lunes, 16 de diciembre de 2013

"Los blends con uvas de la costa y de Mendoza son un gran desafío pero los resultados son excelentes"

El jóven abogado está al frente de varios proyectos de la bodega. Uno de ellos consistió en la plantación de viñedos en Chapadmalal bajo la dirección del enólogo Daniel Pi. Búsqueda de nuevos terroirs y experimentos con uvas de Mendoza y la costa.

1) ¿Cómo surgió el proyecto de la costa y quienes estuvieron a cargo?

El proyecto surgió una tarde de verano mientras Jorge Estrada Mora y Daniel Pi tomaban un vino en la terraza de la Estancia Santa Isabel, propiedad del primero. Todo empezó cuando después de una charla sobre zonas vitivinicolas Jorge preguntó: ¿ Y acá por que no se puede elaborar? Daniel no encontró fundamentos suficientes y se plantaron 10 hectáreas para experimentar, Daniel Pi, Marcelo Belmonte y Jorge Arpí estuvieron a cargo de la etapa inicial . La primera elaboración (2012) fue en Mendoza con Trapiche, la segunda 2013 se elaboró integramente en la recién construida Bodega Estrada Mora en la estancia.

2)¿Cuál fue el objetivo y/o desafio inicial?

El objetivo inicial fue comprobar la hipótesis de que el terroir y la influencia marítima podían aportar cualidades únicas a estos vinos. Los resultados fueron sorprendentes sobre todo en los blancos. Desde el principio se pensó en un proyecto innovador y que rompiera paradigmas por eso se decidió la implantación de variedades como el Riesling y el Gewurztraminer adermás de otras 7 variedades para probar donde estarían los mejores resultados.

3)¿Qué tipos de variedades plantaron?

Pinot Noir, Cabernet Franc, Cab Sauvignon, Merlot, Riesling, Gewurztraminer, Sauvignon blanc, Chardonnay y Malbec

4)¿Cómo ha sido el comportamiento de esas variedades?

Los resultados han sido impresionantes sobre todo en los blancos. El Sauvignon Blanc tiene una tipicidad varietal del 100% logrando esas notas herbáceas a ruda (por ejemplo) tan difíciles de conseguir en los sauvignon blanc argentinos, Lo mimo ocurrió con el Blend Riesling/Gewurztraminer donde se obtuvo lo mejor de cada variedad, este vino obtuvo 94 puntos y medalla de oro en la competencia vinos sub30 la semana pasada en BA y el Sauvignon Blanc ganó medalla de plata en Vinandino. Por último el Chardonnay fue a barrica 12 meses con el objetivo de tener un blanco gran reserva, este vino salió segundo en la MDQ wine tasting después del enemigo Chardonnay y antes que el Angélica Zapata. Una variedad de los tintos que se ha dado muy bien es el Pinot Noir, una parte se destinó  a barrica, otra para un varietal y otra para un espumante rosé. Con el resto de los tintos tuvimos rendimientos muy bajos en la cosecha y eso no imposibilitó ver su potencial por separado por tal motivo decidimos hacer un blend de tintos y regiones utilizando para eso un 20% de nuestro malbec de altura de la finca las piedras en Los Arboles, Valle de uco. Este blend es super interesante.

5) ¿Qué tipos de vinos elaboran actualmente y cómo ha sido esa conjunción entre la costa y Mendoza?


Actualmente tenemos una amplia gama de productos, algunos todavía en barrica o estiba. La linea SILOS está reservada para los varietales y el Blend. Los vinos de reserva Chardonnay y Pinot Noir se comercializarán bajo la marca 5 MARIAS, nuestros espumantes de Pinot y Chardonnay tendrán la etiqueta de 1888 haciendo referencia al año de nacimiento de la estancia y por último tendremso un Malbec y Syrah gran reserva provenientes de Mendoza.

Con respecto a la particularidad de estar presentes en la cordillera y la costa, hemos podido comprobar la influencia del mar y el terroir en nuestros vinos. El Blend de tintos nos permite juntar las bondades de cada tierra en una sola botella. El malbec de altura aporta la fuerza y estructura propia del terroir mendocino mientras que el cabernet sauvignon, cabernet franc, Malbec y Merlot de la costa aportan los aromas y frescura típica del océano. 

6)¿Qué importancia tuvo la innovación en este proyecto?

Todo! Como todo proyecto realmente innovador los riesgos de fracaso son elevados ya que se invierte mucho tiempo esfuerzo y dinero en algo que puede no dar los frutos esperados. Si hubiésemos tenido una visión estrictamente comercial hubiésemos plantado las variedades que tienen mayor salida como el Malbec u otros tintos, sin embargo se apostó a probar cosas nuevas como el cabernet franc, el Riesling y el gewurztraminer. No solo hubo innovación en el terroir y en los cepajes sino también en las formas de trabajar el viñedo, un ecosistema y clima totalmente distinto trajo aparejado nuevos desafíos y la necesidad permanente de capacitarse. Los argentinos estamos acostumbrados a elaborar vinos en zonas geográficas del oeste sobre la cordillera, el gran desafió de este proyecto es romper los paradigmas y desaprender para luego aprender sobre la experiencia propia y la de otras regiones vitivinicolas marítimas. Por último, hay un gran desafío cultural y es lograr la aceptación en el mercado interno de nuevas zonas vitivinicolas como zonas de calidad. No hay que ver este tipo de proyectos como una amenaza para los actuales jugadores en un mercado interno saturado de oferta sino como una nueva ventana que se abre para la vitivinicultura Argentina frente al mundo y que competirá en nichos no explotados hasta el momento. 

Fuente: Area del Vino

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