Conduce uno de los primeros emprendimientos franceses de alta gama más
importantes del país de la mano de Michel Rolland. Carlos Tizio, gerente
general de Clos de los Siete, asegura que las condiciones actuales no
favorecen a las inversiones, las cuales se han reducido a su mínima
expresión. Además, remarca que en el ambiente de negocios se percibe el
mal humor ante la falta de previsibilidad.
-Las exportaciones de vinos en los segmentos superiores a 40 dólares crecen, ¿cómo analiza el desempeño en el exterior?
-La vitivinicultura está atravesando una situación difícil, tanto en el mercado interno como en el externo. Sin embargo, enfrenta mayores problemas en el mercado externo, en el que se están perdiendo exportaciones en los segmentos de precios más bajos, de menos de 29 dólares la caja.
Los vinos de mayor precio siguen evolucionando bien, pero no constituyen un volumen importante. En Clos de los Siete producimos vinos de alta calidad, lo que hace que nuestros valores de exportación todavía sean sostenibles. Esto no quiere decir que estemos en una situación buena. Los costos son cada vez mayores y es menor la ganancia. Hay segmentos que pueden "aguantar" esta inflación. Pero nuestros costos aumentan en dólares, y como en el mercado externo es muy difícil aumentar los precios, cada vez tenemos menos rentabilidad.
Así como pierden competitividad los segmentos de menor precio, también lo hacen los de mayor valor.
-Clos de los Siete es un emprendimiento de inversores extranjeros. ¿Cómo analiza el humor de los inversores?
-El ambiente de negocios, sea de extranjeros o no, tiene un escenario de mal humor. Hay una preocupación importante por la situación que se está viviendo, y esto se transforma en un desaliento de las inversiones.
En general, la industria ha invertido más de 2 mil millones de dólares desde 2000 hasta aquí. En los últimos años es menor la inversión.
Muchos de nuestro inversores han apostado al futuro, con bodegas de alta tecnología y gran arquitectura.
-¿Cómo manejan el aumento en los insumos?
-Los insumos aumentan. Hay varios insumos que son importados. En general, han aumentado entre 25 a 30% en un año.
Tratamos de buscar, como en toda empresa, dónde uno puede hacer ahorros. Analizamos cómo se puede ser más eficiente en la mano de obra. En proyectos de uva de alta calidad, más del 65% del costo operativo corresponde a mano de obra. Mano de obra, energía y agroquímicos son los ítems más importantes del costo operativo.
A esto hay que sumar que subieron el arancel de importación para barricas y tapones de corcho. Fue una situación compleja poder ingresar estos insumos. Finalmente llegaron, pero generaron pérdida de energía y tiempo muy importante para la empresa. Es una situación en la que se pierde previsibilidad. Uno está con la uva, el vino y en determinado momento necesitás utilizar una barrica; no se puede esperar.
-¿Qué perspectivas tienen para el resto del año?
-Las inversiones en nuestro grupo ya están hechas, la totalidad de las bodegas están construidas. Estamos realizando inversiones relacionadas al proceso normal del trabajo y de elaboración. Pero veo que en otras empresas, y otros rubros, hay un freno en las inversiones.
-Las exportaciones de vinos en los segmentos superiores a 40 dólares crecen, ¿cómo analiza el desempeño en el exterior?
-La vitivinicultura está atravesando una situación difícil, tanto en el mercado interno como en el externo. Sin embargo, enfrenta mayores problemas en el mercado externo, en el que se están perdiendo exportaciones en los segmentos de precios más bajos, de menos de 29 dólares la caja.
Los vinos de mayor precio siguen evolucionando bien, pero no constituyen un volumen importante. En Clos de los Siete producimos vinos de alta calidad, lo que hace que nuestros valores de exportación todavía sean sostenibles. Esto no quiere decir que estemos en una situación buena. Los costos son cada vez mayores y es menor la ganancia. Hay segmentos que pueden "aguantar" esta inflación. Pero nuestros costos aumentan en dólares, y como en el mercado externo es muy difícil aumentar los precios, cada vez tenemos menos rentabilidad.
Así como pierden competitividad los segmentos de menor precio, también lo hacen los de mayor valor.
-Clos de los Siete es un emprendimiento de inversores extranjeros. ¿Cómo analiza el humor de los inversores?
-El ambiente de negocios, sea de extranjeros o no, tiene un escenario de mal humor. Hay una preocupación importante por la situación que se está viviendo, y esto se transforma en un desaliento de las inversiones.
En general, la industria ha invertido más de 2 mil millones de dólares desde 2000 hasta aquí. En los últimos años es menor la inversión.
Muchos de nuestro inversores han apostado al futuro, con bodegas de alta tecnología y gran arquitectura.
-¿Cómo manejan el aumento en los insumos?
-Los insumos aumentan. Hay varios insumos que son importados. En general, han aumentado entre 25 a 30% en un año.
Tratamos de buscar, como en toda empresa, dónde uno puede hacer ahorros. Analizamos cómo se puede ser más eficiente en la mano de obra. En proyectos de uva de alta calidad, más del 65% del costo operativo corresponde a mano de obra. Mano de obra, energía y agroquímicos son los ítems más importantes del costo operativo.
A esto hay que sumar que subieron el arancel de importación para barricas y tapones de corcho. Fue una situación compleja poder ingresar estos insumos. Finalmente llegaron, pero generaron pérdida de energía y tiempo muy importante para la empresa. Es una situación en la que se pierde previsibilidad. Uno está con la uva, el vino y en determinado momento necesitás utilizar una barrica; no se puede esperar.
-¿Qué perspectivas tienen para el resto del año?
-Las inversiones en nuestro grupo ya están hechas, la totalidad de las bodegas están construidas. Estamos realizando inversiones relacionadas al proceso normal del trabajo y de elaboración. Pero veo que en otras empresas, y otros rubros, hay un freno en las inversiones.
A la situación de inflación se le suma una situación de incertidumbre sobre lo que va pasar en los próximos dos años que siguen. Ante esta incertidumbre y la falta de acciones coordinadas, se genera una situación de desánimo que lleva a que la gente decida no invertir.
Como empresa, una vez que ha pagado todos sus impuestos, uno tiene perspectivas de tener una ganancia, y en el caso de muchas empresas desea enviarlas a sus socios al exterior, pero generalmente no se puede.
El capital es muy rápido, tiene una memoria de elefante, la velocidad de una gacela y el temor de una liebre. Entonces si a uno no le dan las condiciones como para establecerse y tener las posibilidades de un retorno, uno no va a hacer ninguna inversión.
Hoy se deberían alentar las exportaciones de vinos, y para poder hacer eso deberíamos contar con un apoyo.
-¿Y cómo se podrían cristalizar esos apoyos?
-Se debería traducir en mayor presupuesto para Wines of Argentina, que hace una tarea formidable. Estratégicamente es mejor que la utilización de la plata de la Coviar en la promoción del mercado interno. La situación del mercado interno va en deterioro, la capacidad de compra de la gente también, y se pone más plata en el mercado interno en publicidad que en el externo. Creo que es la oportunidad de invertir en el mercado externo, porque en el mundo las tendencias son lentas pero indican que se va a recuperar. Donde uno tiene que apostar es en los mercados que son potenciales, pero que tienen perspectivas de crecer.
-Entonces, ¿no considera útil el uso del dinero para la campaña del mercado interno?
-No, no lo considero útil. No mueve la aguja, a pesar de que dicen que es importante porque ha evitado una caída más grande en el mercado. Eso es prácticamente imposible de probar. Creo que se gasta mucho dinero en la campaña del mercado interno, con una o dos publicidades, en las que normalmente las empresas grandes gastan mucho más en publicidad. Entonces, en donde deberíamos estar enfocados, si pensamos estratégicamente, es en el desarrollo de los mercados o en las tendencias de crecimiento de esos mercados. Hay que mirar más hacia el exterior que hacia el mercado interno.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2013/7/20/carlos-tizio-hay-mirar-hacia-exterior-hacia-mercado-interno-727088.asp
Clos de los Siete
Si bien Tizio está cargo del
proyecto Clos de los Siete, que es un vino compuesto por una selección
de uvas de cada una de las bodegas (Flecha de los Andes, Cuvellier de
los Andes, DiamAndes, Monteviejo y Bodega Rolland), en total, la
producción de las cinco bodegas de inversores extranjeros que iniciaron
el proyecto con Michel Rolland es algo menor a 3 millones de botellas al
año. La mayor parte de la producción se exporta.
"Nuestro proceso es de alta calidad. Se lanzan nuevos productos que son de mayor calidad y mayor valor agregado. Cada vez tenemos vinos de mayor nivel que de alguna forma jerarquizan el nombre del vino argentino", sintetizó Tizio.
"Nuestro proceso es de alta calidad. Se lanzan nuevos productos que son de mayor calidad y mayor valor agregado. Cada vez tenemos vinos de mayor nivel que de alguna forma jerarquizan el nombre del vino argentino", sintetizó Tizio.
Fuente: Area del Vino
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