miércoles, 21 de septiembre de 2011

Siete etiquetas ideales para armar una cava completa y sofisticada en casa


Hoy en día la oferta de vinos argentinos es amplísima. Infinidad de bodegas, vinos del norte, del sur, y hasta de la provincia de Buenos Aires. Variedad de cepas, desde las tradicionales a las poco conocidas.

Seleccionar los vinos que tendremos en casa es una tarea que requiere dedicación.

Por eso, aquí van algunas recomendaciones. Lo mejor es seleccionar exponentes de cada familia de vinos, es decir, contar con blancos, rosados, tintos, espumantes y vinos de postre.

Todos tienen su merecido lugar a la hora del disfrute. Esta vez nos ocuparemos de los últimos tres nombrados:

Durigutti Bonarda 2008. Vino seductor, que se revela con una explosión de frutos rojos en la nariz, moras, frutillas y también especias, combinados con algo de tabaco y vainilla, sutil aporte de su paso por barrica. Elegante, de entrada amable y taninos dulces. Acompaña muy bien quesos duros y carnes rojas a la parrilla. Ideal con pizza de vegetales. ($49)

Ocio Malbec 2009. Creación del gran Marcelo Miras en su emprendimiento familiar de la Patagonia rionegrina. Proviene de viñedos de más de 50 años. Nariz cautivante. Fruta madura, ciruela y cassis, que se ensamblan con aromas que le aporta el roble. Postgusto prolongado. Excelente con pastas rellenas y salsa roja. ($50)

Monte Cinco Reserva Malbec 2006. De tierras mendocinas y 100% Malbec, este vino de Arturo Bertona permaneció 14 meses en barricas de roble francés. De gran complejidad aromática, frutos negros, especias, aromas de café y notas de vainilla. Potente y sabroso. De maravillas para acompañar un lomo con salsa de ciruelas y papas rösti ($80).


Konantú Merlot 2006. Todavía asombra esta cosecha. Otro gran producto de Marcelo Miras para la Bodega Chacras del Sol en Gral. Roca, Río Negro. Aterciopelado, fragante, profundo, de sabor persistente y afrutado, con un descanso de seis meses en barrica de roble. Madera, aromas de mermelada, mora, ciruela, y notas de café y chocolate. Para acompañar sorrentinos con salsa de hongos, impecable. ($50)

Espumantes no deben faltar y, en esta gama de precios, uno bueno es Trapiche Extra Brut. Bien fresco y frutal. Con una gran proporción de Chardonnay, tiene también Semillón y un toque de Malbec. Se destacan aromas de manzana verde, ananá y pan tostado. Ideal como aperitivo o para acompañar postres frutados. ($49)

Otro para no perderse es el Cruzat Larraín Nature. Provocativo y seductor, esta creación de Pedro Rosell estuvo 24 meses en contacto con sus lías, lo que generó un producto de buen cuerpo, marcada acidez y textura cremosa, con burbujas persistentes, aromas frutales y también de levadura y pan tostado. Casi sin azúcar, lo cual resalta su frescura. Obtenido por el tradicional método Champenoise, cuenta en su composición con un 60% Chardonnay, y 40% de Pinot Noir. Acompáñelo con unos camarones con salsa de jenjibre. ($90)

Para la hora del postre, increíble el Ciclos tardío de Malbec 2008, con sus aromas de frutas confitadas, mermelada de ciruelas y toques de vainilla. Untuoso, con buena acidez y taninos dulces y persistentes. Muy elegante y con largo final de boca. Va muy bien con postres a base de chocolate o frutos secos. Pruébelo acompañando un habano, se sorprenderá gratamente.($69)

Anímese a probar estos elegidos del vasto universo vínico. De seguro volverá por más!

Fuente: iprofesional.com

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