En una tradicional ochava palermitana, abrió sus puertas El Bonpland, un espacio gourmet muy familiar con reminiscencias de las antiguas fondas de Buenos Aires.
Como si aquellas épocas de viejos bodegones y restaurantes familiares nunca se hubieran ido, El Bonpland es un nuevo rincón gourmet palermitano tranquilo, despreocupado y simple. Aquí, un viejo almacén se transforma en una noble parrilla, que destaca la buena predisposición y la sonrisa cordial, a flor de piel, de los mozos o los propietarios.
Ellos se acercan a saludar con el mismo placer que tiene un dueño de casa cuando llegan sus invitados. De fondo, un tango moderno o clásico ayuda a acompañar la mágica sensación de estar en otro tiempo. No hay clichés, no hay sifones viejos, ni antigüedades, no hay trucos que traten de llevar al público más allá. Es una realidad de familia ítalo-española, de dos jóvenes que abrieron (aunque no en el mejor momento de este mundo) un lugar donde poder demostrar lo que les gusta hacer: atender bien a su gente, servir comida de alta calidad y cobrar lo justo. “No me gusta generar expectativas en la gente, cada uno tiene un paladar único, así como una exigencia distinta; nosotros tratamos de tener un producto parejo, muy rico, y a buen precio. Si logramos esto estamos más que conformes”, dicen desde las entrñas de El Bonpland.
No hay grandes platos súper complejos ni muy sofisticados; la cocina tradicional presenta carnes de primera, achuras, un brochette de provolone realmente diferente y una cocina de minutas típicas. Los mimados son bifes cortados con cuchara, súperchinchulines, pastas caseras, zapallos en almíbar y helado de limón con albahaca fresca. En síntesis, lo que realmente se siente es la pasión y la dedicación con las que se hacen las cosas en El Bonpland, una noble parrilla en Palermo.
Bonpland 2113, esquina Soler. Tel. 4772 1131.
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