miércoles, 12 de junio de 2013

Juntos es mejor: por qué es bueno sentarse a la mesa

¿Cuántas veces compartís la mesa con tus hijos, con tu esposo, tus padres...? ¿Cuántas veces se sientan a compartir la mesa familiar? Por falta de tiempo u ocupaciones, la posibilidad de reunirse para almorzar o cenar en ocasiones se ve relegada a los fines de semana.

Si la imposibilidad se produce porque el papá o la mamá trabajan hasta muy tarde, habrá que resignarse. Pero, si por malos hábitos se "desintegró" la mesa familiar (por ejemplo, al anteponer deseos personales que se podrían realizar en otro momento), es oportuno plantearse que la alimentación de los chicos no solo se compone de alimentos, sino también de afecto.

Si cambiamos el horario del gimnasio o revisamos los papeles del trabajo después de cenar, va a ser más provechoso para toda la familia. El momento de estar juntos para la cena debe disfrutarse sin la presencia de invitados "desagradables", como la televisión o los diferentes aparatos electrónicos que manejamos todos los días.

Una comida en familia no lleva demasiado tiempo y el hecho de postergar o adelantar alguna actividad generaría algo positivo en los chicos, como el recuerdo imborrable del encuentro familiar alrededor de un buen plato de comida.

¿Y si cocinamos juntos?

El compartir la comida también implica poder compartir la preparación previa y es conveniente hacer participar a los pequeños en alguna tarea que puedan realizar, por ejemplo: colocarle orégano al tomate o llevar los cubiertos y servilletas para poner la mesa. Así como también, dentro de sus posibilidades y cuando ya tienen edad suficiente, pueden colaborar a levantar la mesa. La importancia de compartir todo lo referente a la alimentación en el núcleo familiar permitiría que el niño, además de aprender, se sienta parte activa del grupo familiar.

Si en la semana estamos muy ocupados, por supuesto, el fin de semana será el momento ideal para compartir todas las comidas. Pero, aún en el peor de los casos, quizás podemos rescatar otro ratito en los días restantes y acompañar a tus hijos en ese momento especial donde se comparten los alimentos. ¡Tomá nota! Un puré o una manzana compartidos en familia alimentan el doble.

Fuente: entremujeres.com

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