¿Por qué es vital compartir las comidas? La nutrición de los chicos no
solo se compone de alimentos, sino también de afecto. Apagá la
televisión y el celular y disfrutá de comer junto a tus hijos.
¿Cuántas veces compartís la mesa con tus
hijos, con tu esposo, tus padres...? ¿Cuántas veces se sientan a
compartir la mesa familiar? Por falta de tiempo u ocupaciones, la
posibilidad de reunirse para almorzar o cenar en ocasiones se ve
relegada a los fines de semana.
Si la
imposibilidad se produce porque el papá o la mamá trabajan hasta muy
tarde, habrá que resignarse. Pero, si por malos hábitos se "desintegró"
la mesa familiar (por ejemplo, al anteponer deseos personales que se
podrían realizar en otro momento), es oportuno plantearse que la
alimentación de los chicos no solo se compone de alimentos, sino también
de afecto.
Si cambiamos el horario
del gimnasio o revisamos los papeles del trabajo después de cenar, va a
ser más provechoso para toda la familia. El momento de estar juntos para
la cena debe disfrutarse sin la presencia de invitados "desagradables",
como la televisión o los diferentes aparatos electrónicos que manejamos
todos los días.
Una comida en familia
no lleva demasiado tiempo y el hecho de postergar o adelantar alguna
actividad generaría algo positivo en los chicos, como el recuerdo
imborrable del encuentro familiar alrededor de un buen plato de comida.
¿Y si cocinamos juntos?
El
compartir la comida también implica poder compartir la preparación
previa y es conveniente hacer participar a los pequeños en alguna tarea
que puedan realizar, por ejemplo: colocarle orégano al tomate o llevar
los cubiertos y servilletas para poner la mesa. Así como también, dentro
de sus posibilidades y cuando ya tienen edad suficiente, pueden
colaborar a levantar la mesa. La importancia de compartir todo lo
referente a la alimentación en el núcleo familiar permitiría que el
niño, además de aprender, se sienta parte activa del grupo familiar.
Si
en la semana estamos muy ocupados, por supuesto, el fin de semana será
el momento ideal para compartir todas las comidas. Pero, aún en el peor
de los casos, quizás podemos rescatar otro ratito en los días restantes y
acompañar a tus hijos en ese momento especial donde se comparten los
alimentos. ¡Tomá nota! Un puré o una manzana compartidos en familia
alimentan el doble.
Fuente: entremujeres.com
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