martes, 30 de noviembre de 2010

Tragos de verano: Cómo preparar el clericó perfecto


Los cócteles se convirtieron en todo un arte y cumplen un rol muy importante en la vida social, son la clave del éxito de una fiesta, el toque especial de la noche y el mejor aperitivo para el atardecer. Pero además, invitan al relax, despiertan el apetito y calman la sed, y con ingredientes como frutas frescas, vino o champagne, encierran momentos de misterio y de seducción.

En nuestro país uno de los tragos más tradicionales y refrescantes del verano es el Clericó (también llamado ponche), que se prepara en robustas jarras, tiene una mezcla de frutas frescas y vino como protagonistas y se bebe especialmente en las fiestas de fin de año.

La mezcla de vinos con frutas tiene una larga trayectoria. Se preparan desde hace siglos, pero la primera mención escrita de la palabra "cóctel" apareció en 1806 en el periódico Balance de Nueva York, y decía que un cóctel es una bebida estimulante compuesta de vino o licor de cualquier tipo, azúcar, agua y bitters. En la década del veinte alcanzaron mucha popularidad en los Estados Unidos y se consiguieron mezclas que aún hoy son la base de los más famosos.

Los primeros ponches tuvieron su origen en Inglaterra y los ingredientes básicos son vino, té, azúcar, especias y frutas. En Europa los adoptaron como símbolo de Navidad y, por supuesto, como el frío del continente lo requiere, siempre para esas fechas se sirven calientes. En Francia lleva un vino dulce como el Sauternes, limón y, a veces, clavo de olor. En Italia es común beber un tinto caliente perfumado con canela, pero en Roma el ponche tradicional se sirve frío y lo preparan con vino blanco o cava, jugo de naranja o de limón, merengue y ron.

Existen tantas recetas como fanáticos de esta fresca bebida, pero todo Clericó que se precie debe tener como mínimo tres ingredientes básicos: frutas cortadas en cubos, azúcar y vino. El vino puede ser blanco o rosado, sidra, cava o champagne, lo ideal es usar frutas de estación no muy maduras y agregarle poca azúcar ya que la fruta aporta la cuota suficiente. También se pueden añadir unas hojitas de menta fresca. A la mesa llega en jarras de dos litros bien heladas con un largo cucharón de madera y se disfrutan lentamente conversando con amigos.

Cómo prepararlo

Elegir frutas frescas de estación como manzanas, bananas, naranjas, duraznos, uvas, cerezas, frutillas o ananá, pelarlas y cortarlas en cubos del mismo tamaño. El vino más común para esta preparación es el blanco dulce, aunque también puede ser seco, rosado, cava, sidra o champagne (los espumantes se deben agregar a último momento para que no pierdan el gas carbónico).

Primero se coloca la fruta cortada en una jarra grande o en un bol, luego se agrega el azúcar a gusto y se presiona con la cuchara de madera para que la fruta desprenda su jugo. Luego se incorpora el vino y se revuelve, y para darle un toque especial se puede añadir una copita de algún licor dulce como Cointreau, Grand Marnier o Tía María o alguno seco como el gin, vodka o ron.

Para que la preparación quede más suave se puede reemplazar un poco de vino con jugo de naranja o soda. Por último, se coloca en la heladera y se sirve bien frío, revolviendo previamente para que la fruta se mezcle bien. Si no hay tiempo de llevarlo a la heladera, añadir hielo para que se enfríe rápidamente. Lo mejor es servirlo en vasos de trago largo bien helados.

Con qué acompañarlo

- El Clericó de vino blanco va muy bien con tablas de quesos y fiambres ahumados, pizzas y empanadas, sándwiches de lomito, bocaditos de muzzarella y frutas secas como almendras o avellanas tostadas y saladas.

- El Clericó de espumantes, sidras, cavas o champagnes es ideal para acompañar frutos de mar como rabas, cornalitos fritos o mejillones a la provenzal, tostaditas con anchoas y tomate y tortilla a la española.

- El Clericó de vino rosado se disfruta doblemente con nachos con guacamole, carnes frías como peceto, lengua a la vinagreta, tartas de verduras y frutos secos salados como nueces, avellanas, almendras y maní.

Recetas:

CLERICÓ CLÁSICO
3 naranjas
½ k de frutillas
2 manzanas
2 bananas
2 duraznos
½ taza de azúcar
1 ½ litro de vino blanco dulce (puede ser Chardonnay, Viognier o Torrontés)
1 vaso de ron blanco

Lavar bien las frutillas y cortarlas en dos. Pelar el resto de las frutas y cortarlas en cubos. Colocar toda la fruta dentro de una jarra o bol, y añadir el azúcar, el vino y el ron. Mezclar bien y llevar a la heladera hasta el momento de servir.

CLERICÓ CON BURBUJAS
2 duraznos
3 manzanas
3 bananas
3 naranjas
3 rodajas de ananá
Azúcar a gusto
1 botella de espumante o champagne brut nature
1 vaso de almíbar de durazno o ananá

Pelar y cortar la fruta en cubos del mismo tamaño y colocarlas dentro de una jarra. Colocar el espumante o champagne, el almíbar y el azúcar, y mezclar. Llevar a la heladera y servir bien frío.

Fuente: conexionbrando.com

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