lunes, 4 de marzo de 2013

Qué es el hígado graso y cómo reconocer sus síntomas

Se trata de una condición más frecuente en las mujeres. Si bien hay personas asintomáticas, hay algunas señales de alerta que da el cuerpo. Claves para prevenirlo.

La esteatosis o comúnmente llamado “hígado graso” se da por la acumulación de grasas en la célula hepática. También existe otro tipo de hígado graso, que está dado por la ingesta de alcohol, al que se denomina esteatosis alcohólica, pero esta no es su única causa.

Se trata de una patología en aumento porque está asociada a la obesidad, la hipertensión y el colesterol alto. Es una complicación que puede presentarse cuando hay exceso de grasa en la zona abdominal: las células adiposas pierden la capacidad de almacenarla y se infiltra en órganos vecinos.

Aunque hay personas asintomáticas, hay factores clave que deben implicar una consulta médica:

· Las mujeres de mediana edad, con sobrepeso, con trastornos de azúcar en el metabolismo (diabetes) o de grasas (colesterol y triglicéridos), tienen altas posibilidades de padecer hígado graso. Los genes también ayudan: no es una enfermedad hereditaria, pero sí existe una asociación familiar, ya que hay cierta predisposición genética a desarrollarla y también debido a que frecuentemente en una familia se comparten hábitos de alimentación que pueden favorecer su aparición.

· Más de la mitad de los pacientes con hígado graso presentan fatiga persistente o malestar en el cuadrante superior derecho del abdomen, o ambas cosas.

· A la hora del examen físico, muestran un agrandamiento indoloro del hígado, y generalmente son diagnosticados cuando acuden al médico por una elevación inexplicable y persistente de los valores de las pruebas hepáticas. Es que, por supuesto, todo esto viene acompañado de varios índices que se ven alterados como el de las enzimas hepáticas, las cuales llegan a duplicarse y hasta triplicarse a la par de los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos.

¿Qué hacer para ganar la batalla?

Para cuidar el hígado la batalla comienza por reducir los azúcares refinados, los carbohidratos, las grasas de origen animal y el alcohol. Comer más verduras, pescados, frutos secos y yogur.

De todas las dietas que circulan, la mediterránea es probablemente una de las más sanas para evitar el hígado graso y al mismo tiempo disminuir el riesgo cardiovascular.

Aumentar la actividad física, es obviamente un complemento para una dieta saludable contra la esteatosis.

¿Cómo prevenirlo?

· Evitar el consumo de alcohol.
· A menos que sea indispensable, no tomar medicamentos dañinos para tu hígado como los analgésicos, antiinflamatorios o estrógenos.
· Reducir gradualmente el peso (nunca de manera vertiginosa, porque eso puede empeorar más el cuadro).
· Vacunarse  contra la hepatitis A y B.
· Aumentar la ingesta de antioxidantes.

Asesoró: doctor Fernando San Cristóbal (MN 59461). Sanatorio Modelo de Caseros

Fuente: saludable.infobae.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario