lunes, 23 de agosto de 2010

Los beneficios del té se pierden al embotellarlo

Una de las cosas que el ciudadano medio del siglo XXI trata de incorporar como sea a su dieta son los antioxidantes, sustancias con propiedades anticancerígenas, antidiabéticas y 'anti' un buen número de procesos nocivos para nuestro organismo, que están presentes en el vino, los frutos rojos o el té.

Pues bien, un estudio advierte a los consumidores de que el té embotellado no es tan sano como anuncian los fabricantes ya que contiene muchos menos polifenoles que el natural.

El consumo de polifenoles (un tipo de antioxidantes) se ha asociado con la disminución de la inflamación y del colesterol, que mejoran la salud cardiovascular, con un menor crecimiento de algunos tumores, con mejorías en la degeneración macular, el envejecimiento de la piel, las infecciones de orina e, incluso, el deseo sexual femenino. Por eso cada vez están presentes en más productos de forma artificial y se usan como reclamo para incentivar las ventas de estos y aquellos que los poseen por naturaleza (vino, té, aceite de oliva, bayas).

"Los consumidores entienden muy bien que el consumo de té y de productos relacionados tiene beneficios para la salud", explica Shiming Li, investigador de la compañía biotecnológica WellGen y autor del trabajo. "Sin embargo, hay una gran brecha entre la percepción de las ventajas del consumo de té y la cantidad de nutrientes saludables -polifenoles- que hay en las bebidas de té embotelladas. Nuestro análisis ha determinado que el contenido en polifenoles es extremadamente bajo".

Adiós a los polifenoles

Un informe de 2006 del Departamento de Agricultura de EEUU ya destapaba este fenómeno. El que peor parado salía era el té verde instantáneo, que contenía una cantidad inapreciable de EGC (epigalato de catequina), la principal sustancia activa de esta planta.

El té es la segunda bebida que más se consume en el mundo, después del agua. Mientras que una bolsita cuesta unos pocos céntimos, la imposibilidad de preparar esta bebida en ciertas situaciones ha hecho proliferar sus formas embotelladas (más caras) que, además, suelen ser más atractivas para los consumidores, con diferentes sabores y un gusto menos amargo que el de la infusión pura y dura.

El análisis de Li y sus colegas confirma lo que algunos advertían desde hace tiempo: cuando se trata de té enlatado, el contenido de antioxidantes es casi anecdótico. Mientras que una taza de té contiene entre 50 y 150 mg de polifenoles, las versiones 'lista para consumir' tienen, de media, una cantidad inferior (unos 37 mg), y en algunos casos no supera los 10 mg. De forma que para obtener algún beneficio habría que "consumir botella tras botella", recalca el investigador.

Como cualquier bebida procesada

La explicación es curiosa. Los polifenoles, con todas sus bondades, tienen dos grandes desventajas: son amargos y astringentes. Los fabricantes de estas bebidas optan muchas veces por reducir el contenido de estas sustancias -que son las que les dan buena fama- para obtener un sabor más amable al paladar.

Y "la forma más fácil [de hacerlo] es añadir menos té", explica Li, que ha presentado su trabajo en la Reunión Nacional de la Sociedad Americana de Química, que se celebra estos días en Boston (Massachusetts, EEUU). En su lugar, aparecen otras sustancias, típicas de las bebidas procesadas (azúcar, jarabe de maíz, edulcorantes o cafeína), que pueden convertir el té embotellado en algo dañino.

Desde 1990, las ventas de esta infusión se han cuadruplicado en EEUU hasta alcanzar los 7.000 millones de dólares anuales. Este crecimiento se ha dado "en paralelo al reconocimiento de las propiedades beneficiosas de esta bebida", apuntan los autores. Pero, "la FDA [agencia que regula los alimentos en este país] no exige informar en las etiquetas de la presencia de polifenoles", añaden, y la población desconoce en qué medida están presentes.

Fuente: elmundo.es

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