lunes, 25 de julio de 2011

Barcelona, capital de la gastronomía


Cataluña es origen de una de las cocinas más variadas y ricas de Europa. Su proximidad a la costa del Mediterráneo y a los Pirineos convierten su gastronomía en una síntesis única de lo mejor de la tierra y el mar.

Capital de la dieta mediterránea

Mar, montaña, secano y huerto son los cuatro elementos que hacen de la cocina catalana uno de los baluartes de la dieta mediterránea. Se trata de una alimentación rica en cereales, verduras, frutas y hortalizas, regada con vino y combinada con el mejor aceite de oliva y productos del mar, que posee unos beneficios plenamente corroborados por médicos y científicos de todo el mundo.

La dieta mediterránea y cultura de la buena mesa se asocian a un estilo de vida del sur de Europa más tranquilo y relajado. Ambos factores son claros exponentes de la cocina catalana, donde dedicarle tiempo y esmero a la comida suponen calidad de vida y bienestar. La actividad, el clima y el alma de la Ciudad Condal aconsejan complementar el típico turismo de museos con otros reclamos, como el patrimonio histórico, las compras, los espectáculos, la vida en la calle y, evidentemente, la gastronomía.

De hecho, la oferta culinaria de Barcelona es una de las actividades económicas que más ha crecido en los últimos años. Los establecimientos no sólo cuidan la calidad y originalidad de los fogones, sino que buscan espacios donde el diseño y la arquitectura hagan de la comida una actividad placentera en todos los sentidos. No en vano, la ciudad ofrece la oportunidad de convivir con los creadores gastronómicos, lo que representa una experiencia estética única.

Barcelona es herencia y tradición, pero también vanguardia gastronómica. La combinación de sus recetas ancestrales con los esfuerzos de nuevos profesionales de la cocina han contribuido, por ejemplo, al hito de que Barcelona se convirtiese, en el año 2002, en la primera ciudad golosa no francesa. Es éste un reconocimiento que, de una forma práctica, ya hacen explícitamente otros agentes de influencia en el sector, como la Guía Michelin, que distingue la ciudad con un total de nueve estrellas.

Actualmente Cataluña goza del privilegio de convivir con algunos de los mejores cocineros creativos del mundo. En este sentido, en los últimos meses han proliferado los reconocimientos mediáticos de los cocineros catalanes. Ferran Adrià, por ejemplo, ha sido elegido una de las cien personas más influyentes del mundo por la revista Time. Los nombres de Santi Santamaria, Fermí Puig, Carles Gaig, Carme Ruscalleda o Sergi Arola, por citar algunos, gozan de una gran proyección mediática y de una excelente aceptación profesional.

Fuente: cocina.facilisimo.com

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