Especialistas en Nutrición coincidieron en que la ingesta de agua se vuelve una estrategia sumamente valiosa para controlar el peso desde la niñez. Aconsejan que “el agua sea la primera opción por encima de bebidas infusiones azucaradas”.
Un estudio alemán que fue tratado en las XI Jornadas Argentinas de Nutrición demostró que el promover el consumo de agua y colocar bebederos en las escuelas disminuye más del 30% el riesgo de sobrepeso.
El encuentro organizado en Mendoza por la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) destacó que la ingesta de agua se vuelve una estrategia sumamente valiosa para controlar el peso,
por lo que la generación de hábitos saludables en este aspecto desde la
niñez debe ser considerada una prioridad de la salud pública.
En ese sentido, se presentó una experiencia de hábitos de hidratación
saludable llevada a cabo por el Instituto de Investigación en Nutrición
Infantil de Dortmund, en Alemania, en 32 escuelas primarias de las
ciudades de Dortmund y Essen.
La investigación publicada en la revista oficial de la Academia
Americana de Pediatría intentó evaluar si un programa a nivel ambiental y
educacional destinado a promover el consumo de agua era una herramienta eficaz para prevenir el sobrepeso en niños de escuelas primarias.
Los resultados de ese estudio que abarcó a 2940 chicos y que se
extrapoló a toda la población infantil demostraron que con hábitos
saludables y la promoción del consumo de agua desde la niñez se evitó el
31% de casos de sobrepeso futuros.
Edgardo Ridner, presidente de la SAN, sostuvo que se debe “lograr que
tanto los profesionales como la comunidad en general comiencen a
considerar los hábitos de hidratación como una parte fundamental de los
planes de alimentación saludable“.
“El consumo de agua pura produce un efecto de regulación del peso
porque promueve la saciedad que se traduce en una reducción en la
ingesta de calorías de las comidas durante el día”, puntualizó.
En ese orden, aconsejó que “el agua sea la primera opción por encima
de bebidas infusiones azucaradas, cuyo aporte calórico es elevado y
carecen de valor nutricional”.
Ridner estimó que “las escuelas son el escenario ideal para poner en
marcha programas que fomenten mejorar los hábitos alimenticios y de
hidratación, sobre todo porque la prevalencia del sobrepeso en la niñez
aumentó notablemente en los últimos años”.
Fuente: Télam
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