lunes, 18 de julio de 2011

Brujas, Belgica


Todavía se puede respirar su origen medieval, cuando Brujas era una de las principales ciudades de Europa. Alrededor de medio centenar de puentes o brugges, de ahí su nombre, se encargan de contectar los extremos de los numerosos canales que cruzan esta pequeña ciudad, capital de la región de Flandes Occiodental, al noroeste de Bélgica.

El origen de la ciudad belga se remonta al año 862 D.C. cuando el conde Balduino I, Brazo de Hierro, raptó a Judit hija del rey Carlos el Calvo y se estableció al norte de la Galia. A las orillas del río Zwyn levantó una fortificación que con el tiempo se convirtió en una ciudad en expansión.

En el centro de Brujas se situa la Plaza Mayor o Markt Plazt. Está presidida por una estatua en memoria de los heroes locales, Jan Breydel y Pieter De Koninck, protagonistas de la famosa "Batalla de las espuelas de oro" de 1302 en la que el duque de Flandes y multitud de campesinos se enfrentaron contra los ejercitos franceses que intentaban hacerse con el dominio de la región.

En la parte sur de la plaza está ocupada por los antiguos mercados del siglo XIII, los llamados Halles. Pero el edificio más impresionante de esta plaza es el Campanario del siglo XIII y de 82 metros de altura, con su carrillón que alberga 47 campanas. Tras subir los 366 escalones con los que cuenta la torre se puede ver una hermosa vista panorámica de la ciudad.

Otro de los puntos de referencia de esta mágica ciudad es la Plaza Burg. Allí se levantan dos notables contruciones medievales, la primera el Hôtel de Ville, el ayuntamiento más antiguo de toda Bélgica. La segunda la Basílica de la Santa Sangre que guarda en su interior la reliquia de la sangre de Cristo, traida desde Jerusalén durante las Cruzadas por Dietrich el duque de Flandes. Para conmemorar tal acontecimiento todos los años, en el día de la Ascensión, una procesión recorre las calles de Brujas.

El edicficio más representativo de esta ciudad flamenca es la Iglesia de Notre Damme, edificio del siglo XIII y de estilo gótico. Cuenta con una altura de 122 metros y en su interior podemos apreciar la obra de uno de los más famosos artistas de la historia, La Virgen con el niño de Miguel Angel. Para los amantes de la pintura Brujas nos ofrece la posibilidad de ver obras de Jan Van Eyck, El Bosco, Van der Weyden o Memling repartidos en los museos Groeningue y el Memling.

Brujas es también el centro mundial del encaje por lo que se recomienda visitar el Barrio de Santa Ana, donde veremos a mujeres ataviadas con trajes flamencon mientras se dedican a este oficio artesanal.

En dicha zona se encuentra ubicada una reproducción fiel del Santo Sepulcro de Jerusalén. Alejado de la zona centro de la ciudad se encuentra el Parque Balduino. Zona de recreo y ocio para toda la familia. En su famoso delfinario se puede asistir a las exiviciones de estos simpáticos animales. Aparte encontramos galeráis de arte, áreas de tiempo libre y una pista de patinaje. Y rodeando Brujas, en la rivera de río, se encuentran los famosos molinos de viento, típico paísaje de la esta parte de Europa.

Esta pequeña ciudad belga es un lugar único, alejada de las ruidosas metrópolis, se trata de un lugar ideal para pasear mientras se admira su rica arquitectura o navegar tranquilamente en barca por los canales que atraviesan esta segunda Venecia del viejo continente. Tal es su atractivo que Brujas se convertio en el 2002 en Capital Cultural de Europa.

Fuente: ociototal.com

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