viernes, 2 de mayo de 2014

De Ángeles, cómo un pequeño proyecto se convirtió en el hit del negocio vitivinícola

En los últimos años, pocas bodegas hicieron tanto ruido como lo viene haciendo Viña 1924 De Ángeles, el proyecto comandado enológicamente por Juan Manuel González.

En las redes sociales, esta bodega se ha hecho de una corte de fanáticos, que aplauden cada uno de los últimos lanzamientos. Y esto es un hecho lobable considerando que se trata de un proyecto pequeño, que sólo alumbra partidas limitadas y que viene trabajando con un perfil definitivamente bajo.

En momentos en que las grandes bodegas vienen realizando fuertes desembolsos en marketing -una estrategia completamente válida-, es meritorio que un grupo de apasionados se haya hecho de un lugar en el negocio a fuerza, únicamente, de grandes vinos.

Desde Vinos & Bodegas venimos siguiendo sus últimos pasos. Y no deja de sorprender la consistencia que han logrado, algo realmente gratificante en un mercado donde suelen primar las urgencias y en un mercado complejo, donde lo financiero muchas veces termina primando sobre el espíritu de un proyecto.

Cuando conocimos a Juan Manuel González, nos encontramos con un profesional pero, ante todo, con un apasionado, un enamorado de la parcela en la que viene trabajando. Además, es dueño de una palpable sensibilidad a la hora de abordar la elaboración de sus vinos.

"Mi objetivo como enólogo es lograr vinos respetuosos de su origen y poder transmitir sensaciones, más allá de los gustos personales. Puedo definirme como un apasionado por esto que elegí para como mi vida, con todo lo que trae aparejado, que no siempre son cosas felices, pero que siempre logran emocionarme, y creo que así se resume todo: poder emocionarme y desde ahí transmitir emoción", se define González, quien en esta vendimia estará elaborando unas 28.000 botellas a partir de un antiguo viñedo ubicado en Vistalba, Luján de Cuyo.

Este enólogo está prácticamente desde los inicios en el proyecto, cuando allá por 2007, con el pequeño edificio de la bodega recién construido, fue el encargado de recibir todo el equipamiento y de dejar todo listo para la elaboración de los primeros vinos.

González -quien hizo experiencias en empresas de muy diferentes perfiles, desde FeCoVita hasta Benegas, incluyendo Trivento- asegura que aquello que lo tentó del proyecto, "fue el desafío de empezar de cero y la posibilidad de trabajar con uvas de un viñedo tan aniguo, el cual siempre veía desde la calle cada vez que pasaba por ahí".

Con el ojo puesto en el Malbec... y algo más

El proyecto, propiedad de Guillermo Barbier, se inició con el objetivo único de elaborar partidas cuidadas y exclusivas de Malbec, a partir de ese viñedo casi centenario.

"Transmitimos el concepto de que nuestros vinos nacen no sólo en un viñedo que lleva muchos años de adaptación al lugar, dado que este año está cumpliendo 90 años, sino que provienen de la misma parcela", recalca González, quien agrega que "más allá de todo lo que se pueda decir del terruño queremos ofrecer la posibilidad de que, año tras año, encuentren consistencia en la materia prima y, a partir de ahí, consistencia en el producto".

Además de sus ya clásicos Malbec De Ángeles y Gran Malbec De Ángeles -que les permitieron ganarse su propia corte de fanáticos- un dato interesante es que, en estos momentos, la bodega está presentando en el mercado su primer vino que no pasó por un centímetro de madera.

"Siempre quisimos tener un vino sin roble, pero nos llevó tiempo animarnos. No porque no confiáramos en el producto, sino porque necesitábamos afianzarnos más como marca", explica el enólogo.

Lo llamativo la forma en la que se encargaron de comunicar el hecho de que se trata de un vino sin paso por barricas: con una enorme leyenda que reza "Sin roble", casi un mensaje gritado a los cuatro vientos. De hecho, No debe haber otra etiqueta en la Argentina que deje tan claro este mensaje.

"La idea de presentar así la etiqueta fue una declaración de principios y de reivindicación del viñedo, sentimos que se lo debíamos", asegura.

Al abordar Malbec De Ángeles Sin Roble Malbec 2010, que se comercializa en vinotecas a un precio sugerido de $145, Vinos & Bodegas se encontró con un interesante ejemplar, con una paleta de gran expresividad, comandada por aromas francos a frutas rojas maduras y toques florales. Muy a lo lejos, se percibe una pincelada de aromas balsámicos. Al paladar gusta por ser amplio y carnoso. ¡Y vaya sus taninos! De gran textura y pulso dulzón. La frescura, en tanto, se encuentra en un punto óptimo, pero esto no le quita un centímetro de elegancia.
Es un ejemplar que forma parte del por ahora pequeño y selecto mundo de los vinos de alta gama sin madera y que invita a reflexionar y pensar sobre lo mucho que puede todavía demostrar el Malbec, así, desnudo, sin artificios ni el efecto "commoditizador" que a veces le imprime la madera.

"Tenemos mucho por delante para trabajar con el Malbec todavía, no sólo en lo comercial, sino también en lo técnico, en el desarrollo y en el mejor conocimiento de cada zona", sostiene González, quien agrega que "la calidad está, el vino que hace Argentina gusta en todo el mundo. El futuro está en nuestras manos y cuando digo ´nuestras´, me refiero a toda la industria vitivinícola".

Cabe mencionar que, a comienzos de año, la bodega dio un paso fundamental tras presentar su primer Cabernet Sauvignon.

"Fue un punto de inflexión. El proyecto nació únicamente con el foco puesto en el Malbec pero en el año 2010 decidimos hacer un ensayo con el Cabernet Sauvignon que hay en la finca, del que apenas tenemos 4 hectáreas. Y lo cierto es que tuvimos una tan grata sorpresa que nos llevó a elaborar en 2011 la primera partida comercial de éste varietal y no pudimos evitar la tentación de trabajar también sobre un blend con Malbec que se concretó en 2012 pero que no está en el mercado aún", anticipa.
De partida ultra limitada -se elaboraron menos de 900 botellas-, Gran Cabernet De Ángeles 2011 ofrece fruta roja y negra intensa y madura, con un atrapante especiado y toques de pirazina. Su paso por madera aporta trazos ahumados y de chocolate. En boca domina el tanino dulzón, bien pulido pero brioso, que le confiere la firmeza a un vino tipo full bodied de buena carga aromática, que machaca una y otra vez con la fruta y sus finos ahumados. Soberbio ejemplar que, desde Vinos & Bodegas ya venimos anticipando desde su lanzamiento que está llamado a ser uno de los grandes vinos del año.

A la hora de analizar por qué en tan poco tiempo lograron un reconocimiento tan fuerte, González considera que "intentamos ofrecer vinos que conjugan elegancia y frescura y creo que por ahí viene la aceptación de los consumidores".

En cuanto al legado que busca dejar como enólogo, González privilegia ir a lo simple: "Hablar de legado me suena bastante egocéntrico. Prefiero pensar en lograr vinos que se recuerden".

© Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas - vinosybodegas@iprofesional.com
 
Fuente: iprofesional.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario