domingo, 31 de enero de 2010

Cremas frutales



Limones de Sicilia, granadas de Turquía, higos de Asia Menor y uvas de Francia. Las propiedades de las frutas, siempre de buena cepa, se sumaron a las fórmulas de las cremas corporales para mejorar la piel y aportar algo más que un rico perfume.
La cosmética incorporó durazno, frutilla, cítricos y hasta granada a sus recetas. No es nada nuevo: ya los griegos utilizaban bayas y semillas machacadas para pintarse las mejillas. "Las plantas y frutas exóticas se relacionan con el bienestar. Sus propiedades son aceptadas sin discusión, ya que son seguras por su historial en alimentación", explica Jelena Nadinic, especialista en fitocosmética y directora técnica de Natura.

Las cremas con frutillas tienen virtudes antioxidantes. Al durazno se le atribuyen propiedades hidratantes y a los frutos rojos, acción antiedad. El ananá y la papaya clarifican la piel y la dejan más purificada y luminosa, como lo comprobó Lancôme con su línea Clarté.

El maridaje de damasco, almendra dulce, extracto de manzanilla y jalea real de Ultra Facial Tinted Moisturizer, de Kiehl´s, es antioxidante.

El efecto regenerador de las granadas biológicas de Turquía fue aprovechado por Weleda, que desarrolló una línea basada en el aceite vegetal que se extrae de sus semillas, rico en sustancias antioxidantes.

No tan exótico, el jugo de uva orgánica del sur de Francia ayuda a reducir el exceso de líquido y acelera la eliminación de toxinas en piernas cansadas, bondades utilizadas en el Gel Antiagua de Uva L´Occitane.

En tono gourmet, la línea Delicias de La Pasionaria se inspira en aromas identificados con la cocina. "Aportan a la piel los mismos beneficios que produce consumir las frutas", dice Carina Cavazza, directora de la firma, que propone cremas soufflées y con gran cantidad de agua, como la Espuma de frutilla y champagne (antioxidante) y el Merengue de peras nevadas. Para todos los sentidos.
Fuente: lanacion.com

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