
No cabe duda de que las necesidades nutricionales aumentan durante un embarazo puesto que la alimentación del feto depende de las de la madre. Algunos alimentos son especialmente importantes para el desarrollo del niño y hay que tratar de consumirlos, como proteínas, hierro, calcio, ácidos grasos, vitamina A y vitaminas del grupo B, entre otros.
Una dieta apropiada para una embarazada debe incluir 3-4 raciones diarias de lácteos, 2-3 de carne, pescado y huevos, 7-8 de cereales y legumbres, tres de fruta, 4-5 de verduras y hortalizas y grasas y dulces con moderación. Además, no hay que ayunar ni saltarse comidas.
Fuente: elmundo.es
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