lunes, 2 de junio de 2014

Las algas ¿queman grasas?

Las algas son uno de los ingredientes más destacados en los platos asiáticos y quizá debido a sus bajas tasas de obesidad, son éstas muy utilizadas en la creación de productos milagro que se promocionan como “quema grasas”.

No obstante, siempre es fundamental conocer más acerca de los componentes de éstos productos, para saber con exactitud cuánto de cierto hay en este efecto “quema grasas”. Por eso, enunciaremos algunos datos acerca de las algas y su relación con la pérdida de peso o grasa corporal.

Hasta el momento, se ha obtenido información sólo de estudios con animales, en los cuales se ha demostrado cómo el pigmento carotenoide del alga wakame reduce el peso producido por el incremento de grasa abdominal en ratones obesos y diabéticos.

El pigmento llamado fucoxantina, ha demostrado reducir la grasa abdominal en roedores al incrementar su oxidación, pero aún se requieren múltiples fases en la investigación para que estos beneficiosos efectos se comprueben en humanos.

Alga Spirulina

Por otro lado, la espirulina es ampliamente utilizada como ingrediente de productos adelgazantes y en suplementos deportivos debido a sus proteínas de alto valor biológico y en concentraciones elevadas.

Su efecto adelgazante es atribuido a un aminoácido contenido en ésta, llamado fenilalanina, el cual es capaz de aumentar los niveles de colescistocinina, una hormona fuertemente involucrada en el proceso de saciedad.

Esta acción se basa en el control del apetito mediante la actividad de la L-Fenilalanina, un aminoácido esencial que tiene efecto directo sobre la química cerebral que opera en los centros de la ansiedad y el impulso de comer, desactivando la tendencia compulsiva de ambos.

Este aminoácido es suplementado mediante el agregado al producto de forma natural, como así también del aporte significativo realizado por las microalgas Spirulina.

Su efecto sobre el apetito y como reductor de la ingesta de alimentos al estimular la saciedad, han sido verificados científicamente en humanos. No obstante, aún queda mucho por conocer para establecer una relación concreta entre la quema de grasas y las algas.

Alga Fucus

El uso común de fucus como complemento de las dietas de adelgazamiento se basa principalmente en la actividad de tres de sus componentes.

Por su abundancia en yodo, que estimula el metabolismo facilitando la pérdida de peso al actuar sobre la glándula tiroidea; por su riqueza vitamínica, que sirve de suplemento en dietas bajas o muy bajas en calorías; y por su contenido en algina, sustancia mucilaginosa que tiene doble efecto, se hincha y proporciona sensación de plenitud por lo que reduce el apetito, y es laxante.

Debido a su contenido en yodo se preconizó su uso como estimulante tiroideo en casos de bocio y como coadyuvante en el tratamiento del sobrepeso. Sin embargo, no está suficientemente documentada ni probada la posibilidad de aparición de efectos secundarios tras su consumo con este fin.

Además, su consumo está contraindicado en caso de que se siga un tratamiento con hormonas tiroideas o con agentes antitiroideos, ansiedad, insomnio, taquicardia, hipertensión arterial y cardiopatías.

La algina, una sustancia que tiene capacidad de absorber grandes cantidades de agua, alcanza entre el 18 y el 30% del peso seco del fucus. Además, esta alga es rica en manitol, un hidrato de carbono al que se le atribuyen propiedades laxantes y diuréticas. Su contenido en yodo es otro de los valores nutricionales por los que el fucus se emplea como complemento alimenticio.

Respecto a la asociación entre el consumo de fucus y la pérdida de peso, cabe decir que la glándula tiroides puede tolerar relativas fluctuaciones en los niveles de yodo. No existe en la actualidad evidencia científica de que al incrementar los niveles de yodo en individuos que no tengan una deficiencia tiroidea, este aporte extra de yodo posea efecto en la pérdida de peso sin efectos secundarios. Por tanto, no se puede recomendar el uso indiscriminado de complementos dietéticos que lleven fucus u otras fuentes de yodo. Siempre se hará bajo prescripción facultativa.

Saber equilibrar

Básicamente, las algas son un buen recurso alimentario para incluir en una dieta hipocalórica, ya que con pocas calorías aportan múltiples nutrientes. Además, su contenido en mucílagos aumenta la absorción de agua y por ende, incrementa el volumen y contribuye a una mayor saciedad.

La presencia de mucílagos y otros azúcares provenientes de las microalgas Spirulina y las Algas Pardas, le brindan una acción regularizadora intestinal, provocada por reducción del tiempo de tránsito del bolo alimenticio en el aparato digestivo, disminuyendo considerablemente la cantidad de grasa absorbida de los alimentos, como así también mejorando la consistencia de las heces, suprimiendo la sensación de pesadez y los dolores abdominales producidos por un tránsito dificultoso.

Sin embargo, debemos recordar que éstos alimentos de origen marino son muy ricos en minerales, por lo tanto, no se pueden consumir en exceso, pues podrían provocar desequilibrios electrolíticos y severas consecuencias sobre la salud.

Incluso, sus propiedades quema grasas no están científicamente probadas en humanos y los productos que las incluyen pueden tener otros tantos compuestos que perjudiquen nuestra salud. Por ello, la mejor forma de cuidar la salud, es consumir algas en el marco de una dieta saludable, sin abusar de ellas e ingiriéndolas de forma equilibrada.

Fuente: blogs.infobae.com/nutricion

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