lunes, 30 de mayo de 2011

La Cerveza en Gales

En la imaginación popular, Gales es una tierra de castillos y sagas heroicas, tales como las del Rey Arturo y el Mago Merlin. Pero a partir del siglo XIX se convirtió en el corazón minero e industrial de Gran Bretaña. Los mineros y los obreros de las grandes metalúrgicas de Cardiff y Swansea, típicamente hombres de gran porte, arrastraban una portentosa sed que era satisfecha en los pubs por pintas de cerveza, caracterizada por su bajo contenido de alcohol, maltosa, liviana.

Si bien los mil años de historia conjunta de Gales e Inglaterra han suprimido las distinciones entre las cervezas de uno y otro país, puede decirse que aún hoy las cervezas en Gales se caracterizan por su baja densidad, maltosidad y bajo lupulado. El más típico ejemplo es la mild, cerveza muy sabrosa que caracterizó las de comienzo del siglo XX. En la actualidad el contenido de alcohol es algo más alto, normalmente por la adición de azúcares en la formulación.

El consumo típico de estas cervezas es a partir de barril (draft), dado que por sus características no resisten bien el proceso de embotellado. Las dos cervecerías regionales que subsisten en Gales tienen su propia cadena de pubs donde se sirven sus pale, mild y stout, mediante el viejo sistema de engine o el más moderno de empuje con nitrógeno (smooth).

Sin embargo, las nuevas generaciones aportan consumidores más inclinados a aceptar las cervezas lager continentales, aunque es interesante recordar que Gales hospedó hasta hace pocos años a la primera cervecería lager de las islas, la cual cerró en 2000, tras ser absorbida por Carlsberg, que continúa la elaboración en Burton upon Trent. Este desafío fue aceptado por las cervecerías galesas que tratan de mantener el viejo estilo adaptándolo a las preferencias de los consumidores.

Norte de Gales

En 1882, dos inmigrantes alemanes, entusiasmados por las semejanzas del agua del Condado Clwyd con las de Plzen, comenzaron a elaborar cervezas de fermentación baja en la ciudad de Wrexham. Los cerveceros locales quedaron deslumbrados por las nuevas técnicas: decocción, fermentación baja en frío, doble fermentación. Pero no todo resultó tan sencillo: los inviernos marítimos de Wrexham eran bastante menos fríos que los de Bohemia y la cerveza lager no se adaptó al gusto local.

La cervecería Wrexham continuó su marcha realizando la fermentación en cámaras refrigeradas y apostando al mercado de exportación. Así, en 1899, la cerveza Wrexham se vendía en Jartum (Sudán). A fin de lograr una mayor penetración en el mercado local, en 1922 compró el pub Cross Foxes, lo cual resultó exitoso. En poco tiempo, la compañía llegó a poseer 23 pubs.

El comienzo de la Segunda Guerra Mundial significó una caída en las exportaciones, seguida por una larga serie de apropiaciones y fusiones, que determinaron que en 2000, cerrara la fábrica de Wrexham y Carlsberg trasladara sus operaciones a su planta de Burton upon Trent, en Inglaterra.

En 2003, el parlamentario Martyn Jones compró las instalaciones por 1 libra e hizo demoler la fábrica levantada en los ’60, dejando sólo la planta histórica.

Cervecerias locales:

El cierre de la planta de Wrexham Lager provocó el auge de pequeñas cervecerías, algunas de las cuales trabajan con equipos de 20 litros por batch. Otras tienen una envergadura mayor y entre ellas se destaca Plassey Brewery.

Comenzó a operar en 1985 y en 1996 inauguró una nueva planta de 10 Hl. Sólo produce cervezas en barril, a excepción de la Fusilier, que también se puede conseguir embotellada.

Bitter: es una cerveza bien lupulada, de color a cebada madura con aromas a grosellas. Fue votada como la mejor cerveza galesa en 1995, 96 y 98. Según Roger Protz es una cerveza con aroma ligeramente lupulado, sabor redondeado a malta con notas de lúpulo, largo final seco con buen carácter a lúpulos. Agrega que se trata de una cerveza clara y lupulada muy refrescante.

Ingredientes:

Malta pálida británica 95%, Malta cristal 5%, Lúpulos Hallertau, Fuggles y Tettnang, tanto en pellets como en flor. Tettnang para aroma, 32 IBU. DO 1040, contenido en alcohol volumen por volumen (v/v) 4%.

Offa’s Dyke (El Muro de Offa): esta cerveza recuerda la pared que hizo erigir un rey sajón cansado de las correrías de primitivos galeses, a fin de aislarlos de Inglaterra. Es una ale poco coloreada, con un potente sabor a lúpulos y resulta muy refrescante, siendo una “session beer” reconocida. Contenido de alcohol 4,3% v/v.

Cwrw (cerveza) Tudno: más maltosa y dulce, pero menos amarga que la bitter, con un aceptable final seco. Tiene un aroma rico y especiado a lúpulos, con notas de maltas. Gran sensación a maltas en boca, con un final largo, amargo y con un poderoso carácter lupulado más sabores frutados y un dejo de chocolate.

Densidad original 1047, alcohol 5% v/v, siendo sus ingredientes malta pálida (97%), malta cristal (2%) y malta chocolate (1%). Lúpulos Hallertau, Northern Brewer y Tettnang. Tettnang para aroma, 35 IBU.

Dragon’s Breath (Aliento de Dragón): cerveza fuerte y frutada. Dulzor suave y marcado, sin llegar a ser empalagoso, con intenso aroma frutado. Una cerveza que disimula su tenor alcohólico. DO 1060, alcohol 6% v/v. Elaborada con maltas pálidas, cristal y chocolate, malta de trigo y cebada tostada. Color oscuro (80 EBC). Lúpulos Hallertau, Tettnang y Styrian Golding. Aroma intenso frutado a lúpulos. Cuerpo pleno, con notas a maltas y vino en boca; gran final con intensos dejos a fruta, lúpulo y malta tostada. Es una old ale oscura, con fuerte tenor vinoso.

Fusilier (Fusilero): cerveza de mucho cuerpo, flavor muy suave a maltas y buen aroma a lúpulos. Contenido de alcohol 4,5 %. Fue desarrollada en 1998 para el Real Regimiento de Fusileros Galeses, como cerveza institucional.

Intentar reproducir una cerveza británica tiene algunos obstáculos, el primero de los cuáles es la falta de malta pálida británica, que puede ser reemplazada parcialmente por malta pilsen, a la cual es conveniente agregar una malta con algo más de horneado como Munich o Viena. Otro inconveniente es la falta de patrón con el cual comparar, dado que son poco exportadas porque al ser cervezas de baja DO y poco lúpulo, envejecen rápidamente perdiendo sus características organolépticas. De todos modos, la intención es lo que cuenta.


Fuente: revistamash.com

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