lunes, 26 de diciembre de 2011

Malos hábitos ponen en riesgo el corazón de los niños

Una investigación norteamericana volvió a poner de manifiesto que, en lugar de ayudarles a crecer, los hábitos de los más pequeños contribuyen inexorablemente a la degradación de su salud cardiovascular. Exceso de peso, sedentarismo y colesterol, las mayores preocupaciones.

Si la tendencia no se revierte, el mayor enemigo de las próximas generaciones podría ser su propio corazón.
 
Eso, según los datos que se obtuvieron de un estudio de más de 5.000 chicos de edades comprendidas entre los 12 y los 19 años, que reveló que la infancia suspende de forma estrepitosa los siete criterios que habitualmente se utilizan para medir la salud del corazón.

Sin duda, la peor asignatura es la dieta: prácticamente la totalidad de los niños estudiados no cumplía con los patrones de lo que se considera una dieta equilibrada y adecuada para su edad (tomar al menos cuatro raciones y media de frutas y verduras al día, incluir en el menú diario una buena dosis de cereales integrales, comer pescado más de dos veces a la semana, no pasarse con la sal y convertir los refrescos en una bebida ocasional).

Pero, además, sólo un 16,4% de los varones y un 11.3% de las mujeres cumplían con el conjunto de los otros seis criterios, que incluían factores como el peso, las cifras de colesterol, tensión arterial y glucosa, el tabaquismo o la actividad física, publicó el diario El Mundo.

De hecho, más de la mitad de los estudiados reconocían no hacer ejercicio de forma regular y entre el 10% y el 20% admitía no practicar nunca ninguna actividad física.

“En este país, prácticamente todos nosotros nacemos con una salud cardiovascular ideal, pero la perdemos rápidamente”, señaló en declaraciones a The Wall Street Journal Donald Lloyd-Jones, investigador de la Universidad Northwestern (EEUU) y principal autor de la investigación, que está respaldada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC).

La voz de alarma de los cardiólogos se une así a la que recientemente habían emitido los pediatras americanos, que aconsejaron controles rutinarios de colesterol entre los más pequeños.

Fuente: El Mundo

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