BERLÍN (AFP) - Alemania reunificada volvió a ganar
su lugar de gran potencia política, a pesar de no haber logrado superar
las disparidades económicas entre el Este y el Oeste.
"Hemos logrado muchas cosas, pero no se puede
cambiar en una noche 40 años de comunismo. Sabemos que el camino será
largo", explicó Hans-Dietrich Genscher, ex ministro de Exteriores de
Helmut Kohl, ex-canciller y padre de la reunificación.
El 3 de octubre de 1990, once meses después de
la caída del Muro, entraba en vigencia el tratado que reunía la
República Federal y la ex República Democrática. "Es más difícil de lo
imaginado en 1990", aseguró el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Sin embargo, veinte años más tarde, Alemania y
sus 82 millones de habitantes "pueden estar orgullosos", estima el
sociólogo Klaus Schroeder, especialista de la reunificación.
Al mando de un país políticamente muy estable
(tres cancilleres en veinte años), se encuentra hoy en día Angela
Merkel. En la escena diplomática, liberada de su pasado nazi y
comunista, Alemania se asume sin complejos como potencia, participa en
misiones militares en el extranjero y reivindica un lugar en el Consejo
de Seguridad de la ONU.
En el plano económico, después de haber
superado rápidamente la crisis, el país sigue siendo el motor de Europa
con sus vigorosas exportaciones.
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