturados de cadena larga. Con los suplementos de aceite de
pescado no se obtienen las dosis indicadas de estos ácidos grasos poliinsaturados debido a su alto poder de oxidación, con lo cual pierden sus efectos beneficiosos.
· La segunda fuente de Omega 3 es la derivada de los vegetales, dentro de ellos la que mayor concentración de Omega 3 aporta es la chía (salvia
hispánica). En el caso de esta fuente, la mejor forma de incorporarla a
la alimentación es a través de gotas, en una fórmula que la asocie con una pequeña dosis de vitamina E natural, con lo cual se estabiliza el Omega 3
y se evita el efecto oxidante, se permite llegar con mayor facilidad a
la dosis requerida y no se aporta ningún químico agregado. En la
Argentina las gotas puras de Omega 3 estabilizadas se comercializan en
farmacias, como Omega 3 natural en gotas.
5. Control médico regular:
visita al médico en forma regular y establecer las pautas para
controlar el resto de los factores de riesgo cardiovasculares ayuda a
mantener una mejor salud, reducir el riesgo de enfermedad cardíaca e
indirectamente a controlar los niveles de colesterol.
Fuente: infobae.com
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