Si bien es muy esperada por la mayoría de la gente, la llegada de la primavera trae aparejadas para muchas personas diferentes tipos de alergia
que condicionan su calidad de vida. Algunos de ellos pueden afectar
seriamente a la visión. Cuáles son sus síntomas y consejos para
evitarlos.
En épocas primaverales diferentes plantas comienzan su proceso de
reproducción, momento en el cual los diferentes pólenes son liberados al
medio ambiente. Dichas sustancias en suspensión producen las famosas reacciones alérgicas estacionales, que afectan a un porcentaje importante de la población.
Se trata de un proceso o reacción inflamatoria exagerada
del sistema de defensa del organismo, ante diferentes agentes externos o
también llamados alérgenos, a los que la mayoría de la población no
produciría respuesta alguna. Esto significa que el sistema inmunitario
está actuando de manera desproporcionada y con un nivel de alerta muy
alto ante pequeños estímulos totalmente inofensivos para el resto de las
personas.
Este proceso puede manifestarse como una reacción alérgica en todo el
cuerpo, como un eczema cutáneo, asma, rinitis o bien solo como una
forma ocular pura. En este último caso, los principales síntomas son: picazón, lagrimeo excesivo, ojos rojos, secreción, inflamación o edema en los parpados.
Dichas manifestaciones pueden provocar, en casos muy severos, una mala
calidad de vida y hasta una pérdida del rendimiento laboral o escolar.
Las recomendaciones principales cuando se inicia un tratamiento se basan en evitar el contacto con el alérgeno,
lo cual desafortunadamente no siempre es sencillo. Los principales
agentes que provocan o empeoran un cuadro alérgico son: el polvo, polen
de las plantas, agentes químicos, humo de cigarrillo y gases de la
combustión de hidrocarburos, pelo de animales domésticos y algunos
alimentos; entre otros.
El tratamiento debe iniciarse en forma conjunta entre el oftalmólogo
especializado y el inmunólogo, quienes realizarán los estudios de
diagnóstico para determinar el tipo y el grado de afección y las
diferentes pautas de tratamiento y prevención. Los tratamientos
principales se basan en el uso de agentes antihistamínicos o
antiinflamatorios locales, sistémicos o combinados.
Puede ser de gran ayuda la aplicación de paños fríos y los lavados de los ojos con solución fisiológica fría.
También, en ciertas ocasiones, la aplicación de colirios de esteroides
suaves es un buen complemento; aunque se debe tener especial cuidado
debido a los efectos adversos que estos pueden producir a nivel ocular.
El tratamiento en la mayoría de los casos alivia los síntomas. Sin
embargo, la condición tiende a reaparecer si continúa la exposición al
agente irritante.
Es por ello que, si alguna persona suele manifestar este tipo de
reacciones alérgicas, existe una serie de recomendaciones que pueden
ayudar a evitar la exposición a los agentes alérgenos:
• Mantenga los ambientes ventilados.
• Trate de evitar las alfombras y peluches en los dormitorios de los niños e intente no utilizar aspiradoras.
• En la medida que dependa de usted, evite la exposición a gases y agentes químicos.
• Evite el contacto excesivo con las mascotas.
• Recambie los filtros de los equipos de aire acondicionado. Esto
ayuda a evitar el contacto con el polen de las plantas dentro del hogar.
• Utilice anteojos de sol para protegerse del viento.
• Mantenga las ventanillas cerradas de los vehículos en épocas de polinización.
Por: doctor Julián Schvartzberg (MN 105.472), especialista en Cirugía
Plástica Ocular del Instituto de Ojos Doctor Hugo Daniel Nano
Fuente: saludable.infobae.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario