domingo, 18 de octubre de 2009

Las bodegas serán controladas y catalogadas con los colores del semáforo

Desde 2010, el Instituto Nacional de Vitivinicultura instrumentará un nuevo recurso para controlar la conducta de cada bodega. Para la instalación de este nuevo software, se invertirán 270 mil pesos.

Durante todo este año, el INV ha realizado investigaciones acerca del funcionamiento de la fiscalización que realiza a las bodegas. A partir de este análisis se encontraron algunas falencias y según explicó el presidente del instituto, Guillermo García, "decidimos implementar un nuevo software que nos permitirá empezar a trabajar con una fiscalización diferenciada. Ésta tiene como nutriente principal la información consolidada de cada inscripto, lo que nos permitirá construir una matriz en donde asignaremos puntajes a las bodegas en función de su comportamiento". Más allá de todos los requisitos de fiscalización, el INV controlará si la bodega cumple con las Buenas Prácticas de Manufacturas (BPM) y si tiene un buen manejo de recursos humanos.

Con este sistema, el instituto pretende ser más estricto con aquellas bodegas que en forma continua incumplen con las normativas. Este sistema se empezará a instrumentar a partir del 1 de enero del 2010. Además, para la implementación de este software se utilizarán recursos propios de INV y la inversión total será de 270 mil pesos.

Según García, "calificar con puntajes a las bodegas según su conducta, asegura que los consumidores reciban productos genuinos y aptos para el consumo".

Cómo funcionará el sistema

El presidente del instituto explicó que "es un sistema específico que administrará la base de datos de todas las bodegas inscriptas y de esta manera se controlarán todas las prácticas y desempeño de cada una de ellas".

Por ahora, los parámetros para clasificar a cada establecimiento no están delimitados. Sin embargo, según indica el presidente del INV, "hoy, todos quedarían en canal amarillo. Según el comportamiento de cada bodega, se las categorizará utilizando los colores del semáforo y de esta manera se las controlará según su conducta. El color verde significará que la firma está realizando todas las tareas correspondientes de modo que la inspección no será tan estricta y en lapsos de tiempo más espaciados. En color amarillo será una alerta para el establecimiento a causa de las infracciones registradas y por último, en el caso de obtener el color rojo, la bodega se encontrará en un nivel de control sumamente estricto a causa de una acumulación de faltas. Además, las inspecciones se harán con mayor frecuencia", resaltó.

Por otro lado, García comentó a Día a Día del Vino que "esta nueva implantación no tiene nada que ver con el tamaño de la bodega, sino con el comportamiento de cada una de forma totalmente objetiva. Nos interesa controlar qué es lo que está pasando en la góndola". Agregó que "esta información no será difundida, sino que cada bodega contará con la información correspondiente para mejorar, si es el caso, en todas las prácticas de eficientización".

Fuente: Area del Vino

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