viernes, 30 de abril de 2010

Nueva traba para exportar


A partir de noviembre de 2010, Brasil exigirá que las botellas de vinos, licores y destilados nacionales y extranjeras, tengan un sello de control fiscal. En diálogo con Día a Día del Vino, Adao Morelatto, de International Consulting de Brasil, explicó los alcances de esta nueva legislación.

Continúan los conflictos con Brasil. Sucede que el año pasado, Brasil aplicó las licencias no automáticas para los vinos argentinos. Hoy, el problema no es sólo del país, sino de todos los vinos importados y locales, ya que a partir de noviembre de este año, todas las botellas de vinos, licores y destilados, tendrán que tener su "sello de control fiscal". Un dato a tener en cuenta es que aquellas cosechas más antiguas, que ya están en el mercado, podrán comercializarse sin el sello.

Esta nueva exigencia expuesta por el gobierno de Brasil comenzará a regir el 1 de noviembre de 2010 y las empresas deberán solicitar la adquisición de este sello al Banco Central, por medio de la aduana brasilera. Según explicó Adao Morellatto, de International Consulting, "por cada contenedor se estima que habrá un costo adicional de un mínimo de U$S 2.500 hasta U$S 4.000 por contenedor". Destacó, además, que más allá de este extra, el problema recaerá en la logística, ya que se tendrá que controlar botella por botella. El tiempo estimado de revisión será de cinco días".

Esta legislación puede traer varias consecuencias, sobre todo en un país en donde el consumo está en ebullición. "Seguramente, muchas bodegas tendrán que revisar su lista de precios para este mercado, ya que el costo extra, seguramente recaerá en el consumidor final. Algunas empresas locales estiman que este será de un 20% a un 30%".

En relación a esta medida, Morellatto explicó que principalmente, el objetivo es eliminar el contrabando de bebidas alcohólicas.

Según vendimia.cl, en base a datos de Ibravin, "el sello de control fiscal quedó establecido oficialmente el lunes 19 de abril por la Receita Federal, con la publicación de la Instrucción Normativa RFB 1026 en el Diario Oficial de la Unión. La medida, anunciada por el ministro Guido Mantega en Porto Alegre, tiene el objetivo de aumentar el control sobre el comercio de vinos brasileros e importados. Los sellos que serán utilizados en los vinos importados serán de color rojo combinado con marrón. Los sellos de los vinos de Brasil serán verdes con marrón. La Receita estableció un calendario para la aplicación de la medida, de modo que las existencias de vino sin el sello de control que se encuentran en el comercio, sean vendidos. Las empresas que producen, embotellan e importan vino tienen hasta el 10 de junio de este año para informar a la Receita la estimación de consumo de sellos de control para el año 2010. Luego, las empresas tendrán que pedir, hasta el 31 de agosto de este año, el registro especial para obtener el sello de control".

Las ventas deberían crecer más de 20%
De acuerdo a la Receita, los sellos no deben aumentar el costo de la bebida. Según los técnicos de la organización, el valor del sello -estimado en 0,02 dólares por unidad- es muy bajo y se puede diluir en el costo. El gasto también será descontado del IPI (Impuesto sobre Productos Industrializados).

"Como era de esperar, el gobierno dio un plazo de adecuación a las empresas", destaca el presidente de Ibravin (Instituto Brasileño del Vino), Julius Fante. Estima que la colocación del sello fiscal en los vinos resultará en un aumento del 20% al 30% en la comercialización de los productos brasileros a partir de la segunda mitad del próximo año. "Los reflejos del sello aparecerán en el mediano y largo plazo", proyecta.

Para el presidente de Ibravin, los beneficios del sello deben ser analizados en un período de tres años. "Hoy tenemos más de 15 millones de botellas de vino sin un origen conocido para la venta en el mercado brasileño. Este volumen es aproximadamente el 15% de los vinos de Brasil. El sello será un diferencial que identificará los vinos vendidos ilegalmente", asegura.

Según el secretario de la Receita Federal, Otacilio Cartaxo, el uso del sello de control inhibirá las prácticas ilegales de comercio, que han aumentado en los últimos años con el crecimiento de este mercado en el país. Una de esas prácticas es la adulteración del vino con la dilución del producto. El ingreso de vino ilegal en Brasil, especialmente en los países fronterizos como Argentina y Uruguay, también es una práctica que ha aumentado, perjudicando la competencia con el vino nacional, ya que el producto extranjero entra sin pagar el impuesto de importación.

"El gobierno federal atendió, de forma valiente y sabia, una antigua lucha de amplia mayoría del sector, que tendrá en el sello fiscal un instrumento a favor de los vinos brasileros e importados y de las empresas que trabajan correctamente, dentro de las obligaciones legales y fiscales", concluyó Fante.

Fuente: Instituto Brasileño del Vino, Ibravin

Fuente: Area del Vino

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