La sensación general que se puede percibir en la industria vitivinícola
es de cautela. Al ritmo de otras industrias, las expectativas para este
año no muestran crecimiento y, de no mediar cambios, sólo se aspira a
mantener mercados, logrando un resultado en el exterior similar al de
2012.
Esto repercute directamente en las inversiones que se deben hacer en la industria. Varios consultados aseguran que, este año, los desembolsos serán moderados y tenderán a terminar con lo empezado años anteriores.
"No planificamos ninguna inversión en 2013. Estimamos que el mercado está saturado de viñedos, bodegas y marcas. Esperamos una consolidación en el mercado y mejores oportunidades de inversión en un lapso de 2 a 3 años", sentencia Guillermo Banfi, dueño de Bodega del Sur de los Andes.
"En los últimos 10 años -continúa- Argentina ha recibido numerosas inversiones de extranjeros que se irán de a poco del país como consecuencia de la baja rentabilidad del negocio, las restricciones cambiarias, reglas poco claras e inseguridad jurídica".
Alberto Arizu, director Comercial de Luigi Bosca, indica que este continuarán con las inversiones que ya tenían planeadas.
En tanto, José Manuel Ortega, Chairman de O. Fournier Group, que tiene inversiones en Mendoza, Chile y España, sostuvo que "no tenemos planeadas inversiones. Sólo de viñedos para el programa "O. Fournier Wine Partners" y nuestro proyecto hotelero".
El turismo ha sido la apuesta de bodega Cassone para 2013. Según comentó su propietario, Federico Cassone, en este momento están realizando trabajos de obra para terminar de construir la sala para turismo, que será de aproximadamente 100 metros cuadrados donde podrán agasajar a quienes visiten la bodega.
Más allá de esta inversión, que ya estaba proyectada durante el año pasado, el director del establecimiento indicó que en 2013 los desembolsos para este tipo de emprendimientos serán más cautelosos y se invertirá simplemente en la parte comercial y financiera para lograr eficientizar la labor y crecer en ventas.
Roberto de la Mota, dueño de Mendel Wines y además asesor de numerosas bodegas, dijo que para este año tienen planeadas inversiones ampliando la capacidad de su bodega e implantando 20 hectáreas nuevas en el Valle de Uco.
"El sector vitivinícola (como otras actividades o economías regionales) está sufriendo una pérdida de competitividad relativamente importante derivada del aumento de los costos internos, un atraso en el tipo de cambio y la dificultad para aumentar los precios de los vinos a la exportación", dijo De la Mota.
Para el bodeguero, si bien los vinos de Argentina se vieron fuertemente favorecidos en la década anterior y hasta 2011 por sus características de estilo, atributos de comunicación, ventajas del tipo de cambio y por el atractivo que representa la variedad Malbec, hoy la situación ha tenido un giro. "En el último año hemos sufrido un aumento de los costos de producción que ha obligado a aumentar el valor promedio de la caja de vino exportado y por ello el volumen de exportación de vino embotellado ha bajado en detrimento del vino exportado a granel".
Perspectivas 2013
A diferencia de otros años en los que las estimaciones siempre tenían tendencias alcistas, lo cierto es que este año las perspectivas para el vino embotellado son magras.
"Los vinos argentinos, en general, tendrán un comportamiento similar al del año pasado. Se sigue creciendo bien en los segmentos medios altos y altos, mientras los bajos se han visto rezagados por los márgenes y alguna transferencia de fraccionado a operaciones a granel para sostener algunos negocios que se tornan difíciles en esta situación. Hay mucha competencia y la crisis europea ha impulsado también a sus vinos a ser más agresivos y con precios muy competitivos, algo impensable tiempo atrás", dijo Alberto Arizu.
Aunque el bodeguero se mostró confiado sobre el comportamiento que en particular sus vinos pueden alcanzar en el exterior, al hablar de la industria en forma macro sintetizó: "Hay demanda de nuestros vinos y se ha ido consolidando su reputación internacional, aunque se han deteriorado los incentivos de la exportación, básicamente por los costos de producción y el tipo de cambio".
Guillermo Banfi estimó que 2013 seguirá la misma tendencia de 2012, "bajo crecimiento y con la posibilidad de perder participación en algunos mercados por la continua pérdida de competitividad, producto de la alta inflación en dólares".
El empresario sostuvo que las exportaciones en 2013 rondarán los U$S 700 millones, con un total en fraccionado de unas 20 millones de cajas, similar a 2011 y 2012. "Argentina ha llegado a un techo en sus exportaciones de vino con el peligro de perder mercado, por su pérdida de competitividad y alta presión fiscal", agregó.
Si bien considera que los vinos argentinos por su calidad pueden seguir funcionando correctamente en el exterior, el panorama para José Manuel Ortega es desalentador.
Esto repercute directamente en las inversiones que se deben hacer en la industria. Varios consultados aseguran que, este año, los desembolsos serán moderados y tenderán a terminar con lo empezado años anteriores.
"No planificamos ninguna inversión en 2013. Estimamos que el mercado está saturado de viñedos, bodegas y marcas. Esperamos una consolidación en el mercado y mejores oportunidades de inversión en un lapso de 2 a 3 años", sentencia Guillermo Banfi, dueño de Bodega del Sur de los Andes.
"En los últimos 10 años -continúa- Argentina ha recibido numerosas inversiones de extranjeros que se irán de a poco del país como consecuencia de la baja rentabilidad del negocio, las restricciones cambiarias, reglas poco claras e inseguridad jurídica".
Alberto Arizu, director Comercial de Luigi Bosca, indica que este continuarán con las inversiones que ya tenían planeadas.
En tanto, José Manuel Ortega, Chairman de O. Fournier Group, que tiene inversiones en Mendoza, Chile y España, sostuvo que "no tenemos planeadas inversiones. Sólo de viñedos para el programa "O. Fournier Wine Partners" y nuestro proyecto hotelero".
El turismo ha sido la apuesta de bodega Cassone para 2013. Según comentó su propietario, Federico Cassone, en este momento están realizando trabajos de obra para terminar de construir la sala para turismo, que será de aproximadamente 100 metros cuadrados donde podrán agasajar a quienes visiten la bodega.
Más allá de esta inversión, que ya estaba proyectada durante el año pasado, el director del establecimiento indicó que en 2013 los desembolsos para este tipo de emprendimientos serán más cautelosos y se invertirá simplemente en la parte comercial y financiera para lograr eficientizar la labor y crecer en ventas.
Roberto de la Mota, dueño de Mendel Wines y además asesor de numerosas bodegas, dijo que para este año tienen planeadas inversiones ampliando la capacidad de su bodega e implantando 20 hectáreas nuevas en el Valle de Uco.
"El sector vitivinícola (como otras actividades o economías regionales) está sufriendo una pérdida de competitividad relativamente importante derivada del aumento de los costos internos, un atraso en el tipo de cambio y la dificultad para aumentar los precios de los vinos a la exportación", dijo De la Mota.
Para el bodeguero, si bien los vinos de Argentina se vieron fuertemente favorecidos en la década anterior y hasta 2011 por sus características de estilo, atributos de comunicación, ventajas del tipo de cambio y por el atractivo que representa la variedad Malbec, hoy la situación ha tenido un giro. "En el último año hemos sufrido un aumento de los costos de producción que ha obligado a aumentar el valor promedio de la caja de vino exportado y por ello el volumen de exportación de vino embotellado ha bajado en detrimento del vino exportado a granel".
Perspectivas 2013
A diferencia de otros años en los que las estimaciones siempre tenían tendencias alcistas, lo cierto es que este año las perspectivas para el vino embotellado son magras.
"Los vinos argentinos, en general, tendrán un comportamiento similar al del año pasado. Se sigue creciendo bien en los segmentos medios altos y altos, mientras los bajos se han visto rezagados por los márgenes y alguna transferencia de fraccionado a operaciones a granel para sostener algunos negocios que se tornan difíciles en esta situación. Hay mucha competencia y la crisis europea ha impulsado también a sus vinos a ser más agresivos y con precios muy competitivos, algo impensable tiempo atrás", dijo Alberto Arizu.
Aunque el bodeguero se mostró confiado sobre el comportamiento que en particular sus vinos pueden alcanzar en el exterior, al hablar de la industria en forma macro sintetizó: "Hay demanda de nuestros vinos y se ha ido consolidando su reputación internacional, aunque se han deteriorado los incentivos de la exportación, básicamente por los costos de producción y el tipo de cambio".
Guillermo Banfi estimó que 2013 seguirá la misma tendencia de 2012, "bajo crecimiento y con la posibilidad de perder participación en algunos mercados por la continua pérdida de competitividad, producto de la alta inflación en dólares".
El empresario sostuvo que las exportaciones en 2013 rondarán los U$S 700 millones, con un total en fraccionado de unas 20 millones de cajas, similar a 2011 y 2012. "Argentina ha llegado a un techo en sus exportaciones de vino con el peligro de perder mercado, por su pérdida de competitividad y alta presión fiscal", agregó.
Si bien considera que los vinos argentinos por su calidad pueden seguir funcionando correctamente en el exterior, el panorama para José Manuel Ortega es desalentador.
"La situación de los aumentos de costos y el tipo de cambio empieza a ser dramática. Visto como vienen las cosas, en 2013 sólo se pondrá peor", describió Ortega.
"Luego -continuó- me imagino que habrá problemas cuando los precios de la uva estén por el suelo. Todo no se puede tener. Todo el mundo quiere todo. Esto ya no es de teoría económica, es de sentido común. Pero como las economías regionales no pintamos nada, pues seguiremos perdiendo ventas, rentabilidad y puestos de trabajo", graficó.
Por su parte, Federico Cassone, de bodega Cassone, comentó que "de perspectivas no se habla mucho ya que los índices no muestran posibles cambios favorables, pero tenemos la convicción sobre lo que hay que hacer para contrarrestarlo".
Mercados atractivos
Con la crisis instalada en Europa, el viejo continente dejó de ser atractivo para los vinos argentinos, por lo que Estados Unidos, Brasil y Canadá seguirán liderando como los destinos elegidos para el vino argentino.
Banfi concluyó que Estados Unidos seguirá siendo el principal mercado con exportaciones por cerca de U$S 270 millones seguido por Canadá con U$S 80 millones. "Las exportaciones seguirán concentradas en los 5 principales países (Estados Unidos, Canadá, Brasil, Reino Unido y Países Bajos), representando casi el 70% del total de las exportaciones. Si bien China ha crecido en los últimos años, su participación no representa más del 3%".
"Las bodegas apuntarán a profundizar negocios en los mercados de mejor precio y desestimar los mercados de precios más bajos. Estados Unidos seguirá siendo el motor, Brasil por la importancia de nuestra participación, junto a otros mercados de América Latina, también lo será. Reino Unido seguirá siendo difícil", estimó Alberto Arizu.
Para Ortega, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Asia, deben seguir siendo los mercados fuertes para el vino argentino. También habrá que seguir haciendo esfuerzos en Argentina que es el único mercado que puede absorber aumentos de precios acordes con los insumos", señala.
Sobre Asia, y en especial sobre China, De la Mota, indicó: "China resulta muy atractivo por su potencial, pero por tamaño y lejanía requiere una logística más importante algo difícil para los pequeños productores".
Granel en alza, embotellados en baja
Según datos de Caucasia Wine Thinking, publicados por Wines of Argentina, durante 2012 las exportaciones argentinas crecieron aproximadamente un 10% en volumen y valor, mientras que el precio promedio por litro fue el que presentó número negativo, (-1%), pasando de U$S 2,47 en 2011 a U$S 2,45 en 2011.
Como se habló durante todo el año pasado, el principal motor de crecimiento de los envíos de Argentina fue el granel. Las exportaciones de esta categoría sobresalieron durante 2012 con un crecimiento en el volumen exportado de 55%, lo que representó 157,2 millones de litros, alcanzando un precio promedio de U$S 0,85 por litro. Además, lograron compensar la caída en volumen de los vinos fraccionados que fue del 3%.
En relación a los envíos a granel, no hay que dejar de mencionar que el principal destino y que concentró el 75% de la facturación y 69% en volumen fue Estados Unidos. Según las perspectivas 2013, este mercado continuaría su tendencia alcista de la demanda, a pesar de que la cosecha 2012 de este destino fue excelente.
En contraparte, se ubica Brasil que presentó una caída en facturación del 13% y del 17% en volumen. Esto se vio impulsado por las diversas trabas que impuso el país a los vinos argentinos y que se tradujo en los números.
Si se analiza la situación de los vinos embotellados, el panorama fue distinto. Durante el año que pasó vieron compensada su caída en volumen exportado con un aumento en su precio promedio, hasta los U$S 4,07 el litro, por lo que su facturación alcanzó los 740 millones de dólares, aproximadamente un 3,5% por encima del alcanzado en 2011.
Finalmente, en relación a los segmentos de precios la franja menor a los U$S 18 fue la que presentó peor performance, cayendo aproximadamente un 27% tanto en volumen como en valo, mientras que la que mejor escenario mostró fue la que va de los U$S 40 a U$S 90 y es la que mayor volumen exporta Argentina. Durante 2012 se enviaron 280 millones de dólares a un total de 5,1 millones de cajas, creciendo aproximadamente un 13% en ambos casos.
Espumantes, una categoría que crece
Durante 2012, Argentina
exportó espumantes por un total de 22,9 millones de dólares, lo que
supone 465.449 de cajas de 9 de litros, a un valor promedio de U$S
49,20. Con respecto a 2011, Argentina creció 8% en facturación y 13% en
volumen.
Los mercados que traccionaron las ventas de espumantes fueron Brasil, Chile y Estados Unidos. De estos tres, el segundo fue quien presentó mejor performance con un crecimiento aproximado del 50% en valor y volumen; mientras, Estados Unidos mostró una caída significativa. Además, dentro de los principales 10 destinos, exceptuando Japón, todos los países responden a América Latina, por lo que queda demostrado su liderazgo.
Según Santiago Clement, de la Comisión de Espumantes de Bodegas de Argentina, en el país hay alrededor de 150 bodegas elaboradoras de espumante. El número año a año se ha ido incrementado. Esto se puede observar por el crecimiento en volumen de producción en los últimos 5 años; el promedio ha sido del 10% anual. "La producción en 2012 cerró con 55 millones de botellas. De esta producción, aproximadamente el 12% se exporta (es una proporción que varía muy poco interanualmente); el resto queda en el mercado interno", destacó Clement.
Este incremento en la producción y en las exportaciones responde a un cambio de tendencias. Para Clement, "el consumidor ha redescubierto esta categoría como una nueva opción y se ve reflejado inmediatamente en que el consumo de este producto se ha desestacionalizado, siendo adquirido en toda época del año y no sólo en las fiestas".
Asimismo, remarcó que otro punto que ha influido ha sido el consumo nocturno y juvenil. "Hoy es muy común que la gente tome espumantes en los restaurantes, bares y boliches; lestos han disputado lugar de mercado a la cerveza y a otras bebidas no vínicas y eso es bueno porque incrementa la torta para el sector. Los frizantes ingresaron muy bien en la noche y creo que, de algún modo, abrieron la puerta a los espumantes en el sector juvenil".
Los mercados que traccionaron las ventas de espumantes fueron Brasil, Chile y Estados Unidos. De estos tres, el segundo fue quien presentó mejor performance con un crecimiento aproximado del 50% en valor y volumen; mientras, Estados Unidos mostró una caída significativa. Además, dentro de los principales 10 destinos, exceptuando Japón, todos los países responden a América Latina, por lo que queda demostrado su liderazgo.
Según Santiago Clement, de la Comisión de Espumantes de Bodegas de Argentina, en el país hay alrededor de 150 bodegas elaboradoras de espumante. El número año a año se ha ido incrementado. Esto se puede observar por el crecimiento en volumen de producción en los últimos 5 años; el promedio ha sido del 10% anual. "La producción en 2012 cerró con 55 millones de botellas. De esta producción, aproximadamente el 12% se exporta (es una proporción que varía muy poco interanualmente); el resto queda en el mercado interno", destacó Clement.
Este incremento en la producción y en las exportaciones responde a un cambio de tendencias. Para Clement, "el consumidor ha redescubierto esta categoría como una nueva opción y se ve reflejado inmediatamente en que el consumo de este producto se ha desestacionalizado, siendo adquirido en toda época del año y no sólo en las fiestas".
Asimismo, remarcó que otro punto que ha influido ha sido el consumo nocturno y juvenil. "Hoy es muy común que la gente tome espumantes en los restaurantes, bares y boliches; lestos han disputado lugar de mercado a la cerveza y a otras bebidas no vínicas y eso es bueno porque incrementa la torta para el sector. Los frizantes ingresaron muy bien en la noche y creo que, de algún modo, abrieron la puerta a los espumantes en el sector juvenil".
Fuente: Area del Vino
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