lunes, 17 de marzo de 2014

Los primeros hacedores

Por la calidad de los vinos que produce, Argentina tiene inmejorables condiciones para ocupar uno de los principales puestos de producción a nivel mundial. El cambio más importante fue a partir de 1990 cuando los bodegueros argentinos pusieron el foco en la calidad y pudieron introducir tecnología. Hoy todo el mundo trabaja pensando en la calidad y la tecnología no tiene fronteras. A continuación, cuatro bodegas centenarias que siguen marcando el ritmo de la industria.

Humberto Canale
La historia de la bodega comenzó en el siglo pasado, poco después de la Campaña del Desierto, cuando la primera generación llegó de Génova y uno de sus hijos, el ingeniero Humberto Canale, se animó a plantar viñedos en la Patagonia en 1909 y al poco tiempo importó todo lo necesario para desarrollar una vitivinicultura de calidad. En 1913 fundó la primera bodega de la zona y cambió la realidad, promovió los estudios, generó una corriente vinícola profesional y transformó a la bodega no sólo en pionera sino en referente y modelo de la región.
Ubicada en el Alto Valle de Río Negro, provincia de Río Negro, posee 150 hectáreas de viñedos propios donde el Semillón, el Merlot, el Viognier y el Pinot Noir han desarrollado características únicas que los diferencian de los vinos del resto del país. Hoy, después de cuatro generaciones, sigue siendo una empresa familiar que combina sabiduría artesanal con modernas técnicas de cultivo y elaboración. Actualmente su producción sigue creciendo año a año para atender la demanda exportadora de países Europeos y de América del Norte.
www.bodegahcanale.com

Lagarde
Surgió en la explosión de la industria vitivinícola del siglo XIX, fundada por el capitán José Ángel Pereira en Luján de Cuyo, hoy tiene más de 110 años de vida y conserva el encanto de la producción y elaboración artesanal. Alrededor de 1975 fue traspasada a la familia Pescarmona por decisión del último de los Pereira al no poseer descendencia directa y desde entonces está en manos de esta familia empresaria mendocina que mantiene su espíritu artesanal y logró insertarse en el mercado internacional con vinos de altísima calidad.
Poseen 218 hectáreas de viñedos, una capacidad de producción de 2.450.000 litros e invierten en tecnología de última generación para asegurar la calidad. "Es una bodega chica que quiere seguir siéndolo y a la vez conservar un alto estándar de calidad, ser fuertes jugadores en el mercado local y convertirnos en una marca mundial", asegura Sofía Pescarmona, CEO de la bodega y agrega "La ventaja de la industria vitivinícola es precisamente esa, la de permitir que la actividad se desarrolle en forma fragmentada dándole lugar a todos".
www.lagarde.com.ar

Norton
Edmund James Palmer Norton fue un caballero inglés y uno de los pioneros de nuestra vitivinicultura. Se recibió de ingeniero en Inglaterra y fue contratado en Argentina para construir el ferrocarril que uniría Mendoza con Chile. En 1889 se instaló en la provincia andina y además de diseñar puentes, que era su tarea específica, en 1895 fundó la primera bodega de la zona, ubicada al sur del río Mendoza en el distrito Perdriel (Luján de Cuyo). Más tarde importó vides de Francia y se dedicó de lleno a su emprendimiento hasta que falleció en 1944.
Pasaron los años y en 1989 el empresario austríaco Gernot Langes Swarovski compró la bodega. Actualmente su hijo Michael es el responsable del management y junto con su equipo desarrolló un ambicioso proyecto de modernización y de un progresivo aumento en la extensión de la viña, invirtiendo en nuevas plantaciones y tecnología de punta. Hoy posee 680 hectáreas de superficie cultivada, una capacidad de producción de 100.000 hectolitros anuales y es una de las principales bodegas argentinas que exporta vinos finos de alta calidad.
www.norton.com.ar

Trapiche
Fundada en 1883 por Tiburcio Benegas, un patriarca que cruzó a Chile a lomo de mula y trajo las primeras cepas, tecnología y enólogos de Francia, tiene más de 130 años de trayectoria y su historia se remonta a un pequeño viñedo llamado El Trapiche, en la localidad de Godoy Cruz (Mendoza), donde comenzó la elaboración de vinos finos. En 1920 sus marcas Fond de Cave y Broquel cautivaron al mundo y a partir de 1970 se intensificó la exportación y desde entonces se posicionó como una de las marcas de vinos finos más exportada.
Cuenta con 1.255 hectáreas de plantaciones propias y además trabaja conjuntamente con más de 300 productores de diferentes áreas de la provincia de Mendoza a los que brinda asesoramiento permanente. Hoy, Trapiche es reconocida como pionera en muchos aspectos y la nueva bodega para elaborar sus vinos de alta gama ya es un hecho, ubicada en la localidad de Maipú en un edificio construido en 1912, vecino a las vías del ferrocarril, es un ícono de la arquitectura enológica mendocina que combina tradición con tecnología de vanguardia.
www.trapiche.com.ar

Fuente: http://www.bonvivir.com/contenidos/nota/1988/los_primeros_hacedores

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