viernes, 30 de agosto de 2013

Prebióticos y probióticos, dos infaltables para la salud digestiva

En más de una oportunidad oímos hablar de la importancia de incorporar alimentos probióticos y prebióticos a nuestra dieta, pero ¿sabés las diferencias que hay entre unos y otros? ¿Y por qué son importantes para el organismo?

Los alimentos probióticos son aquellos en los que existen bacterias que ayudan a reforzar nuestro sistema inmunológico, estas bacterias además, pueden sobrevivir a la digestión llegando vivas al colon y ayudando a restituir la flora intestinal que pueda haber sido alterada por alguna causa. 

Por otro lado, tenemos los alimentos prebióticos, que estimulan el crecimiento en el colon de las bacterias beneficiosas. A diferencia de las bacterias vivas de los probióticos, los prebióticos son solamente sustancias que ayudan, sin vida, a modo de complementos energéticos para las bacterias beneficiosas.

Según explicó el doctor Lisandro Pereyra, gastroenterólogo miembro del Servicio de Gastroenterología del Hospital Alemán y de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, los prebióticos son "fibras solubles o glúcidos complejos no metabolizados en el estómago ni en el intestino delgado, que alcanzan el intestino grueso donde son degradados por la microflora bacteriana, principalmente por las bifidobacterias y los lactobacilos".

Ahora, ¿por qué son beneficiosos los prebióticos? "Los prebióticos generan una biomasa bacteriana saludable y un pH óptimo, constituyendo una flora intestinal saludable", detalló Pereyra. 

La evidencia científica muestra efectos positivos sobre funciones como la regulación de la microflora y resistencia a infecciones agudas, tránsito intestinal, absorción de minerales (calcio y magnesio), y metabolismo de glúcidos y lípidos, etc. 

Además, la presencia de una flora intestinal saludable se asoció a una gran variedad de funciones beneficiosas para el organismo, tales como: 

· Síntesis de vitaminas (B1, B9, B6 y K).
· Producción de enzimas digestivas que colaboran en la absorción de nutrientes (calcio, magnesio y hierro).
· Prevención de infecciones.
· Mantenimiento de las células del intestino (epitelio).
· Estimulación del sistema inmune y un adecuado tránsito intestinal.

"Por otro lado una flora intestinal con una menor concentración de bacterias beneficiosas se asoció a distintas patologías digestivas (diarrea, distención abdominal, síndrome de intestino irritable)", explicó el especialista. 

Los prebióticos "brindan un efecto beneficioso, estimulando selectivamente el crecimiento favorable y la actividad de bacterias favorables autóctonas", según la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). 

Es así que el consumo diario de las fibras prebióticas promueven la salud digestiva y en especial la intestinal mejorando de esta manera varias funciones: 

· La regularidad intestinal sin efecto laxante.
· La absorción de vitaminas y minerales y el metabolismo general reduciendo el colesterol y el peso.
· También potencia la acción del sistema inmune.
· Y reduce la sensación de hinchazón. 

Prebióticos y probióticos: ¿Cuál es la diferencia?
Un alimento probiótico es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un alimento que contiene microorganismos vivos que, suministrados en cantidad adecuada, confieren un efecto beneficioso sobre la salud del huésped.  

En tanto que los prebióticos son hidratos de carbono que favorecen el crecimiento de las bacterias beneficiosas.

En otras palabras, los prebióticos son el alimento de los probióticos y favorecen su reproducción, por lo que resultan esenciales para mejorar la salud y el bienestar. 

Además, al inhibir el crecimiento de bacterias dañinas, los prebióticos reducen el riesgo de contraer enfermedades intestinales, como las diarreas infecciosas. 

Dónde encontrarlos

Entre los probióticos se encuentran ciertas especies y cepas de Lactobacilli, Bifidobacteria y levaduras. Y los hallamos en ciertos yogures, otros productos lácteos cultivados y aplicaciones no lácteas.

Entre sus beneficios figura que pueden mejorar la salud gastrointestinal y la inmunidad sistémica.

Por su parte, los prebióticos más conocidos son inulina, fructooligosacáridos, polidextrosa, arabinogalactano, polioles—lactulosa y lactitol, los cuales encontramos en los granos enteros, cebolla, banana, ajo, miel, puerro, alcachofa, alimentos y bebidas fortificados, suplementos dietarios y otras aplicaciones alimentarias.

Pueden mejorar la salud gastrointestinal, así como la absorción del calcio.

La empresa Kässel Pharmaceutical lanzó en el país la primera línea de prebióticos bautizada Wohl Prebiotic. Su presentación Regularidad Total, está basada en fibra prebiótica pura. Especialistas aseguran que "dos cucharaditas de té por día favorecen la regularidad intestinal diaria y la salud digestiva".

Fuente: infobae.com

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