El paladar encuentra su paraíso en la Región Centro. Los amantes del buen comer y el mejor beber tienen en este lugar la
espectacular calidad de la denominación AOC ('Apellations D'Origine Contrôlée').
Si la delicia es líquida, la región cuenta con 24 vinos, entre ellos
el Bourgueil, el Quincy o el Chinon. Estos tintos y blancos nacen en el
mismo corazón de Francia, en los viñedos del Centre-Loire. Modeladas por
los ríos Loira y Cher, las colinas de esta región crean
microclimas que favorecen la diversidad de los vinos, cada uno con su
propia personalidad y tipificación. La uva sauvignon blanca es
la variedad más importante de la región con un 75%, pero a ella se suman
la uva Pinot negra, la Gamay o la Chardonnay, fabricando vinos
imprescindibles como el Rosé Loire, los Cheverny y el Crémant de Loire.
Si se trata de disfrutar con cuchillo y tenedor, la mejor oferta de este lugar son los quesos de cabra.
Hay cinco en la región: Crottin de Chavignol, Sainte-Maure-de-Tourine,
Pouligny-Saint-Pierre, Selles-sur-Cher y Valençay. Aunque sus nombres no
definen el magnífico aroma y sabor que desprenden, son un manjar difícil de olvidar.
Entre las especialidades de Beauce y Perche, la tentación se llama Feuille de Dreux, un queso con tinte afrutado.
Tampoco se puede dejar escapar el suculento paté de Chartres, una
mezcla sutil de perdiz o de pato con 'foie gras' y trufas, así como el
Mentchikoff chartrain, un bombón praliné.
El feudo de la cremosa miel se ubica en Orléanais y Gâtinais. Pero en
este lugar, llamado el Jardín de Francia, también es posible degustar
el famoso Pithiviers, un pastel hecho con pasta de
almendras, las cerezas de Olivet y la Passe-Crassane, la pera del invierno.
Si se habla de espárragos y fresas la mejor zona es Sologne, ya que destaca por sus excelentes cosechas hortícolas. La caza y los peces de agua dulce también se llevan la palma. Además, hay que añadir la famosa Tarte Tatin o los 'sablés' de Nançay, regados, eso sí, con un vino espumoso como el Montlouis.
En el Valle del Loira, los vinos tienen rasgos comunes: su
frescura, su fineza, su sabor, y además se unen en un mismo objetivo: acompañar a la carne, el pescado y los dulces. En el plato, los 'rillettes', 'rillons', 'andouille' y quesos de cabra se
disputan la fama.
Para acabar, entre los productos de la tierra no se puede dejar atrás
la lenteja verde de Berry. Tanto en frío como en caliente, tanto en
salsa 'ali oli' como en sopa, se trata de un producto
sorprendente, difícil de igualar.
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