Con los resultados del último
monitoreo de la Red Oficial de trampas para la detección de Polilla de
la vid (Lobesia Botrana) a la vista, el Senasa confirmó que las áreas en
cuarentena por la presencia de la plaga comprenden 35 distritos de
Mendoza y en total representan unas 35 mil hectáreas de la superficie
vitícola provincial.
Las localidades en
cuarentena se distribuyen entre los oasis Norte y Este de la provincia,
entre Guaymallén, Luján de Cuyo, Godoy Cruz, San Martín, Rivadavia,
Maipú y Junín. Por su parte, se detectaron focos en tal condición
ubicados en los mismos departamentos, además de Las Heras, Lavalle,
Santa Rosa, La Paz, Tupungato, Tunuyán y San Rafael.
Al
comenzar la última campaña, las zonas bajo cuarentena eran, entre
otras, parte de la Primera Zona vitivinícola, La Paz, el resto del oasis
Norte-Este, Valle de Uco (Tunuyán), y algunos distritos de San Rafael.
En la misma medida hay un ajuste de lo que se llama "sensibilización del
trampeo", es decir, la cantidad de trampas para captura o caída de
insectos por hectárea.
Así lo explicó Carlos
Lehmacher, director de Centro Regional Cuyo Senasa, quien además señaló
que el criterio para declarar la cuarentena también cambió. "Ahora se
declara en la totalidad de los distritos donde la presencia de insectos
supera el 60%; antes si una trampa registraba capturas, se cerraba en un
radio de 1 kilómetro. La idea es simplificar la actividad del
monitoreo. Aún así, los productores que se inscriban en el Registro van a
poder exportar fruta a otras regiones del país siempre que no hayan
habido capturas en un año", consignó.
Es que el
cambio de criterio también alcanza a la condición exigida para salir de
la cuarentena. Según Lehmacher, "hasta la campaña pasada se hablaba de
ingreso en cuarentena, pero no de la salida. Habiendo un año con
tratamiento (confusión sexual con hormonas) sin caídas, y otro sin
tratamiento con igual resultado, el productor puede salir del área
declarada. Hasta ahora era casi como tener cadena perpetua".
Para
el coordinador de Sanidad Vegetal del organismo en la región, Carlos
Doncheff, el monitoreo habitual del Programa de Control y Erradicación
de Lobesia Botrana confirma una mayor dispersión sobre todo hacia la
zona Este, pero también al Sur, lo que se traduce en 35 mil hectáreas
bajo cuarentena. A criterio de los técnicos del Senasa, la principal
explicación es la falta de un mayor control sobre el transporte de la
uva afectada por la plaga.
"Fue lo que se pudo
analizar con la Comisión de seguimiento de la plaga. En ese marco, se
duplicó la cantidad de trampas en toda la Provincia hasta superar las
siete mil", remarcó Doncheff, quien hace hincapié en la importancia del
tratamiento químico para la primera y segunda generación de la Lobesia.
Pero ¿qué hacer para hacer más eficiente el control de la propagación
entonces? El director regional de Senasa advirtió que en un trabajo
coordinado con Gendarmería e Iscamen "empezarán a implementarse con
controles sorpresa en ruta".
Asimismo, seguirán
vigentes las sanciones de hasta $ 2.000 por hectárea a productores
vitícolas de las áreas monitoreadas que incumplan con el tratamiento
fitosanitario en viñedo e incluso de la materia prima que quieran
comercializar fuera de ellas. En cuanto al modo de quedar afuera de la
restricción de Senasa, Doncheff anticipó que "se va a notificar a los
productores del Valle de Uco, San Rafael y Alvear que trataron y no
tuvieron capturas, para que este año no hagan tratamiento y, de seguir
así, se levantará la medida".
Fuente: Diario Los Andes
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