martes, 23 de noviembre de 2010

A partir del miércoles el vino será bebida nacional


El próximo 24 de noviembre, a las 18 hs, la Presidencia de la Nación declarará al Vino Bebida Nacional. Este logro para toda la vitivinicultura argentina es resultado de intensas gestiones, del Fondo Vitivinícola Mendoza y de la Corporación Vitivinícola Argentina, realizadas en el ámbito del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

El gobierno nacional tuvo en cuenta aspectos sociales, culturales y económicos, que para declarar al vino bebida nacional.

Recordemos que la Vitivinicultura Argentina tiene más de cinco siglos de historia y ha logrado integrar la tradición de los inmigrantes europeos, y los saberes de los pueblos originarios. Fue así posible dar origen a la vitivinicultura más importante de América del Sur.

Favorecida por óptimas condiciones climáticas y de suelo, la vitivinicultura manifiesta un acelerado y sostenido desarrollo, mejorando sus estándares cualitativos tanto en el sector primario como en el industrial, dando lugar a una actividad económica crecientemente sustentable, respetuosa del medio ambiente y de gran importancia social y económica para todas las provincias productoras.

Pero para poder crecer fue necesario el proceso de reconversión vitivinícola, que comenzó en la década del `90, con la implantación de variedades de alta calidad enológica, tales como Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Tempranillo, Chardonnay y Sauvignon Blanc, entre otras, generando materia prima adecuada para la elaboración de vinos de gran calidad.

Este proceso de reconversión en viñedos que ha sido acompañado por la incorporación de tecnología en las etapas de producción, elaboración y comercialización, de la mano de recurso humano calificado; y que, en todos los casos ha contado con una fuerte apuesta a la industria nacional y a la mano de obra calificada local.

Tanto la reconversión primaria y la tecnológica, hicieron posible la integración a la actividad de una mayor cantidad de pequeños y medianos productores, permitiendo que la vitivinicultura argentina se caracterice por ser un modelo de convivencia entre productores de diversas escalas, donde la búsqueda de la viabilidad económica de todos estos actores es un factor de fortaleza y diferenciación ante otras vitiviniculturas altamente concentradas.

Nuestro país no solo es productor sino que, por tradición y cultura, es un gran consumidor de vino, ocupando el séptimo lugar a nivel mundial en consumo per cápita con alrededor de 30 litros anuales por persona.

Además, el proceso de internacionalización de los vinos argentinos desarrollado ha logrado posicionarlos entre los principales exportadores del mundo. Tales circunstancias convierten al vino en un honorable embajador en el mundo y enorgullece a los argentinos que beben en el mercado doméstico los mismos vinos que se exportan y que prestigian al país en todos los continentes.

El Plan Estratégico Argentina Vitivinícola Argentina 2020 (PEVI), que tiene por objetivos la integración de los pequeños y medianos productores, la promoción del consumo del vino argentino en el mercado interno, la consolidación de los vinos argentinos en los mercados internacionales y la implementación de programas de investigación y desarrollo para el sector, fue clave para lograr estos resultados.

También se tuvo en cuenta que el vino es un producto alimenticio de consumo masivo que, por sus cualidades nutricionales comprobadas, integra la canasta básica familiar de diferentes grupos sociales, culturales y económicos del país.

Asimismo, el auge de la vitivinicultura en Argentina es un factor determinante en el desarrollo de las provincias productoras de vino lo que ha generado actividades relacionadas que inciden en las economías regionales como el Enoturismo, la gastronomía, la hotelería, la metalmecánica, la generación de otras industrias conexas y actividades de servicios, dando lugar a un cluster competitivo y dinámico.

Fuente: elmalbec.com

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