En la Argentina hay 400 mil celíacos, pero por cada paciente diagnosticado se supone que hay 8 que desconoce su condición. Esta afección impacta en la fertilidad tanto en hombres como en mujeres.
La celiaquía es un trastorno no hereditario, de características
autoinmunes que aparece en personas genéticamente predispuestas. Se
estima que la enfermedad afecta al 1% de la población y asciende al 5% de la población con problemas reproductivos.
En general además de una predisposición genética, existe un elemento
disparador que en las mujeres puede ser el primer parto y en los hombres
cualquier intervención quirúrgica abdominal.
Se caracteriza por ser una inflamación crónica de la mucosa intestinal debido a la incapacidad para digerir la gliadina, proteína presente en el gluten, componente del trigo, la cebada y el centeno.
El sistema inmunitario (las defensas) de las personas sensibles a la
gliadina reacciona a esa proteína provocando inflamación y, finalmente, atrofia las vellosidades intestinales responsables de la absorción de nutrientes.
Los síntomas típicos de la intolerancia al gluten incluyen diarrea, erupciones cutáneas e hinchazón abdominal.
Aunque muchos adultos afectados no indican síntomas intestinales, la
mala absorción de nutrientes por el intestino conlleva a menudo
desnutrición, pérdida de peso, anemia, osteoporosis, cansancio,
irritabilidad, falta de concentración y hasta problemas a la hora de
concebir.
En la celiaquía clásica, diagnosticada en la
infancia entre el primer y tercer año de vida y en el adulto entre la
tercera y cuarta década, predominan los trastornos gastrointestinales,
diarrea, pérdida de peso, hipocalcemia (disminución del calcio),
carencia de hierro y deficiencias vitamínicas, especialmente ácido
fólico, vitamina B12 y D.
Sin embargo existen otras formas más sutiles que se observan en etapas posteriores a la infancia, que ocasionan infertilidad y abortos repetidos,
nacimientos de niños de bajo peso, etc. Muchas mujeres llegan a la
consulta sin haber sido diagnosticadas como celíacas y al realizar los
estudios necesarios para establecer las causas de infertilidad, los
especialistas se encuentran en muchas ocasiones con este problema.
Una vez diagnosticada, es de suma importancia mantener una dieta libre de gluten estricta para reducir masivamente los efectos de la infertilidad.
Además, las mujeres celíacas presentan un retraso de dos años
en la aparición de la menarca y un adelanto de entre 3 y 4 años de la
menopausia; su ciclo menstrual se ve alterado por amenorreas y presentan una mayor incidencia de abortos repetitivos.
En cuanto a los hombres, los celíacos también poseen mayor riesgo de infertilidad y otros trastornos reproductivos, así como una mayor incidencia de hipoandrogenismo (bajos niveles de testosterona).
Esto se traduce en una deficiencia de andrógenos en
el cuerpo, lo cual conduce a una falta de virilidad y potencia sexual.
Además, se ve también afectada la calidad de su esperma. Una vez más,
una dieta libre de gluten sería la solución viable para mejorar estos
problemas.
En cualquier caso, el diagnóstico de celiaquía en una mujer con
infertilidad conlleva un bajo coste y apenas riesgo, y supone muchos
beneficios para su salud, porque los déficits nutricionales asociados a
la intolerancia al gluten no sólo reducen las probabilidades de
gestación, sino que pueden suponer riesgos para el feto.
Por: doctora Andrea Marazzi, directora médica de Fertilab Argentina
Fuente: infobae.com
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