viernes, 1 de julio de 2011

Los Vinos de Oporto

Oporto significa “río de oro”, a pesar haber sido durante siglos una de las regiones de más pobres y aisladas de Europa.

Es una tierra de perfiles accidentados, con valles con colinas empinadas y bancales donde ni las mulas pueden hacer las labores del campo.

El suelo es tan pobre que tan sólo pueden subsistir olivos, matorrales y la vid. Y si a todos estos factores, le unimos las condiciones climatológicas de temperaturas extremas tanto en invierno como en verano, nos es difícil suponer como alguien pudo poner sus ojos en estos viñedos malditos. Solo hay que descorchar una botella de oporto para encontrar la explicación.

El oporto es un vino encabezado o fortificado, es decir: se le añade alcohol vínico para interrumpir el proceso de fermentación, aumentando de este modo tanto el contenido de alcohol, como la concentración de azúcares. Este encabezado de los vinos se realiza en otoño y en la primavera siguiente se traslada a las bodegas situadas en Vila Nova de Gaia. En esta zona el clima es más templado y atlántico propiciando la larga y lenta crianza que el oporto requiere.

El vino de oporto, tal y como hoy lo conocemos, tiene su origen en las malas relaciones que enfrentaron a Francia e Inglaterra durante más de 500 años. En 1678 y después de décadas de desencuentros, el gobierno inglés decretó el embargo del comercio con Francia. Este hecho supuso una necesaria y urgente búsqueda para sustituir al vino galo. Y lo encontaron en una visita a un monasterio en Lamego. El abad dio a probar a dos ingleses que visitaban la zona, un vino tinto de Pinhao al que había añadido aguardiente durante la última fermentación. Tuvieron que pasar cincuenta años para que este método se generalizara en la elaboración de vinos de oporto.

Como el comercio de los vinos en el siglo XVIII se realizaba en barco, el hecho de que los vinos estuvieran fortificados con alcohol lograba que durante su transporte, éstos no sufrieran los embates del viaje, confiriéndoles una fortaleza que hacía que llegaran a su destino en óptimas condiciones.

El personaje decisivo en la comercialización del oporto, fue el Marqués de Pombal, que fundó la Compañía General de Agricultura del Alto Douro, organismo encargado de fijar los precios, acotar las zonas de producción y clasificar los vinos por su tipología, poniendo las bases de la primera denominación de origen del mundo.

Fueron muchas las familias británicas que se instalaron en la región para elaborar y abastecer los mercados ingleses de vino de oporto. Apellidos míticos como Sandeman, Forrester, Symington, Taylor, Graham o Delaforce son parte del patrimonio indisoluble de esta región. Sin olvidarnos de las familias portuguesas ligadas al oporto durante generaciones como Ramos Pinto, Fonseca Guimaraens, Ferreira o Silva.

España no pasa de ser el décimo país consumidor de vino de Oporto del mundo. Lo tenemos al lado y sin embargo lo desconocemos. No se pierdan el auténtico placer que supone un buen oporto a media tarde, relajado, bien servido y con algo, como no, de buena música. Puro onanismo.

En Oporto de producen básicamente seis tipos de vinos tintos dulces y también blancos secos.

RUBY. Son los más jóvenes y frescos. Son mezcla de varias añadas y envejecidos en madera de dos a tres años. Tienen recuerdos a guindas, frambuesas y mermelada.

Una vez embotellados están listos para su consumo y no ganan con su permanencia en botella.

TAWNY. Los Tawnys vienes del inglés “tostado”. Son vinos que han permanecido más tiempo en madera, por lo que adquieren un matiz marrón rojizo. Aunque son mezcla de diferentes cosechas suelen llevar en la etiqueta la categoría de la edad. Así encontramos tawnys de 10, 20, 30 o más de 40 años. Son menos afrutados que los ruby y con el tiempo adquieren notas de frutos secos, piel de cítricos y fruta pasa. Son más longevos que los ruby.

COLHEITA
. Proceden de una sola cosecha (que se especifica) y envejecen en madera un mínimo de 7 años antes de ser embotellado. Se puede decir que es un tipo de tawny añejo de gran calidad. En la etiqueta se suele especificar que ha sido envejecido en madera para no confundir con los vintage. Son de color teja, con aromas a fruta desecada y frutos secos. Con sabor dulce a mazapán, caramelo y orejones.

LBV. Son las siglas de Late Bottled Vintage (vintage de embotellado tardío). También procede de una sola cosecha y envejece en barrica de cuatro a seis años. Normalmente se filtran y estabilizan antes de su embotellado por lo que no deberían tener posos ni mejorar en botella. Son excelentes vinos a caballo entre los colheita y los vintage.

CRUSTED. Son vinos que prácticamente han desaparecido. Muy pocas bodegas los elaboran a pesar de ser unos vinos excelentes. Crushed significa “costra” y es un oporto típicamente del gusto inglés. Se obtiene mezclando una selección de vintage de diferentes cosechas y embotellándolos en su juventud. Mientras envejece en botella un mínimo de dos años, produce sedimentos o costra, por lo que debe ser decantado antes de su servicio.

VINTAGE. Es sin lugar a dudas el rey de los oportos, la máxima calidad. Sólo se elabora en añadas declaradas excepcionales por el Instituto do Vinho do Porto. Se seleccionan las mejores viñas de las mejores parcelas y las algunas bodegas todavía hacen el prensado de la uva con los pies. Es uno de los vinos más longevos que se conocen, no alcanza su pleno desarrollo hasta pasados al menos 20 años. Se crían sólo dos años en barrica y su bouquet característico lo alcanza mediante años y años de crianza en botella. Los llamados Vintage de Quinta es la quintaesencia del Oporto, al ser vinos elaborados exclusivamente de una parcela con unas condiciones idóneas para elaborar los oportos más selectos.

En su juventud son muy concentrados y frutales, algo cerrados en nariz, con matices de mermelada de grosella y una boca algo áspera y muy potente. Es con el paso del tiempo que comienzan a abrirse y desarrollan su bouquet especiado, a cassis, o bayas maduras.

Fuente: cellartours.com

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