miércoles, 22 de mayo de 2013

Chile y Argentina son los dos grandes proveedores de vino de Costa Rica

Las bodegas de Chile y Argentina se mantienen como los dos principales proveedores de vino para las mesas costarricenses, tanto por el volumen de importaciones como por el valor de las ventas. 

Datos de la Promotora del Comercio Exterior muestran que ambas naciones aportaron en el 2012 el 70% del volumen y se dejaron casi el 55% de la factura vinícola de Costa Rica para ese año (poco más de $21 millones).

Pese a esta tendencia, una oferta variada, una demanda más curiosa y un buen potencial de crecimiento permean el mercado actual del vino en Costa Rica. Así lo confirman importadores de este producto y reportes internacionales.



"Aunque el mercado ha venido creciendo en los últimos 20 años hoy podemos ver una gran gama de líneas provenientes de muchas regiones", afirma Jeffrey Zamora, sumiller profesional y gerente de Vinum la Enoteca.

Costa Rica compró vinos a 36 países el año pasado. Dichas importaciones en los últimos cinco años se comportaron de forma irregular, con crecimientos y caídas.

En cuanto a la evolución del valor en el periodo 2011-2012 hubo una caída del 3%. Sin embargo, si se observan las cifras de toneladas importadas, la cantidad aumentó un 1% durante el mismo periodo, lo cual da señas que se importa más cantidad a un precio menor.

Otra característica es que aunque en el mercado local sigue dominando Chile, los vinos Argentinos se han abierto paso entre los estantes y las copas pues en el 2008 dominaban el 10% de la oferta, mientras que en el 2012 la participación subió al 13%. "A las personas les es más familiar una etiqueta en español por lo que buscan más vinos de América del Sur", comentó Zamora.

CUADRO

Fuente: http://www.nacion.com/2013-05-13/Economia/chile-y-argentina-son-los-dos-grandes-proveedores-de-vino-de-costa-rica-.aspx

Potencial e interes del mercado

El bajo consumo es a su vez una oportunidad de crecimiento del sector. Según un informe del 2010 del Instituto del Vino, con sede en California, el consumo per cápita de vino en Costa Rica era de 1,27 litros (lo cual representó un aumento de 6,4% respecto al 2007) mientras que en Francia la ingesta fue de 45,7 litros.

"No se ha llegado a un tope, hay potencial de crecimiento, porque el consumo per cápita sigue siendo bajo", comentó Nicolas Dreyfus, director de French Paradox, empresa que importa vinos premium de Francia, Chile y Argentina, desde el 2008.

El impulso al sector se debe a varios factores. Por un lado, tal como lo cita un informe del 2012 del Servicio Exterior de Agricultura de los EE.UU., el crecimiento y expansión del sector turístico, ha generado la proliferación de bares, restaurantes y supermercados que demandan variedad de vinos

Por otra parte, la llegada de distribuidores especializados que no solo venden vino sino que organizan actividades como catas, cursos sobre la cultura del vino y actividades masivas como la Expo Vino, elevaron el interés de los costarricenses por conocer sobre esta bebida.

"La experiencia enogastronómica es cada vez mejor. La gente se aventura a conocer nuevos tipos de vino y consultan sobre la cepa, la región", manifestó Zamora.

Uno de los cambios más notables, según este sumiller, se observa en el público que se acerca a comprar vino.

"Al principio llegaba gente de clase alta, pero con el tiempo y el crecimiento de la demanda, han llegado a comprar la clase media y hasta media baja", comentó.

Esto se ve motivado por el rango de precios, ya que una botella puede costar desde ¢3.800 hasta ¢1 millón ($2.000).

Dreyfus, agregó que la aparición de las escuelas también son señal de crecimiento.

María Arosemena, coordinadora de la escuela de Someliers del Politécnico Internacional, explica que desde que empezaron a dar el curso en el 2009 se han graduado 40 personas y este año se matricularon 26. "Se interesan tanto personas jóvenes de mediana edad como gente mayor que lo saca por pasatiempo.

Pese a las buenas señales, las características del bien son un riesgo. Esto se debe a que el vino es un bien de lujo, es decir, no pertenece a la canasta básica, por lo que ante aumentos en los precios o una baja en el presupuesto, los consumidores pueden prescindir de su compra y sustituirlo por otros productos. Sin embargo, de momento, el deseo de probar variedades nuevas mantiene a este negocio vivo.

Fuente: Area del Vino 

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