Unas 1500 bodegas se reparten un número de hectáreas de viñas plantadas que ha duplicado (y más) su extensión en los últimos 20 años. Son 90 000 ha de uva tinta (un 61,3% de la producción total) y 57 000 de blanca (32,2%).
Desde los años noventa a nuestros días, la producción de uva ha pasado de las 762 000 t de 1996 a las 1 391 000 t del 2001. En cuanto a las variedades, las regiones vinícolas de Australia comercializan unas 90 variedades diferentes, de entre las cuales destacan chardonnay en blancos y shiraz en tintos.
Los vinos australianos eran prácticamente desconocidos hace apenas 15 años. Hoy, alrededor del 60% de la producción nacional es exportada, lo que ha situado al mercado australiano entre los más dinámicos y mejor adaptados del mundo.
Cuando los colonos británicos pisaron el valle de Barossa –la región vinícola más importante de Australia – por vez primera en 1836, no podían imaginar el impacto que su estilo de vida tendría sobre la economía del país en el siglo XXI. En Barossa se daban las condiciones adecuadas para obtener excelentes cosechas de Syrah, Garnacha, Monastrell, Semillón y Riesling, con las que se producían blancos jóvenes afrutados aceptables, espumosos de calidad media y tintos para cubrir las necesidades locales.
Los vinos australianos se mantuvieron prácticamente en el anonimato hasta comienzos de la pasada década, cuando una serie de acontecimientos despertaron el interés por estos productos a escala mundial y el sector ganó peso y prestigio dentro del panorama vitivinícola internacional.
El período que abarca de 1993 a 2003 está considerado como la década prodigiosa en Australia, tiempo que bastó para que el área de viñedos explotados y la producción de uva se duplicaran y, por primera vez en la historia del país, las exportaciones superaran al consumo interno.
Los viticultores han realizado en la última década una labor admirable para “afinar” la receta de sus productos, lo que les ha llevado a elaborar vinos jóvenes afrutados, con un contenido alcohólico razonable, que resultan muy apreciados en los mercados mencionados.
Una marca sencilla como Jacob’s Creek (propiedad del gigante francés Pernod Ricard) vende en la actualidad alrededor de 60 millones de botellas fuera de Australia, una cantidad nada despreciable teniendo en cuenta el tamaño de la bodega. Las exportaciones de vinos australianos se multiplicaron por cinco entre 1993 y 2003, hasta alcanzar los 518,6 millones de litros (de los que el 40% están destinados al mercado británico).
Sistema de Clasificación del Vino Australiano
El sistema Australiano de clasificación ha sufrido recientemente una serie de cambios. Con el acuerdo de 1994 con EE.UU., los estados productores de vino de este país se han dividido en nuevas zonas, regiones y subregiones.
Este nuevo sistema, implica mencionar en las etiquetas una serie de peculiaridades, la principal es el extendido sistema de mezcla regional, esto quiere decir que traen uvas de diferentes regiones y tal vez de diferentes estados para combinarlas. Las pequeñas bodegas pueden optar por detallar en la etiqueta la variedad de la cepa y la denominación de origen; si lo hacen, el 85 % de las uvas tienen que ser de una variedad, y el mismo porcentaje tiene que provenir de la zona también especificada.
Categorías según calidad e indicación geográfica
LIP (Programa de Integridad de la Etiqueta) : este sistema fue introducido en 1990 y garantiza todas las especificaciones de la etiqueta, por ejemplo, la cosecha, la variedad y la región, haciendo comprobaciones anuales y auditorias en regiones, variedades y bodegas concretas.
Producto de Australia: ésta es la denominación de origen más amplia. Cualquier vino que esté dentro de esta categoría no podrá especificar en la etiqueta la variedad de la uva ni la cosecha.
Australia Sudoriental: esta es la siguiente categoría que, de hecho, abarca casi todas las zonas vinícolas de Australia; empieza a ser ampliamente conocida.
Las uvas
No existen vides autóctonas en Australia. Casi todas son variedades francesas con pie americano aunque, como hubo zonas del continente -como Australia Meridional- que no sufrieron la plaga de filoxera que asoló Europa, algunos de sus viñedos aún conservan las primeras variedades francesas con pie franco que llegaron hasta allí.
Las variedades clásicas son la Shiraz (que es como se denomina a la Syrah en este país y Sudáfrica), la Semillon y la Riesling (antigua reina de los vinos blancos australianos). En los años 70 se introdujeron la Cabernet Sauvignon, la Merlot, la Chardonnay (la más abundante en la actualidad) y la Pinot Noir. No fue hasta los 90 cuando fueron redescubiertas la Garnacha y la Monastrell, que responde al nombre de Mataro, y ahora están experimentando con la Tempranillo.
En Australia se hacen tintos de gran calidad, sobre todo los de la variedad que allí llaman Shiraz, que no es otra que la Syrah del Ródano. Con ella se elabora el que quizá sea el vino más prestigioso de Australia, el Grange.
Las variedades más comunes son:
- Blancas: Chardonnay, Semillon, Moscatel, Riesling y Sauvignon Blanc.
- Tintas: Shiraz, Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir y Monastrell (Mataro).
En Australia hay varios Estados con producción vitivinícola. Veamos cuáles son las diferentes zonas y comarcas vitivinícolas australianas:
Estado de Western Australia.
Estado de South Australia. Estado de Victoria. Estado de Tasmania. Estado de Queensland. Estado de New South of Wales.
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