Alberto Antonini está en Mendoza y se encuentra degustando los vinos
de las bodegas argentinas que asesora. En medio de un tasting en Bodega
Trivento, ADV dialogó con él sobre las cualidades y calidades de los
vinos que pronto saldrán al mercado.
En esta entrevista, Antonini opina sobre la cosecha actual, el futuro del Malbec y de Argentina como exportadora mundial.
- ¿Cómo evalúa la cosecha 2012?
Aún
es muy difícil dar un panorama total. Por un lado los vinos blancos se
están definiendo y se muestran con buena estructura y acidez. Sin
embargo, no trabajo mucho con ellos, sólo en Trivento degustamos y
definimos los Torrontés, Chardonnay, pero nada más que eso. El reflejo
de Argentina son los tintos.
En este sentido, lo que podemos
ver hasta ahora es que es un año muy interesante y va a ser muy bueno
para el Malbec, el cual ya muestra intensidad expresiva de la fruta
roja.
A principio de año, por los días calurosos que hubo en
enero y febrero, me dio miedo que esto provocara una cosecha temprana,
mostrando vinos con falta de complejidad y elegancia. A pesar de eso,
marzo se fue presentando mejor, lo que dio uvas sanas, vinos con acidez
natural exquisita, taninos jugosos bien armado, buenos colores y
ejemplares de muy buena estructura.
Esta cosecha es muy
diferente a la 2011, es más parecida a la 2009, pero aún a los vinos les
falta madurar para dar un reflejo de lo que será.
- ¿Cómo encuentra la calidad de los tintos argentinos?
Argentina
es capaz de producir excelentes tintos, pero tienen que saber que no
todas las variedades son excepcionales para un clima como el de acá.
Argentina debe su éxito a vinos frescos, fáciles de tomar. Por ejemplo,
el Cabernet Franc me gusta más que el Cabernet Sauvignon que produce
argentina. Creo que esta última variedad no se da muy bien, ya que da
vinos con taninos secantes y poco elegantes; no puedo competir con los
grandes del mundo.
Mientras que por otro lado tenemos a la
Bonarda. Soy un gran defensor de esta cepa, me gusta muchísimo y es una
de mis preferidas junto con el Malbec.
La Bonarda, es una
variedad que tiene perfil aromático interesante, se caracteriza por las
especias que presenta, es un vino fácil de tomar, con mucho color y con
una estructura muy buena. Se lleva bien con las comidas, tiene buena
acidez y principalmente, tiene carácter y personalidad.
El
problema que tiene esta cepa, es que siempre ha sido producida en zonas
no tan importantes y con rendimiento altos, y nunca se la pensó para
hacer vinos de alta gama. Hoy, ya se están haciendo vinos que desde el
viñedo se piensan, con menores rendimientos, mayores cuidados, y
brindándole una vinificación acorde. Es cuestión de tiempo para que la
gente la conozca y se enamore.
- Frente a la competencia de Malbec de otros países, ¿cuál debería ser el camino a seguir?
Yo
soy europeo y para mí no hay que vender variedades sino terruño, hay
que vender menos Malbec y más Argentina. Vender uva es un commodity; el
Malbec dejó de ser sólo de Argentina, y hoy ya se cultiva en diversas
partes del mundo. Argentina está madura y es momento de pasar a la
siguiente etapa. Cuando hablamos de vinos de alta gama, es muy débil y
superficial vender solo con la variedad, hay que vender una región,
"Malbec de Altamira, de Gualtallary, Vista Flores, etc.".
Hay
cada vez más productores que se enfocan en estas denominaciones, pero
aún es difícil porque ni siquiera están definidas, por que se debería
empezar por ahí. El vino es una experiencia cultural, es la expresión de
un lugar, tradiciones, historias, lugares, es por eso que hay que
venderlo como un origen no como una variedad de uva.
-
En el último año se ha plantado la discusión sobre los vinos con menos
alcohol y que las tendencias mundiales de consumo van hacía allá ¿Qué
opinión le merece esto?
Hay que tener cuidado con este
concepto, el vino es la expresión de un lugar. Si yo quiero hacer vinos
en Mendoza, donde el clima es árido y seco, temperaturas altas y las
precipitaciones son escasas, seguramente no será el mismo que en otras
regiones, donde el clima es más húmedo.
Es por esto que creo
que hay que hacer vinos auténticos y reales a su origen. En un concepto
industrial se puede hacer vinos con menos graduación alcohólica en
Mendoza, pero hacer vinos argentinos auténticos de 12º no existe. Cuando
vengo acá busco Argentina. Hay que vivir con la diversidad que vive el
mundo y no se puede unificar.
- Usted declaró que es un fiel defensor de la producción orgánica de vinos, ¿cómo continúa con esta viticultura sustentable?
Estoy
trabajando mucho con la viticultura más natural, porque me gusta ser
más amigable con la naturaleza, sobre todo porque creo que el cultivo
más natural permite dar un vino original, cuando el origen se mata con
fertilizantes, modifica ese ambiente, y no es una expresión directa de
lo que es el terruño.
En un cultivo orgánico me llama la
atención como las raíces se van más a la profundidad, que un vino que ha
sido manipulado con agroquímicos. Por ende, al no ser intervenido esa
planta me va a devolver uvas que sacan el alma del lugar y expresa lo
que es el terruño.
El compromiso tiene que estar relacionado a proteger las tierras, y no porque el consumo lo mande.
- Argentina está pasando un momento coyuntural difícil, ¿cree que los vinos argentinos dejarán de ser competitivos?
No
va a desaparecer la competitividad de Argentina. En el mundo por
definición las cosas de calidad son caras, una cosa barata por
definición no es de alta calidad. Pero no hay que olvidarse de eso, el
país debe seguir posicionando sus vinos pero sin perder la calidad,
aunque tengamos que aumentar, porque si no, nos va a pasar lo mismo que a
Australia.
Hay que ser precavido, y hay que ir aumentando los precios progresivamente.
Más
allá de esto, en el caso de las uvas, creo que es normal que algunas
zonas muestren precios más elevados que en otras. No podemos comparar el
rendimiento, el manejo de riego que se le hace, cómo se las protege, en
una primera zona, a una en donde las uvas están destinadas a mosto.
Esto pasa en todo el mundo; y demuestra que acá se están haciendo las
cosas en serio.
Es por esto, que me gustaría ver más diferencia
entre zonas, y yo como productor voy a elegir qué comprar, y voy a
saber cuáles son las de altísima calidad y cuáles no.
Perfil
Alberto Antonini es un
enólogo italiano y consultor vitivinícola del Grupo Matura, involucrado
en múltiples viñedos y bodegas en Italia, Estados Unidos, Argentina,
Sudáfrica, Rumania y Chile. Entre sus proyectos se incluyen el Chianti
Classico Castello di Bossi s y el Merlot Girolamo, así como los vinos
Poggio al Tesoro de la alianza Bolgheri entre la familia Allegrini y el
importador de Estados Unidos Leonardo LoCascio.
Antonini es
reconocido por el papel crítico que jugó en el proceso de reconocimiento
internacional y desarrollo de la reputación de los vinos Malbec de
Argentina.
En este momento, este "flying winemaker" asesora a
bodegas de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay y Bolivia, y además es
socio de bodega argentina Alto Las Hormigas. En su primer día en
Mendoza, puso manos a la obra y comenzó con Trivento. Según contó en
"este establecimiento estamos trabajando junto a los enólogos, Germán Di
Césare y Maxiliano Ortiz, eligiendo los cortes tintos 2011 y los blend
blancos 2012, así como también, clasificando los de la cosecha 2012".
Fuente: Area del Vino
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