miércoles, 25 de mayo de 2011

La peperina



La menta vive en lugares cercanos al agua, muchas veces encharcados.
Requiere una atención constante en el riego ya que éste deberá ser abundante (al menos una vez cada dos días) con el fin de mantener constantemente el sustrato húmedo.
Crece bien en terrenos ricos en humus, algo húmedos y sombríos.
Los suelos arcillosos y bien drenados favorecerán el crecimiento de esta planta que agradecerá el enriquecimiento periódico del terreno con abono de liberación lenta.
El estiércol constituye un buen abono.
Se planta en hileras a 40 cm unas de otras y con 30 cm entre plantas.
La menta tiende a ser invasora si no se controla su crecimiento podándola convenientemente.
Aunque son perennes, su follaje cae en otoño, y es la época en que conviene podarlas y rodearlas con un pajote de hojas podridas o podas de césped.

Si resultan atacadas por la roya, deben quemarse y reiniciar la plantación con matas nuevas en otra parte del jardín.
La propagación se consigue a partir de estolones en la primavera, que originarán numerosos brotes, sacados de las plantas viejas, que tengan raíces, preferiblemente.
Planta perenne, de 30-90 cm, ocasionalmente peluda o gris-tomentosa.
Es una planta de crecimiento rápido muy utilizada tanto como condimento alimenticio como solución médica a problemas estomacales y digestivos.
Las hojas tienen de 4-8 cm, son oval-lanceoladas, largamente pecioladas y generalmente con el borde aserrado.
Poseen raíces y tallos robustos y vigorosos, y estolones que crecen bajo el suelo y originan nuevas plantas.
Las flores pequeñas y de color líla azulado, que se abren a final del verano, aparecen agrupadas en espigas cilíndricas.
Existen numerosas especies y variedades de menta.
Hay variedades con las hojas verde oscuro o gris plateado, verde amarillo o jaspeadas, con bordes lisos rizados o dentados.
Aunque de origen artificial, la piperita se encuentra con facilidad a resultas de cultivos abandonados, plantas desechadas o por la propagación espontánea de los rizomas. Prefiere suelos húmedos, fértiles, y no tolera el exceso de sol. Sobrevive a heladas de hasta 15º bajo cero.
Se propaga con facilidad por esquejes obtenidos de dividir las matas jóvenes en primavera, por la división de los rizomas durante el período de descanso vegetativo, o por estolones.
Florece en verano.

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