lunes, 3 de octubre de 2011

Annecy

Annecy, en la región de Rhône Alpes, puede presumir y además con orgullo de ser una de las ciudades más antiguas y bellas de los Alpes Franceses. Llamada Venecia de los Alpes por el entramado de canales que recorren su casco antiguo, Annecy cuenta además con uno de los lagos más puros del mundo.

Las calles del centro histórico de Annecy están salpicadas de coquetas terracitas junto a bellos canales. El agua de estos proviene de rio Thiou que toma sus aguas del lago de Annecy. Elegante como ninguna, Annecy es una ciudad viva no sólo porque sus calles siempre están concurridas por lugareños y turistas, sino por la vivacidad de los colores de las fachadas de sus casas.

El monumento más emblemático de la ciudad es sin duda el Palacio de l´Isle, considerado el lugar más fotografiado de toda Francia (con perdón de la Torre Eiffel). Visitar este edificio no tiene desperdicio ya que hace algunos siglos era una cárcel y aún hoy en día se puede ver como vivían, mejor dicho, malvivían los reos de entonces. En la actualidad, también alberga el Centro de Interpretación Urbana. 

Otro punto a visitar es el castillo de Annecy, que fuera la antigua residencia de los Condes de Ginebra, y que acoge a día de hoy el observatorio regional de los lagos alpinos y el conservatorio de Arte e Historia de Annecy. Desde el mirador del castillo se puede divisar una maravillosa vista del casco antiguo y del lago. La catedral de San Pierre, por su parte, conserva una destacada fachada renacentista aunque en su interior el estilo predominante es el gótico.

Annecy y su lago

Dicen que el lago de Annecy es el más limpio de Europa. Esto se debe principalmente a la lucha activa contra la contaminación que azotaba el lago en los años cincuenta. El lago se formó hace 18.000 años y es hoy un lugar bello del que se puede disfrutar de diferentes maneras. Por ejemplo, se pueden practicar todo tipo de deportes y actividades acuáticas o pedalear por los 35 kilómetros de pistas preparadas para el cicloturismo.
También se puede navegar en un bateaux desde el cual veremos los tesoros patrimoniales que se encuentran a la orilla del lago. Son dos ejemplos la abadía de Talloires, del siglo XVII, hoy convertida en un hotel restaurante de cuatro estrellas o el pueblecito de Veyrier, elegantemente restaurado.

Fuente: tusdestinos.net

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