Ahora que todavía dura el verano es habitual ver playas, piscinas,
parques y otros lugares todavía repletos de personas. En muchos de estos
sitios es muy frecuente ver a personas leyendo, además de realizando
otro tipo de actividades. La lectura es un hábito muy saludable que no
debe relegarse únicamente a las vacaciones, puesto que leer es beneficioso para la mente y para el cuerpo.
Desde pequeños nos enseñan que la lectura es un hábito saludable,
puesto que, además del valor de los contenidos que se aprenden, el
propio hecho de leer ejercita la mente, pero también, en cierta medida,
la lectura es un estímulo para el organismo.
Y es que al leer e interpretar lo que se está leyendo se activan los
mismos circuitos neuronales implicados en los movimientos. A nivel
cerebral, imaginar un movimiento tiene el mismo resultado que realizarlo,
puesto que la actividad cerebral es prácticamente idéntica. Por eso en
la recuperación de personas con problemas a nivel cerebral (secuelas de
accidente cerebrovascular, traumatismo craneoencefálico…) se estimula
contínuamente a que la persona piense activamente en el movimiento que
quiere realizar.
Con la lectura, además de los beneficios evidentes a
nivel de agilidad mental, enriquecimiento de vocabulario, entrenamiento
de la capacidad de concentración y comprensión y el aumento de
conocimientos en la materia que se estudia, también se consiguen ciertos
efectos directamente relacionados con beneficios a nivel orgánico.
Por ejemplo, una mente entrenada, más ágil, coordinará mejor
movimientos en instrucciones, con lo que el cuerpo ganará agilidad.
Además, los beneficios de la lectura también se deben a la relajación
que provoca, siendo muy eficaz para reducir estrés, a nivel mental y físico. En definitiva, es un hábito muy saludable que no debemos dejar de lado, como ya decía el lema “mente sana en cuerpo sano”.
Fuente: vitonica.com
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