martes, 28 de enero de 2014

¿Qué alimentos evitar en el embarazo?

Las futuras mamás deberían evitar ciertos alimentos que se consumen de manera habitual. Podrían contener bacterias perjudiciales para la salud o estar contaminados por el medioambiente y afectar el embarazo.

Muchas comidas elaboradas no tienen estándares de seguridad o de sanidad y podrían exponer a la embarazada a sustancias nocivas y muy peligrosas. Un alimento es seguro cuando es inocuo y ofrece garantía de su salubridad para el consumidor.

Productos no pasteurizados

Están elaborados con leche cruda. Si el proceso de preparación no hubiera sido bien realizado y hubieran quedado impurezas o bacterias, la leche podría estar infectada con listeria. Es una bacteria muy peligrosa y, según varias investigaciones, hubo casos fatales en embarazadas y en sus fetos.

Se recomienda que las futuras mamás eviten consumir estos productos. Algunos de ellos son: leche cruda, quesos blandos, queso de cabra, queso Brie, queso Camembert, quesos elaborados al estilo mexicano, queso blanco, queso fresco y jugos no pasteurizados.

Huevos crudos

Cualquier plato o comida que contenga huevos crudos podría estar contaminado con salmonella. Por eso, se debería evitar consumir huevos poché, huevos pasado por agua, salsa holandesa, mayonesa casera y helado de elaboración casera.

Carnes poco cocidas o casi crudas

Es necesario tomar precauciones al preparar comidas que contengan carne y tratar de que no queden rojas o sangrantes. Para evitar la contaminación cruzada, usar utensilios exclusivos para la carne (por ejemplo: no usar un mismo cuchillo para cortar la ensalada).

Evitar consumir los siguientes alimentos: productos de fiambrería, sushi, patés, frutos de mar crudos (especialmente los camarones), pollo o carne poco cocida o casi cruda.

Algunos pescados

El pescado es fuente de ácidos grasos omega 3, importantes para el desarrollo saludable del cerebro y los órganos de la visión del bebé. Sin embargo, la mayor parte de la población de peces está contaminada con metilmercurio, una neurotoxina causante de daños neurológicos, retardos en el desarrollo y déficits de aprendizaje.

El Grupo Estatal de Investigación para el Bien Público de Estados Unidos (USPIRG) ha afirmado que el consumo de ciertas especies debería ser prohibidas rigurosamente.

Los pescados que serían seguros son: salmón salvaje del pacífico, trucha criada en granjas o en criaderos, bagre criado en granjas o en criaderos, filetes de pescado, lenguado, corvina, cangrejo azul del atlántico medio y abadejo.

Alcohol

La bebida alcohólica puede afectar al feto y originar el “síndrome de alcohol fetal”, un proceso que afecta al niño durante toda la vida. Por ello, la mujer embarazada debe evitar tomar cualquier bebida alcohólica.

Cafeína

Es un estimulante que se encuentra en el café, el té, el chocolate, el cacao y las gaseosas cola. Consumido en altas cantidades puede causar irritabilidad, nerviosismo e insomnio, así como niños de bajo peso de nacimiento. Es también un diurético y, por ello, puede producir algún tipo de deshidratación.

Es aconsejable que la mujer evite o limite el consumo de cafeína durante el embarazo, ya que ésta atraviesa la placenta y llega al bebé. Además, puede reducir el flujo de sangre a la placenta, lo que puede ser nocivo para el futuro hijo.

Cómo evitar la intoxicación alimentaria

La FDA (Food and Drug Administration, agencia de Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, entre otros) recomienda:

* Lavarse las manos antes y después de manipular los alimentos. Usar agua caliente y jabón.
* Lavar tablas de picar, platos, superficies y utensilios de cocina con jabón y agua caliente después del contacto con carne cruda, aves, mariscos, huevos o frutas y verduras frescas sin lavar.
* Las carnes, aves y pescados crudos siempre deben colocarse separados de los alimentos cocidos o listos para consumir.
* Lavar la fruta y la verdura cruda antes de comerla. Colocarla debajo de la canilla y eliminar la suciedad de las superficies con un cepillo.
* Quitar y desechar las hojas de afuera de la lechuga y el repollo.
* Cortar las partes de frutas y verduras que se han echado a perder porque pueden contener bacterias.
* Refrigerar rápidamente cualquier resto de comida.
* No comer nunca alimentos cocidos que hayan estado fuera de la heladera más de dos horas.

Por la licenciada en nutrición María Pía Qvarnström, asesora de Light Food.

Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.com

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