martes, 29 de abril de 2014

Hacer dieta y cambiar hábitos alimenticios: no es lo mismo

La famosa frase de: “me voy a poner a dieta”, no siempre conlleva el: voy a mejorar mi salud. Hacer dieta está más asociado a seguir una “receta” de alimentos y comidas con la intención de perder peso y, a ser posible, lo más rápido posible. Sin embargo, cambiar hábitos alimenticios conlleva algo más profundo, más relacionado con la educación nutricional, donde la salud va primero y la pérdida de peso es una consecuencia..

No cabe duda de que hacer una dieta es algo más sencillo y cómodo. Me dan los alimentos y platos a consumir y lo sigo a pies juntillas, aunque no comprenda el porqué. Cambiar hábitos, sin embargo, implica conocer los diferentes grupos de alimentos, cómo cocinarlos, cuándo y cómo consumirlos.

Mientras que un cambio de hábitos consigue objetivos a largo plazo y es un proceso lento pero profundo, hacer dieta consigue resultados más a corto plazo, de manera más rápida, lo que hace que goce de muchos adeptos. Eso sí, no se puede seguir un tipo de dieta toda la vida, se hace aburrido y tedioso y al final se acaba por abandonar, por tanto: vuelta a empezar.

Aprender a hacer la compra, cocinar con técnicas culinarias más óptimas, comer despacio, sin llenarnos, mejorar el consumo de frutas, verduras y hortalizas, disminuir el de azúcares… Son hábitos que se aprenden despacio y con calma, pero que una vez asentados, suponen un cambio cualitativo muy grande en nuestra dieta que va a perdurar en el tiempo. 

Como casi todo en la vida, la mejor opción es la que cuesta más trabajo y esfuerzo. Hacer una dieta os puede servir en un momento puntual o incluso puede enseñaros a comer de otra forma, pero tenemos que aprender a mejorar y cambiar hábitos, algo que vamos a interiorizar en nuestro día a día y a largo plazo potenciará nuestra salud.


Fuente: vitonica.com

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