lunes, 1 de octubre de 2012

Baja la rentabilidad y las perspectivas 2013 son preocupantes

La rentabilidad en cualquier segmento de precio por debajo de los 33 dólares es insostenible. Referentes del sector aseguran que hay poco margen para virar.

Luces de alarma hay encendidas en todos los tableros de comando de las bodegas argentinas. Inflación, pérdida de competitividad, y salir de lo que se conoce como el "sweet spot", la franja de precios donde se concentra el mayor porcentaje de consumo, suma para que las perspectivas para los próximos seis meses sean desalentadoras.

"La situación actual de la industria vitivinícola es muy complicada y según visualizamos este panorama empeorará. Por un lado, en lo que va del 2012 hemos perdido competitividad en las franjas de precios donde Argentina había ganado terreno, principalmente en la de 36 dólares para abajo. Estos vinos, hacían correlativamente que el país vendiera fuertemente en los rangos más altos, ya que los menores los soportaban", sostuvo Alberto Arizu de Bodega Luigi Bosca.

El empresario aseguró que la realidad está en algún punto distorsionada. Si bien se puede observar en las estadísticas que las bodegas en varios casos sostienen franjas de precios deficitarios como la de 36 dólares la caja, "algunas solo lo hacen con el objetivo de ofrecerle a sus importadores diversidad de productos. Mientras que muchas otras han optado por abandonarlas". 


Haciendo un racconto sobre los problemas que enfrenta la industria, Luis Steindl, de Bodegas Norton, destacó que en un principio la pérdida de competitividad estaba ubicada en la caja de los 25 dólares FOB. Luego pasó a la caja de 30 dólares, mientras que hoy se ubica entre los 33 a 36 dólares FOB la caja.

"Nosotros este año estamos haciendo foco en las cajas de 40 a 41 dólares FOB, aquellas que se ubican por debajo de ese precio son las que acutalmente están recentida, en donde, obviamente, se concentra el volumen, y es po eso que continuamos manteniendolas. Este año, nuestras expectativas son vender mucho más vino que antes, pero también vamos a perder más plata porque seguiremos haciendo foco en calidad, esta no la relegaremos", sintetizó Steindl.

Steindl sostuvo que no hay que olvidarse que el consumo fuerte de vinos se ubica en los 33 dólares la caja, segmento en el que Argentina está débil.

Europa al acecho

El crecimiento de los países tradicionales en la exportación de vinos a los principales destinos de consumo como Estados Unidos, Canadá, Brasil y Reino Unido, ha achicado el espacio que tienen los países del Nuevo Mundo, generando un aumento de la competencia.

Juan Marcó, de Finca Decero, se mostró preocupado por la situación actual, "el panorama es complicado, hay mucha competencia y Europa tiene tasas de crecimientos muy importantes y los productos se han acomodado a la demanda mundial. Por otra parte, también están los países del Nuevo Mundo como Australia y Chile que están tratando de recuperar los espacios perdidos".

A este coctel Marcó asegura que hay que agregar el tiempo y desgaste que genera todos los días estar haciendo tareas operativas que deberían ser mucho más sencillas de resolver. "Esto nos pone en un lugar en donde en vez de estar pesando en estrategias para ser más competitivos todos los días nos vemos envueltos en solucionar los problemas operativos".

Marcó destacó que todavía Argentina tiene un ventana de posibilidades pero lo cierto es que esa brecha se va cerrando.

Perspectivas 2013
Qué esperar para la próxima temporada es la pregunta del millón. "Vamos a tratar de mejorar el mix de productos que vendemos, nosotros pasamos de un  promedio de exportación de caja de 33 dólares FOB hace cuatro años atrás, a 43/44 dólares FOB que es donde estamos en este momento. Estamos tratando de vender más vinos reserva que varietales y más Privada que Reserva. Esto es para poder contrarrestar lo que se pierde en las cajas de menor precio", dijo Steindl, quien aseguró que la apuesta es para los vinos que se encuentren por encima de la línea roble o barrel select. 


Por su parte, Alberto Arizu indicó que "a comienzos de año teníamos un producto a 32 dólares que de a poco la fuimos elevando, llegando hoy a U$S 36. Pero no por mucho tiempo más podemos seguir con este valor, porque hoy sólo nos da rentabilidad porque representa el 50% de las exportaciones en volumen de la bodega". Asimismo, remarcó: "En general estamos perdiendo competitividad, no podemos soportar más. Frente a una inflación del 27%-35%, que se espera para el año que viene, la crisis va a ser general. Los precios en los vinos no pueden acomodarse acorde a la inflación. Si el Gobierno no decide alguna estrategia, como por ejemplo brindar un mayor reintegro a la industria, para que no tocar el dólar, el próximo año va a ser crucial para todos los eslabones de la cadena. Uno de los mayores perjudicados, seguramente serán los productores que se encuentran al límite. Si en el 2013 se compra menos uva y a al mismo precio que en el 2012, muchos productores desaparecerán."  

Qué esperar para el 2013

Gustavo Reyes de Ieral Fundación Mediterránea, destacó en primer lugar que "los problemas de Argentina vienen del panorama interno tanto por la caída del PBI como por la caída de las expectativas empresariales. Todo esto se refleja en el derrumbe de la inversión y el consumo. Este último ha caído todo el año y eso denota miedo e incertidumbre", señaló.

El economista también indicó que comparada con otras recesiones que ha atravesado Argentina, como la de 1998 que terminó con la convertibilidad,  "ésta es bastante light".

Con respecto al próximo año Reyes prefijo que China y Brasil continúen su crecimiento. En relación a este último país, este año su crecimiento fue sólo del 1.5%, mientras que el próximo se espera que llegue al 4%. Por otro lado, las cosechas de los commodities van a ser excepcionales, con precios internacionales alza. Frente a esto, es que Reyes indicó que el mundo puede ayudar a la Argentina a continuar parado. 

 
Sin embargo, destacó que el problema surge de la incertidumbre interna del país. "En 2012 el Gobierno tuvo la necesidad de financiar los desequilibrios fiscales con el BCRA. El objetivo, fue mantener las tasas de interés bajas. De esta forma, privilegió una menor flexibilidad cambiaria, con una tasa de devaluación mucho más baja que la inflación, repercutiendo en una clara baja de rentabilidad en los sectores exportadores. Asimismo, una alta emisión monetaria, bajas tasas de interés y devaluación por debajo de la inflación da como resultado alta demanda de dólares al tipo de cambio oficial".

Frente a todo esto, qué se viene. El economista indicó "El efecto será cuentas del BCRA debilitadas, alta inflación, más caída de rentabilidad, escasez de divisas y caída del tipo de cambio real. Habrá un aumento de la emisión monetaria del 40% como consecuencia del financiamiento del déficit fiscal. El empuje lo puede dar el panorama externo. Se verán mejoras en la balanza comercial, no tanto por los controles sino por la baja inversión. Podrían relajarse los controles en importaciones y no sería sorpresivo el desdoblamiento cambiario. Las estimaciones indican que en 2013, el dólar oficial estará cercano a $6 y podría llegar a $6,4".

Asimismo, puntualizó que "es difícil que el Gobierno cambie la política económica en 2013 aún con el panorama de elecciones. Seguramente, habrá más restricciones, impulsadas por el desequilibrio fiscal". 

Fuente: Area del Vino

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