El mundo de la pipa está lleno de sorpresas placenteras. Para muchos, es un mundo lejano, desconocido, casi inaprensible. Hay quien no se atreve a penetrar en él, quien lo hace tímidamente, se adentra unos pasos y desiste aterrado por los primeros obstáculos, aunque intuye que, más adentro, hay algo que le atrae. Hay quien sigue adelante y a cada paso va descubriendo, uno a uno, los secretos de la pipa.
La mayoría de los fumadores de pipa comenzamos fumando cigarrillos. Muchos intentamos fumar en pipa, pero tuvimos que dejarlo porque, simplemente, "no sabíamos".
Al contrario que el cigarrillo, la pipa requiere un aprendizaje. Si no encuentras a algún fumador experto que te aconseje, que te enseñe a cargar la pipa, a mantenerla encendida, que te instruya sobre tipos de tabaco, etc., la empresa está condenada al fracaso. Por eso, mucha gente ha comenzado en algún momento a fumar en pipa, pero tuvo que dejarlo al poco tiempo y regresó a los cigarrillos, al consumo fácil y precipitado de humo y nicotina.
La pipa ha de fumarse con parsimonia, lentamente. Las prisas, el ajetreo, no nos dejarán disfrutar de la fumada. Para eso ya están los cigarrillos. Nuestro sillón favorito, una buena música, quizás una bebida, contribuirán a que el placer de la fumada sea aún mayor.
Fumar en pipa es una ceremonia. El pipador sumido en el éxtasis de la fumada dejará volar su imaginación y podrá encontrar soluciones a buen número de sus problemas.
Dicen que el humo de la pipa relaja al fumador. Parece que no es el humo, puesto que el ácido nicotínico es estimulante, no tranquilizante. Lo que relaja, lo que apacigua los ánimos es el acto mismo de fumar. Recordemos a los indígenas americanos, acostumbrados a fumar la "pipa de la paz". La pipa nos apacigua, nos tranquiliza, disminuye el estrés de la vida cotidiana y, a la larga, mejora nuestra salud y bienestar.
La pipa es el mejor modo de fumar. El más bonito, sano, natural, inteligente, auténtico, sencillo modo de fumar. Interrogáis a un fumador de pipa y este os confirmará que fumar en pipa es una de las costumbres más deliciosas y elegantes de la vida, fumar en pipa no solo es manantial de máximo placer, se prolonga hasta ser arte.
A menudo, el pipador se convierte en coleccionista de pipas. Año a año, mes a mes, día a día, ve como su "harén" aumenta. Todas las formas, los colores, de brezo, de espuma de mar, rectas, curvas, de paseo, de lectura.... Todas son hermosas, llegan a ser nuestras amigas, nuestras amantes.
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