Bajo la estrategia nacional denominada “Más alimento, menos
desperdicio”, se ha tomado la medida de quitar la fecha de caducidad de
varios productos alimenticios, y en reemplazo de este dato se añade la
fecha de consumo preferente, por ello, te mostramos cuáles son las diferencias entre fecha de caducidad y consumo preferente:
No es lo mismo hablar de caducidad de un producto y de fecha de consumo preferente, sino que indican conceptos distintos y para conocer de qué se tratan estos datos te contamos lo que indican estas fechas:
- Fecha de caducidad: indica que una vez superada la fecha impresa en el producto, su consumo podría ocasionar daños a la salud, por lo tanto, se recomienda evitar su ingesta.
- Fecha de consumo preferente: indica que una vez superada la fecha, el producto no ofrece plena calidad y puede haber perdido alguna de sus cualidades tales como sabor, olor o textura, pero desde el punto de vista sanitario es totalmente comestible.
Así, un alimento puede ser consumido pasada su fecha de consumo
preferente sin provocar riesgos para la salud, simplemente se afectará
sus características organolépticas. Y en cambio, los alimentos caducados
podrían ser riesgosos para la salud, aunque muchas veces la fecha de
caducidad provoca que se tire un yogur aun apto para consumo y bien
conservado microbiológicamente hablando.
Esta medida pretende prevenir el desperdicio de alimentos y
quizá, volvernos más responsables con el consumo de productos, pues una
vez superada la fecha de consumo preferente, si bien podemos ingerir sin
problemas para la salud un alimento, el fabricante no es responsable de
la pérdida de propiedades del mismo. Por ello, la fecha de consumo
preferente es sólo apta para ser usada con alimentos con bajo riesgo de
contaminación bacteriana, tales como las legumbres, las pastas, el vino,
las bebidas con graduación alcohólica superior al 10%, los curados,
entre otros.
Aunque por supuesto, es importante catar y ser crítico antes de
consumir un alimento muy pasado de su fecha de consumo preferente, pues
como ya hemos dicho, hay algunos indicadores de cuándo no debemos consumir un yogur, por ejemplo.
Lo mejor para protegernos y no desperdiciar, es hacer una compra razonable en cantidades, planificar el consumo en tiempo y conservar bien los alimentos,
aquellos secos fuera de la humedad y en el caso del yogur, en lugar
fresco sin descuidar la cadena de frío. Esto asegurará una mayor calidad
del alimento y mantendrá lejos de la contaminación por más tiempo al
producto. Así, una leche bien conservada puede mantenerse segura incluso
pasada su fecha de caducidad, aunque sólo será responsable de su
ingesta el consumidor, pues nunca un alimento caducado será totalmente seguro.
En Directo al Paladar | ¿Es seguro comerse un yogur caducado?
Imagen | Sergis blog
Fuente. vitonica.com
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