miércoles, 29 de mayo de 2013

Un té para cada momento del día

Hoy en día, el té dejó de ser una bebida asociada a los malestares físicos y –si bien hay muchos que la consumen en determinadas meriendas- para muchos llegó a ser una bebida que puede consumirse todo el día. Algunos la consumen caliente en el invierno; otros, fría en verano. Algunos la consideran reconfortante después de una larga jornada de trabajo o la eligen por sus cualidades antioxidantes. Sea cual fuere la preferencia personal, siempre existe un té que puede adaptarse a las necesidades de cada consumidor.

El té es una infusión elaborada a partir de las hojas deshidratadas de la planta camellia sinensis y cuenta con más de 20 mil varietales puros en todo el mundo. Históricamente en nuestro país la mayoría de los consumidores conocía el té negro, pero lentamente comenzamos a familiarizarnos con el té verde, blanco, amarillo, oolong y pu erh, así como también con tisanas populares, como el rooibos.

A continuación, sugerencias para que elijas la variedad más adecuada para cada momento del día.

Desayuno

Generalmente recomendamos elegir algún varietal puro de té en hebras. En esta comida necesitamos un té de paladar más intenso y estructurado que pueda maridar perfectamente con la leche y el azúcar. Indudablemente, el té negro se convierte en la mejor opción para este momento, solo, con o sin leche y/o azúcar.

Existen muy buenas alternativas: un delicado té de la región de Assam (India), que es más dulce y levemente amargo, o puede considerarse algún varietal de Darjeeling (India), dulce pero astringente. También existen muy buenas opciones típicamente europeas en formatos de blends de hebras puras, como los famosos English Breakfast o Irish Breakfast. Finalmente, puede elegirse alguna hebra negra proveniente de Kenia, Tanzania (de muy buen desarrollo en las últimas décadas) o, incluso, Argentina.

Almuerzo

Históricamente, países como China y Taiwán sostuvieron la tradición de almorzar con té. Para este momento sugerimos: alguna hebra japonesa verde como Sencha o Gyokuro, si nuestro almuerzo incluye pescados o cereales; una hebra china verde, como Lucky Dragon o Imperial Dragonwell, en el caso que el almuerzo consista en vegetales salteados al wok; o algún té Oolong –como Ti Kuan Yin o Formosa Oolong- para una opción con mayor proporción de grasas.

En esta comida el té puede incorporarse al final, no necesariamente antes o durante el almuerzo. Además, tené en cuenta que los Oolongs favorecen el metabolismo hepático y son sumamente digestivos, por eso, son una gran opción cuando elegimos un plato rico en grasas o cuando la ingesta incluye carnes.

Merienda

Probablemente ésta sea la ingesta mas asociada al té, con muchas reminiscencias culturales –especialmente europeas- que popularizaron su consumo de té en Latinoamérica. Para acompañar “tea breads”, muffins, scons, mermeladas y crema, podremos elegir un buen “English Evening” (blend de tés negros suaves para la tarde). Para maridar una merienda típica, será ideal un clásico Earl Grey (destacado blend con base de té negro, por lo general, indio o ceylandés con esencia de bergamota).

Cena

La cena es el momento del día donde necesitamos hebras que nos ayuden en el proceso de relajación. Seguramente muchas personas cierran esta comida con una infusión tibia. Para este sutil momento de la jornada, recomendamos un té blanco o un rooibos. El primero es el más suave y delicado de todos los tés. El segundo es una tisana de procedencia sudafricana que, al no poseer cafeína, ser muy rica en oligoelementos y tener un sabor muy armónico y de fácil aprobación para los paladares no acostumbrados al té, se convirtió en una bebida muy popular, incluso para los niños.

Diego Morlachetti, Co-Director de la Escuela Argentina de Té.

Fuente: entremujeres.com

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