En esta época del año, la mayoría de las bodegas están realizando sus presupuestos para el 2013.
En este sentido, es que la preocupación toca la puerta de cada uno de
los establecimientos a la hora de hacer números y evaluar la situación
en la que se encuentran. De esta forma, es que en suerte de "adivinos",
tratan de analizar el comportamiento del mercado interno y externo en lo
que resta del año y principios del próximo.
Frente a esto, es que desde Área del Vino se entrevistó a diversos empresarios vitivinícolas, de bodegas chicas, medianas y grandes, para conocer cuáles son las perspectivas para el 2013.
Mercado interno
La situación del consumo en el mercado interno no está siendo la óptima, sin embargo diversos bodegueros aseveran que hoy está siendo más rentable destinar el vino acá que exportarlo. Pero más allá de esto, las reglamentaciones gubernamentales están complicando el negocio.
Andrés Belinsky, director comercial de Bodega Benegas, comentó que "los segmentos de precios, tanto en mercado local como en el de exportación que estén por debajo de los $ 45 (precio al público) no son rentables para una operación como la nuestra, donde trabajamos con viñedos de rendimientos medios-bajos, el tamaño de la bodega es chica y la influencia de los costos fijos es alta, no contamos con línea de fraccionamiento propia por la escala, etc.".
Es por esto, "que venimos haciendo un trabajo de crecer en distribución y puntos de ventas en mercado local desde inicio del 2011, para poder sortear todas estas complicaciones".
Nicolás Cornejo, gerente de Marketing y PR de Hess Family Latin America, coincidió en que los segmentos más complicados seguirán siendo aquellos que se ubiquen debajo de los $45, sin embargo, puntualizó: "ningún segmente escapa a la caída de la rentabilidad".
Asimismo, indicó que "a pesar de las complicaciones que presenta la industria, en la línea Amalaya proyectamos crecer moderadamente; ya que si evaluamos este año, el mercado prácticamente no creció. Al ser una bodega nueva tenemos todavía mucho potencial de distribución y estamos aprovechando el buen momento de Salta como categoría e imagen; y la tendencia de regionalización. Mientras que en el caso de Colomé las expectativas son de un crecimiento muy pequeño ya que son marcas maduras, y el crecimiento vendrá dado por mejoras de la distribución en zonas turísticas (Ej. Patagonia y Salta)".
Rafael Squassini, director de Dante Robino, destacó que la competencia actual es feroz y la situación de consumo no es la óptima, por lo que evalúa un año sumamente complicado, donde la caída en las ventas será un factor para toda la industria. A pesar de esto, "prevemos crecer un 15% en volumen, principalmente con los varietales Malbec y Cabernet, en el segmento más bajo".
Patricio Eppinger, director de Ojo de Vino, bodega que se presentó recién este año en el mercado interno, acentuó: "nuestra prioridad es llegar al consumidor relativamente educado gastronómicamente hablando a través y por recomendación de los sommelier de los mejores restaurantes y vinotecas de CABA, GBA y Córdoba".
"A pesar de la realidad que se nos presenta -continúo el empresario- sabemos que los segmentos más bajos son los que más sufren la inflación al tiempo que son los que les resultan más difíciles actualizar los precios. Así y todo, hoy, para este segmento, el mercado local es infinitamente más atractivo que el de exportación".
Mercado externo
Las consecuencias de los consabidos problemas de la vitivinicultura argentina llegaron para quedarse. Un análisis realizado por Área del Vino, indica que en los primeros 8 meses del año, las exportaciones de vino fraccionado en botella tuvieron una caída interanual en volumen de 1.051.386 cajas. El precio promedio ascendió hasta los U$S 35,74 por caja de 9 litros, por lo que la facturación aumentó sólo un 1,3%.
Los cinco principales destinos de vino fraccionado han tenido una mala performance en el acumulado Enero-Agosto, con una caída tanto en facturación como en volumen. Salvo, la estrella, Canadá que se comportó de manera totalmente opuesta, con un aumento tanto en valor como en volumen.
De esta forma, es que desde Bodega Benegas, el director comercial aseveró que "éste será otro año duro como el 2012. La dinámica no va a cambiar. Economías sin crecimiento o crecimiento moderado. Países productores del viejo mundo con excedente de vino por baja en su mercado interno, competidores como Sudáfrica, Chile y Australia con moneda más devaluada que la nuestra. Importadores y Distribuidores con actitud conservadora". A pesar de esto, "prevemos seguir creciendo en Estados Unidos, ya que estamos solamente en 12 Estados y apostamos a expandirnos. También esperamos un crecimiento en Brasil, ya que a fines del 2011 comenzamos con un nuevo Importador muy serio y fuerte, con muy buenos resultados en 2012 y le perspectiva positiva para el 2013".
Eppinger analizó que el mercado externo ya eligió volver a darles la oportunidad a los mercados más estables y confiables. "La moda del Malbec no alcanza para pulsear con clientes que tienen tanta oferta y que se indignan por nuestra inestabilidad. De esta manera, comercialmente todas las franjas van a sufrir aunque sin duda los vinos de vinos de hasta USD 42 (x12 botellas) son y van a seguir siendo los más castigados".
Squassini comentó que "el mercado de vino embotellado en general estará estable, con una leve caída. En cuanto a nosotros planificamos un crecimiento aproximado de un 10%, apalancado en Brasil, USA, China y creemos que Europa seguirá en baja".
Desde Hess Family, indicaron que "2011 y 2012 fue un año de ordenamiento de precios para los vinos argentinos en el exterior, con aumentos para recomponer rentabilidad y la consiguiente pérdida de volumen. Esperamos que el 2013 vuelva a ser un año de crecimiento moderado en volumen. En nuestro caso, seguiremos con la apuesta en Estados Unidos, como principal mercado y Asia como fuente de crecimiento. Brasil está complicado por demoras burocráticas en las importaciones".
Para Ojo de Vino, la situación es particular, ya que sus dos principales mercados (Suiza y Alemania) están en plena aceptación de nuestros vinos. "Venimos creciendo en ambos de manera muy sostenida y eso a priori no tendría que cambiar en los próximos dos años. Los otros mercados son relativamente nuevos, razón por la cual no veo que pueda a disminuir su demanda. Nuestra estrategia es abrir pocos mercados y trabajarlos a conciencia, acompañarlos. Es decir, intentar que maduren comercialmente sanos".
Principales preocupaciones para el 2013
La falta de financiamiento sigue siendo un obstáculo para el desarrollo de la industria. Tanto en el 2012 como lo que se espera para el próximo, la situación para acceder a un crédito parece agudizarse. Esto, a su vez complica fuertemente ya que ante un tipo de cambio que no favorece, aumentos de precios, y burocracia reflejada en las demoras para percibir los rembolsos a las exportaciones y devolución del IVA, sin financiamiento la inversión es nula.
Tanto Squassini como Belinsky remarcaron que las fuentes de financiación en el último tiempo se han acentuado, perjudicando fuertemente al crecimiento de la industria. "Por un lado, es complicado acceder a un crédito, y los que hay están a tasas poco razonables", puntualizaron.
Saliendo de esta temática, otra de las complicaciones que plantea Cornejo es el "tipo de cambio actual y la inflación. Estos dos puntos desequilibran la rentabilidad de un vino".
En el caso de Ojo de Vino, la principal preocupación es netamente productiva. "Este año la merma productiva no inducida en el viñedo y la imprevisibilidad de los costos nos castigaron muy fuertemente. Estamos concentrados en anticiparnos a los aspectos que podemos prever y/o controlar: inflación, compras, stocks, precios, negociaciones, formas de pago, financiación, etc.", indicó el director de la empresa.
Frente a esto, es que desde Área del Vino se entrevistó a diversos empresarios vitivinícolas, de bodegas chicas, medianas y grandes, para conocer cuáles son las perspectivas para el 2013.
Mercado interno
La situación del consumo en el mercado interno no está siendo la óptima, sin embargo diversos bodegueros aseveran que hoy está siendo más rentable destinar el vino acá que exportarlo. Pero más allá de esto, las reglamentaciones gubernamentales están complicando el negocio.
Andrés Belinsky, director comercial de Bodega Benegas, comentó que "los segmentos de precios, tanto en mercado local como en el de exportación que estén por debajo de los $ 45 (precio al público) no son rentables para una operación como la nuestra, donde trabajamos con viñedos de rendimientos medios-bajos, el tamaño de la bodega es chica y la influencia de los costos fijos es alta, no contamos con línea de fraccionamiento propia por la escala, etc.".
Es por esto, "que venimos haciendo un trabajo de crecer en distribución y puntos de ventas en mercado local desde inicio del 2011, para poder sortear todas estas complicaciones".
Nicolás Cornejo, gerente de Marketing y PR de Hess Family Latin America, coincidió en que los segmentos más complicados seguirán siendo aquellos que se ubiquen debajo de los $45, sin embargo, puntualizó: "ningún segmente escapa a la caída de la rentabilidad".
Asimismo, indicó que "a pesar de las complicaciones que presenta la industria, en la línea Amalaya proyectamos crecer moderadamente; ya que si evaluamos este año, el mercado prácticamente no creció. Al ser una bodega nueva tenemos todavía mucho potencial de distribución y estamos aprovechando el buen momento de Salta como categoría e imagen; y la tendencia de regionalización. Mientras que en el caso de Colomé las expectativas son de un crecimiento muy pequeño ya que son marcas maduras, y el crecimiento vendrá dado por mejoras de la distribución en zonas turísticas (Ej. Patagonia y Salta)".
Rafael Squassini, director de Dante Robino, destacó que la competencia actual es feroz y la situación de consumo no es la óptima, por lo que evalúa un año sumamente complicado, donde la caída en las ventas será un factor para toda la industria. A pesar de esto, "prevemos crecer un 15% en volumen, principalmente con los varietales Malbec y Cabernet, en el segmento más bajo".
Patricio Eppinger, director de Ojo de Vino, bodega que se presentó recién este año en el mercado interno, acentuó: "nuestra prioridad es llegar al consumidor relativamente educado gastronómicamente hablando a través y por recomendación de los sommelier de los mejores restaurantes y vinotecas de CABA, GBA y Córdoba".
"A pesar de la realidad que se nos presenta -continúo el empresario- sabemos que los segmentos más bajos son los que más sufren la inflación al tiempo que son los que les resultan más difíciles actualizar los precios. Así y todo, hoy, para este segmento, el mercado local es infinitamente más atractivo que el de exportación".
Mercado externo
Las consecuencias de los consabidos problemas de la vitivinicultura argentina llegaron para quedarse. Un análisis realizado por Área del Vino, indica que en los primeros 8 meses del año, las exportaciones de vino fraccionado en botella tuvieron una caída interanual en volumen de 1.051.386 cajas. El precio promedio ascendió hasta los U$S 35,74 por caja de 9 litros, por lo que la facturación aumentó sólo un 1,3%.
Los cinco principales destinos de vino fraccionado han tenido una mala performance en el acumulado Enero-Agosto, con una caída tanto en facturación como en volumen. Salvo, la estrella, Canadá que se comportó de manera totalmente opuesta, con un aumento tanto en valor como en volumen.
De esta forma, es que desde Bodega Benegas, el director comercial aseveró que "éste será otro año duro como el 2012. La dinámica no va a cambiar. Economías sin crecimiento o crecimiento moderado. Países productores del viejo mundo con excedente de vino por baja en su mercado interno, competidores como Sudáfrica, Chile y Australia con moneda más devaluada que la nuestra. Importadores y Distribuidores con actitud conservadora". A pesar de esto, "prevemos seguir creciendo en Estados Unidos, ya que estamos solamente en 12 Estados y apostamos a expandirnos. También esperamos un crecimiento en Brasil, ya que a fines del 2011 comenzamos con un nuevo Importador muy serio y fuerte, con muy buenos resultados en 2012 y le perspectiva positiva para el 2013".
Eppinger analizó que el mercado externo ya eligió volver a darles la oportunidad a los mercados más estables y confiables. "La moda del Malbec no alcanza para pulsear con clientes que tienen tanta oferta y que se indignan por nuestra inestabilidad. De esta manera, comercialmente todas las franjas van a sufrir aunque sin duda los vinos de vinos de hasta USD 42 (x12 botellas) son y van a seguir siendo los más castigados".
Squassini comentó que "el mercado de vino embotellado en general estará estable, con una leve caída. En cuanto a nosotros planificamos un crecimiento aproximado de un 10%, apalancado en Brasil, USA, China y creemos que Europa seguirá en baja".
Desde Hess Family, indicaron que "2011 y 2012 fue un año de ordenamiento de precios para los vinos argentinos en el exterior, con aumentos para recomponer rentabilidad y la consiguiente pérdida de volumen. Esperamos que el 2013 vuelva a ser un año de crecimiento moderado en volumen. En nuestro caso, seguiremos con la apuesta en Estados Unidos, como principal mercado y Asia como fuente de crecimiento. Brasil está complicado por demoras burocráticas en las importaciones".
Para Ojo de Vino, la situación es particular, ya que sus dos principales mercados (Suiza y Alemania) están en plena aceptación de nuestros vinos. "Venimos creciendo en ambos de manera muy sostenida y eso a priori no tendría que cambiar en los próximos dos años. Los otros mercados son relativamente nuevos, razón por la cual no veo que pueda a disminuir su demanda. Nuestra estrategia es abrir pocos mercados y trabajarlos a conciencia, acompañarlos. Es decir, intentar que maduren comercialmente sanos".
Principales preocupaciones para el 2013
La falta de financiamiento sigue siendo un obstáculo para el desarrollo de la industria. Tanto en el 2012 como lo que se espera para el próximo, la situación para acceder a un crédito parece agudizarse. Esto, a su vez complica fuertemente ya que ante un tipo de cambio que no favorece, aumentos de precios, y burocracia reflejada en las demoras para percibir los rembolsos a las exportaciones y devolución del IVA, sin financiamiento la inversión es nula.
Tanto Squassini como Belinsky remarcaron que las fuentes de financiación en el último tiempo se han acentuado, perjudicando fuertemente al crecimiento de la industria. "Por un lado, es complicado acceder a un crédito, y los que hay están a tasas poco razonables", puntualizaron.
Saliendo de esta temática, otra de las complicaciones que plantea Cornejo es el "tipo de cambio actual y la inflación. Estos dos puntos desequilibran la rentabilidad de un vino".
En el caso de Ojo de Vino, la principal preocupación es netamente productiva. "Este año la merma productiva no inducida en el viñedo y la imprevisibilidad de los costos nos castigaron muy fuertemente. Estamos concentrados en anticiparnos a los aspectos que podemos prever y/o controlar: inflación, compras, stocks, precios, negociaciones, formas de pago, financiación, etc.", indicó el director de la empresa.
Costos, el peso pesado de la rentabilidad
Los aumentos permanentes de
los diferentes eslabones de la cadena vitivinícola están moviendo la
aguja de la rentabilidad de las empresas que hoy, buscan mantenerse ante
este temblor.
Para el director de Dante Robino, los recursos humanos, son uno de los costos que más están perjudicando a la industria del vino. Seguido a esto, "el vino, la botella, el corcho y por último la logística".
Como aseveró recientemente Roberto de la Mota, enólogo y socio de Mendel Wines, "la mano de obra es sin ninguna duda el costo que más ha aumentado en los últimos años, a un promedio anual del 25%. Hace unos años, la mano de obra representaba un 33% del costo de un vino, hoy supera el 50%".
Para el director de Dante Robino, los recursos humanos, son uno de los costos que más están perjudicando a la industria del vino. Seguido a esto, "el vino, la botella, el corcho y por último la logística".
Como aseveró recientemente Roberto de la Mota, enólogo y socio de Mendel Wines, "la mano de obra es sin ninguna duda el costo que más ha aumentado en los últimos años, a un promedio anual del 25%. Hace unos años, la mano de obra representaba un 33% del costo de un vino, hoy supera el 50%".
Asimismo, Alejandro Vigil, director enológico de Catena Zapata, coincidió que "la realidad es que la escala de costos de la industria ha cambiado. Hoy la mayor relevancia en este sentido se lo lleva la mano de obra, y con la necesidad de mejorar por parte nuestra la calidad de vida del trabajador. El costo, en un vino, antes era de un tercio, hoy es de más del 50%, superando indudablemente a los insumos enológicos que le siguen, y por último todo lo que es energía". En relación a esto, indicó que "el problema más grande el atraso cambiario, que provoca un desfasaje de costos y rentabilidad en la empresa difícil de asumir".
Frente a esto, indicó que la solución no es mágica, pero hay que agudizar el ingenio para sortear este momento. "Desde la bodega estamos tratando de optimizar los costos al máximo para poder llegar y pasar un 2013 que evaluamos que será complicado.
Por último, Belinsky aclaró que "para una bodega chica, los gastos fijos crecen rápidamente por la inflación y es muy difícil equilibrarlos con el crecimiento en volumen".
Fuente: Area del Vino
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