Debido a que esta sustancia contribuye también a disminuir el nivel de triglicéridos, su acción es sumamente beneficiosa para la prevención de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) refirió, a través de sus más recientes informes, que el consumo de pescado es una excelente opción para ayudar a disminuir la incidencia de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, entre otros eventos, debido a que contribuyen a evitar la formación de coágulos sanguíneos.
En cuanto a la periodicidad, los especialistas recomiendan ingerir pescado dos veces por semana, o bien sustituir este tipo de alimento por suplementos de aceite de pescado.
Esta medida, concretamente, ayuda a normalizar los valores de colesterol y triglicéridos, lo que se traduce en un menor riesgo cardiovascular.
“Si bien existen pescados que tienen un mayor contenido de omega-3 que
otros, lo cierto es que por lo general los médicos recomendamos a la
población consumir pescado entre 2 y 4 veces por semana. Esto, en cierta
medida, representa una vuelta al pasado, dado que muchos de nuestros
abuelos o bisabuelos venían en barcos desde Europa y por ende adherían a
una dieta mediterránea, que sin lugar a dudas es mucho más sana que la
que nosotros tenemos actualmente”, sostuvo el doctor Ricardo Iglesias
(MN 58.310), médico cardiólogo, ex-presidente de la Fundación
Cardiológica Argentina y director académico del Sanatorio de la Trinidad
Mitre.
“Los beneficios que brinda el consumo de omega-3 marino fueron
comprobados gracias a diversos estudios realizados tanto en población
sana como en cardíacos. El aspecto positivo es que no sólo mejora la salud de las arterias coronarias, sino también de las carótidas y de las venas que irrigan los miembros inferiores y superiores”, agregó Iglesias.
“El principal beneficio tiene que ver con la disminución de los triglicéridos,
una sustancia menos conocida pero igual de dañina que el colesterol;
aunque por supuesto en este punto también resulta sumamente positivo
consumir pescado o sustitutos de aceite de pescado: gracias a este tipo
de alimentos se incrementa el nivel de colesterol bueno o HDL, mientras
que -aunque sea en menor medida- disminuye el malo o LDL”, especificó el
especialista.
Las enfermedades cardiovasculares representan la
principal causa de muerte en el mundo, dado que casi dos tercios de las
personas que sufren un infarto de miocardio mueren antes de recibir
atención médica.
“Por otro lado, aún recibiendo el tratamiento adecuado, el 60 por
ciento de quienes sufren un accidente cerebrovascular muere o queda
discapacitado; razón por la cual todo lo que se pueda hacer para
prevenir un evento es fundamental. Este concepto tiene vigencia para los
pacientes cardíacos pero también para las personas aparentemente
sanas”, postuló Iglesias.
No obstante, vale aclarar que el consumo de omega-3 marino debe
complementarse con una alimentación saludable, la realización de
actividad física y la cesación tabáquica.
¿Qué son los omega-3?
Los omega-3 son grasas que a diferencia de las saturadas y las trans,
son beneficiosas para la salud, dado que resultan imprescindibles para
el normal crecimiento, desarrollo y óptima función del cerebro, corazón y
otros sistemas.
Son ácidos grasos esenciales, es decir que no pueden
ser sintetizados por el organismo. Justamente por eso deben ser
incorporados por la alimentación o mediante suplementos.
La mayor concentración de omega-3 se encuentra en el aceite de pescado (sardinas, salmón, atún, caballa, trucha y otros).
La ingesta debe complementarse con otras pautas de alimentación que
incluyen evitar los alimentos con alto contenido de grasa saturada (en
general, los de origen animal) y su sustitución por aquellos que no la
contienen (verdura, fruta, pescado, carnes magras, pollo sin piel,
etc.).
Además los especialistas recomiendan optar por lácteos descremados, incorporar cereales y legumbres, y evitar los fritos, los embutidos y las grasas saturadas y trans.
Fuente: PRO-SALUD News
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