"Los tibetanos 'somos' siempre considerados por los visitantes extranjeros
como gente feliz y jovial. Esto forma parte de 'nuestro' carácter
nacional, arraigado en valores culturales y religiosos que acentúan la
importancia de la paz mental conseguida por medio de generar amor y
bondad hacia todos los seres vivos, humanos y animales. La clave es la
paz interior: si se tiene paz interior, los problemas externos no
afectarán el profundo sentido de paz y tranquilidad. En este estado
mental se pueden afrontar las situaciones con razonamiento y
tranquilidad, mientras se mantiene la felicidad interior. Esto es muy
importante. Sin paz interior, por muy confortable que sea la vida
material, aún se estará preocupado, molesto o triste por diferentes
circunstancias."
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