martes, 20 de septiembre de 2011

Licor de Amarula

El Viajero sabe que cada trago tiene su fundada mitología. Eso, sin duda, acrecienta el deseo del consumidor y alimenta su imaginación. Porque, como es sabido, los licores, y las bebidos alcohólicas en general, tienen bebedores consecuentes, pero sobre todo degustadores. El Viajero Ilustrado se siente seducido por los colores, las texturas, los aromas y desde ya, los intensos sabores de los licores. Pero, sin duda, lo que más le atraen, son sus historias.

Entre otros, la historia del Amarula Cream, un delicado licor cremoso oriundo de Sudáfrica, sin duda lo subyuga. Este licor proviene del fruto de una planta imposible de ser domesticada; por lo tanto, elaborar el licor es singularmente complejo pues se requiere de mucha gente distribuida a lo largo de muchos kilómetros que recogen los frutos donde estos estén. A pesar de los intentos de sembrarlo, el marula o amarula se resiste con ahínco.

Este árbol muy alto sólo crece en las sabanas africanas, su fruto es una baya que tiene la forma y el tamaño de una ciruela, de color amarillento, con una suave pulpa blanca y un gran carozo en el centro. Cuando los frutos maduran, los animales hacen ronda alrededor de su tronco esperando que las bayas caigan para comérselas. Según cuentan, contiene vitamina C y su alto contenido de azúcares produce una rápida y natural fermentación, por lo que los animales suelen "emborracharse" luego de comer las bayas maduras. Entre todos ellos, sobresale el elefante que es quien golpea con su cabeza el árbol para desprender las bayas. Los habitantes naturales les adjudican propiedades afrodisíacas, por eso lo llaman "El árbol del Casamiento". Y de hecho, como sabe El Viajero, muchos casamientos se realizan bajo las copas frondosas del marula. Pero para todo el mundo es "el árbol del elefante" pues la fábrica sudafricana del Amarula eligió ese ícono, y desde ya un dibujo del árbol, para identificar la etiqueta de su delicada botella que se ensancha en su base y la parte superior, lo que le da una forma fácilmente distinguible.

Como sabe El Viajero, el secreto del Amarula está en una paciente elaboración. Las bayas recogidas a mano, una a una, son sometidas a un proceso de fermentación y transformadas en un vino que pasa a reposar dos años en barricas de roble. Luego se lo marida con crema fresca y se lo bate hasta lograr una crema sedosa y homogénea, muy suave, que recuerda en su consistencia y sabor al Baileys -el famoso licor cremoso que los irlandeses obtienen de la mezcla del whisky con crema de leche-. El Amarula, sin embargo, tiene un sabor totalmente diferente, y casi sin parangón con los sabores conocidos. Sus 17 grados de alcohol lo hacen, además, muy amigable al paladar.

El Viajero entiende que la palabra springbok suena familiar pues remite, claro está, al seleccionado sudafricano de rugby; pero antes, como sabe el Viajero, refiere a una gacela típica. En Johannesburgo, sin embargo, es el nombre de un trago muy popular, mezcla de amarula y menta. Una delicadeza que todo paladar exigente, cree El Viajero, se merece probar.

Si bien El Viajero goza el Amarula Cream con hielo, hay muchas otras versiones muy tentadoras.

Mezclado con una medida de Frangelico, vodka y hielo, resulta en Martini Zahara. Los que prefieren los tragos más dulces eligen la clásica Amarula Colada, que mezcla el licor con ron, jugo de ananá y crema o agua de coco.

Los que no son afectos a los licores, supone El Viajero, pueden sucumbir ante una generosa taza de café con una medida de Amarula, o ante una fondue de chocolate amargo y naranja, donde además de estos ingredientes, y un poco de leche, sobresale el profundo aroma del Amarula.

El Viajero sabe que el Amarula Cream se produce en Stellenbosch, cerca de Ciudad del Cabo, y es un producto prácticamente nuevo en el mercado, ya que salió a la venta recién en 1989. En la actualidad, se lo comercializa en más de cien países. Por si fuera poco, el "International Wine and Spirit Competition" lo ha declarado, por tres años consecutivos, el "mejor licor del mundo" lo que no es poco mérito.
 
Fuente: clarin.com

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